Escrito por 12:00 am Desigualdades, Especial

Al pie del cañon

por Óscar Herrera / Bernardo Quiñonez

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México ha sido un país de batallas sociales en distintos escenarios, bajo diversas circunstancias y por diferentes causas. La lucha por los derechos de la comunidad LGBT sigue siendo hoy día una de ellas, por la que se ha peleado valientemente sin tregua por parte de diferentes grupos e individuos que han logrado poco a poco dignificarse ante la sociedad


La diversidad sexual sigue siendo un tema de controversia y continúa creando muchos prejuicios en la sociedad mexicana; muchas personas hablan de que vivimos en una sociedad doble moralista que aún condena fuertemente lo que según las normas sociales es antinatural, incorrecto e inaceptable. Sin embargo, cada vez son más las personas que deciden mostrarse tal cual son, sin importar lo que los demás puedan opinar, lo cual ha ido creando una cultura cada vez más incluyente; esto hace que esa visión de la “sociedad intolerante” sea cada vez más abierta y respetuosa hacia esta condición.

Si habláramos de la forma en que este tema era considerado el siglo pasado nos remontaríamos a una realidad cruel, despectiva y hundida en ideas machistas; una realidad en la que las personas, incluso las que hoy han logrado mostrar su verdadera identidad sexual, juzgaban en su totalidad a quienes se atrevían a ser diferentes y luchar por su libertad y sus ideales.

La lucha de todos aquellos que dedicaron su vida a pelear por sus derechos ha valido el esfuerzo y solamente vale la pena recordar el pasado, con el fin de observar los logros que en el presente se gozan gracias a ello.

Actualmente, la aceptación hacia la comunidad LGBT es mucho más favorable y completamente distinta a como era hace más de 12 años, particularmente, cuando iniciamos con el proyecto del Centro Cultural de la Diversidad, el cual nos ha traído grandes satisfacciones, aunque de igual manera enormes retos que nos han llevado a motivarnos aún más en esta gran lucha y a darnos cuenta que vale la pena seguir.

Uno de los retos principales que hemos enfrentado como organización fue, en un principio, ganarnos el apoyo de la misma comunidad, que son quienes demandaban este tipo de espacio. Sin embargo, con el paso de los años hemos ido creciendo y logrando avances importantes y nos hemos convertido en un recinto fraternal, en donde los diferentes grupos, compañías teatrales y artistas de la comunidad LGBT han depositado su confianza y han encontrado apapacho y la oportunidad de desarrollar y expresar su talento.

Hemos trabajado mucho para ganarnos el respeto que tenemos en la actualidad como institución, lo cual nos ha permitido levantar la voz de una manera pacífica, artística y cultural, demostrando así el valor y la calidad humana que tenemos quienes luchamos y por quienes luchamos en esta gran causa que poco a poco nos ha dado libertad.

Dicen que el tiempo te da la razón, y eso es algo que hemos aprendido durante este tiempo, ya que no siempre es necesario manifestarse de manera desordenada o conflictiva; se dice también que valen más los hechos que mil palabras y esa ha sido nuestra manera de actuar, mostrándole a nuestro entorno que somos completamente civilizados y conscientes de que a través de la cultura podemos lograr mucho más, sembrando en quienes nos observan el respeto hacia nosotros por ser parte de esta “diversidad”, que es cada vez más amplia.

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Otro de los grandes retos que ha enfrentado el Centro Cultural de la Diversidad durante este tiempo es el lograr mantener su espíritu y esencia, ya que surgió del deseo de apoyar a la comunidad LGBT, porque en la Ciudad de México no se contaba con un lugar como este para atender su necesidad de mostrar su talento artístico en un lugar digno, además de demostrar que “no solo somos diversidad sexual”, sino también “diversidad de arte y cultura”.

Este espacio ha sido una gran plataforma para infinidad de jóvenes que aman lo que son y lo expresan mediante actividades como la danza, el teatro, la pintura, el canto, etcétera; una plataforma tanto en lo artístico como en lo personal, pues hemos sido testigos de cómo familias enteras se dan cita aquí para presenciar y disfrutar del talento que todos ellos, sus hijos, hermanos, nietos, amigos, etcétera, tienen para ofrecer, hecho que acerca a las personas cada vez más a la aceptación.

En la actualidad existen ya muchas leyes que amparan y favorecen a la comunidad LGBT en distintas cuestiones como lo son el matrimonio legal, el seguro social a cónyuges, la reasignación de género, etcétera, sucesos que dan un gran valor al arduo esfuerzo que han hecho los diferentes activistas a lo largo de tantos años. A pesar de esto sigue habiendo obstáculos para lograr la total garantía de los derechos de la gente gay.

Al transcurrir del tiempo hemos ido presenciando los avances, aunque aún falta mucho por conseguir, y esto a nivel interno de la comunidad, ya que en ocasiones es la misma falta de organización lo que provoca que sea difícil concretar proyectos que son tan representativos, como en este caso, la Marcha del Orgullo Gay, que en este año 2014 pende de un hilo, precisamente por falta de orden e interés por parte de quienes representan a la comunidad ante las autoridades, quienes algunas veces se muestran renuentes ante el tema y poco comprensivas respecto a la lucha por la dignificación de la diversidad sexual.

Ciertamente, la comunidad no debe bajar la guardia ni permitir que se pierda todo lo que hasta hoy se tiene ganado, sino al contrario, debe seguir adelante con la causa hasta lograr la inclusión total de los géneros LGBT a la sociedad sin prejuicio alguno.

En el caso de nuestra labor y el tiempo que hemos estado trabajando en ella, estamos seguros de que la unión fraterna entre nosotros mismos es lo que nos ha permitido estar ya más de 12 años al pie del cañón, y que aunque a veces el desánimo ha tratado de hacer de las suyas y hacernos desistir, sin embargo, nuestras ganas de seguir apoyando la causa han tenido más peso y nos han motivado a continuar a pesar de todas las adversidades.

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Solo podemos decir que es una gran satisfacción ser parte de esta enorme misión, que no se sabe cuánto más tenga que durar, de lo que si estamos seguros es de que si no nos damos por vencidos esta lucha pronto será una victoria de la que todos podremos disfrutar sin temor ni represiones.

El Centro Cultural de la Diversidad tiene sus puertas abiertas para todas aquellas personas que tengan la necesidad de expresarse a través de la cultura y las artes, y les hacemos la invitación a quienes viven esta realidad a que no teman ni se sientan rechazados, porque el valor como individuos nos lo damos nosotros mismos, no es el que la sociedad nos impone. Vayan por el mundo con la frente en alto, siempre teniendo en cuenta que somos gente que merece respeto, tolerancia y amor, así como el resto de la humanidad.

Y como dijera Simone Weil: “La igualdad es una necesidad vital del alma humana. La misma cantidad de respeto y de atención se debe a todo ser humano, porque el respeto no tiene grados”.• 

Óscar Hugo Herrera Polito
Director General del Centro Cultural de la Diversidad, que desde hace más de 12 años funge como una plataforma para la expresión artística de quienes forman parte de la Diversidad Sexual. Es Precursor en la búsqueda de los derechos y la igualdad para la comunidad LGBT, y ha apoyado por más de dos décadas la causa con la creación de distintos lugares de inclusión para personas gay. Bernardo Quiñonez Director Ejecutivo del Centro Cultural de la Diversidad. Fue Director de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Jiménez, Coahuila. Ha colaborado en diversas actividades culturales en la Casa de la Cultura de Cd. Acuña, Coahuila. Es maquillista profesional e imparte de cursos de maquillaje en el Centro Cultural de la Diversidad.
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