Escrito por 12:00 am 2016, Agendas locales, MS en Excélsior

Retroceso democrático

por Mario Luis Fuentes

 De acuerdo con la Fundación Konrad Adenauer, México ocupa la posición 10, entre 18 países medidos, en lo relativo a la calidad y fortaleza de su democracia. Los retrocesos de los últimos años nos ubican como un país de “Bajo desarrollo democrático” y por primera vez estamos por debajo del promedio de los valores de América Latina. Las causas: incremento en la inseguridad, las desigualdades, la pobreza y el estancamiento económico. Los retos son enormes y los avances, lentos. 


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La semana pasada la Fundación Konrad Adenauer presentó el Índice de Desarrollo Democrático para América Latina. Se trata de una medición cuya serie dio inicio en el año 2002 y se ha actualizado anualmente hasta el 2015. Para el capítulo relativo a nuestro país, el párrafo inicial es demoledor. Dice: “México ha empeorado nuevamente su puntaje del Índice de desarrollo democrático en más del 12 %, obteniendo el peor valor de su serie”.

El diagnóstico no es nuevo y coincide plenamente con los resultados de las Encuestas Nacionales que han abordado el tema; entre las más relevantes está sin duda la que dio origen al Informe sobre la Calidad de la Ciudadanía, elaborado por el Instituto Nacional Electoral en el 2014.

Este Índice mide cuatro dimensiones: I) Democracia de los ciudadanos, la cual es relativa al respeto de los derechos políticos y las libertades civiles; II) Democracia de las instituciones, en la cual se miden la calidad institucional y la eficiencia del sistema político; III) Democracia social y humana, en la que se analiza la capacidad del sistema democrático para generar políticas para el bienestar y el desarrollo humano; y IV) Democracia económica, en la que se mide la capacidad del sistema para generar políticas que aseguren la eficiencia económica del país.

La mala noticia al respecto es que el desempeño de nuestro país, en todas las dimensiones, o se ha deteriorado o se ha estancado, lo cual ha provocado una larga tendencia a la baja en los valores obtenidos en cada una de ellas.

Un peligroso retroceso

La falta de confianza de la ciudadanía respecto de las instituciones es sumamente elevada en nuestro país. El Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) ha documentado a través de múltiples instrumentos que más del 60% de la ciudadanía desconfía de instituciones como las policías, el Congreso de la Unión, el Poder Judicial y por supuesto, la Presidencia de la República.

Las principales razones que esgrime la ciudadanía para tener tales niveles de desconfianza son, entre otras: “que los políticos sólo ven por sus intereses”; “que los políticos no trabajan a favor de la ciudadanía”; la corrupción, la impunidad, la falta de acceso a la justicia, la desigualdad y la pobreza.

Los resultados del Latinobarometro son de suma preocupación: más de la mitad de la población piensa que da lo mismo un gobierno democrático que uno autoritario y en una proporción similar se asume que pueden cederse algunas libertades a cambio de mayor bienestar; estas ideas, en medio de las condiciones materiales de desigualdad y malestar social, representan un peligroso “caldo de cultivo” para el surgimiento de “tentaciones autoritarias” que nadie querría realmente ver.

Un bajo desarrollo democrático

De acuerdo con el Índice de la Fundación Adenauer, la dimensión relativa a “la Democracia de los Ciudadanos” es en la única en que se tiene un avance en nuestro país, equivalente al 12%. A pesar de ello, el resto de las dimensiones presentan una caída relevante lo cual provoca que, por primera vez desde 2002, México tenga valores por debajo del promedio de América Latina y sea ubicado entre los países de “Bajo desarrollo democrático”.

En efecto, en el ranking regional, México se ubica en el lugar 10, de 18 que son medidos. En contraste con nuestra posición, los países considerados como de “alto desarrollo democrático” en la región son: Uruguay, Costa Rica, Chile y Panamá. Los de desarrollo mínimo en contraste son: Honduras, Nicaragua, Venezuela y Guatemala. En este contexto, México comparte la clasificación de “bajo desarrollo democrático” con El Salvador, Colombia, Paraguay y República Dominicana.

Derechos civiles y políticos: estancados

A pesar de que en esta dimensión México tiene mejores valores que el año pasado, no le alcanza para superar el promedio regional. En efecto, su posición en esta dimensión es la 14 de las 18 que integran la medición. Datos preocupantes de esta dimensión son los relativos al retroceso en la tasa de participación de la mujer en puestos de gobierno; así como en el condicionamiento de derechos y libertades como producto de la inseguridad.

Calidad institucional y democracia de las instituciones

En esta dimensión México registra la tercera caída consecutiva desde 2013. En esta dimensión se registra también la peor caída desde que se mide el Índice, pasando de la posición número 7 a la 14, debido sobre todo a lo que se denomina como “crisis de desestabilización institucional” que es percibida en el país.

La cuestión social: la peor caída

México se encuentra en su peor posición en lo que respecta a la categoría de “democracia social”, desde al año 2002. En este indicador retrocede hasta el lugar número 10, lo cual está asociado al indicador relativo a la eficiencia en el desempeño económico, en el que también registra una caída de 8% respecto de 2014, lo cual provoca que sea desplazado del segundo lugar que había ocupado en históricamente en el ranking para pasar por primera vez al tercer sitio de la región.

*Columna publicada con el mismo nombre  en el periódico Excélsior, 26- Enero- 2016, p.21

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