Escrito por 12:00 am Bernardo Kliksberg, Mundo

Una crisis cada vez más graves

por Bernardo Kliksberg / Olav Kjorven

 “Cada imagen representa a muchos millones de niños en peligro, y esto exige que nuestra compasión hacia esos niños concretos que vemos se equipare con acciones en su favor”, enfatizó Anthony Lake, director de Unicef, al presentar Desarraigados.


niños siria

La foto del “niño de la ambulancia” se hizo viral. Omran Daqneesh, de cinco años, fue rescatado de un bombardeo contra Aleppo, y su cara espantada, sentado en la ambulancia, ha recorrido el mundo, como lo hizo anteriormente la imagen de otro niño sirio, Aylan Kurdi, de tres años de edad, ahogado en el cruce del Mediterráneo.  

“Cada imagen representa a muchos millones de niños en peligro, y esto exige que nuestra compasión hacia esos niños concretos que vemos se equipare con acciones en su favor”, enfatizó Anthony Lake, director de Unicef, al presentar Desarraigados.

Subtitulado “Una crisis cada vez más grave para los niños refugiados y migrantes”, Desarraigados, es el primer informe que se produce sobre la situación de uno de los sectores más vulnerables e indefensos del género humano.

Se estima que los niños en situación de desarraigo son ya cerca de 50 millones, que 28 millones han sido expulsados de sus casas por conflictos violentos y crisis, y otros 20 millones se han convertido en migrantes por la pobreza extrema o por las amenazas de las organizaciones criminales que tratan de reclutarlos por la fuerza o utilizarlos

El número de niños no acompañados que emprenden travesías muy difíciles para salvarse ha incrementado: en 2015, 100,000 niños y niñas no acompañados se presentaron a solicitar asilo en 78 países. La cifra aumentó en 300% entre 2014 y 2015. Asimismo, la cantidad de niños que están bajo el mandato del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados se ha duplicado en sólo 10 años.

Problemas como las guerras, los conflictos, el cambio climático y la pobreza los están golpeando más que a nadie. Entre otros efectos, su desarraigo incide en que tienen 500% más posibilidades de no asistir a la escuela que los otros niños.

El informe de Unicef tiene ante todo un fuerte contenido propositivo. Desde su experiencia de 70 años de trabajar por la causa de los niños en todas las latitudes, la institución convoca a gobiernos, empresas y sociedades civiles a seis tipos de acciones que comprenden, entre otras, las siguientes:

  • Protección. Fortalecer los sistemas de protección infantil, frenar la trata de personas, designar tutores para los niños migrantes, darles acceso a asistencia jurídica, y dar prioridad al principio del “interés superior de los niños” al definir su estatus migratorio.
  • Acabar con las detenciones. Terminar con la práctica de la detención de niños migrantes o que esperan obtener la condición de refugiados; ésta tiene efectos regresivos múltiples para ellos, y hay otras alternativas basadas en su registro, tutorado y seguimiento.
  • Familias. Es fundamental mantener unidas a las familias, promover su reunificación y concederles un estatus legal.
  • Educación y salud. Asegurar educación, salud y acceso a todos los servicios esenciales a los niños.
  • Encarar las causas de las migraciones. Mejorar las condiciones de pobreza y violencia en que se hallan los niños tras las migraciones masivas. Particularmente, tomar medidas contra la violencia de las pandillas criminales.
  • Xenofobia. Prevenir el aumento de la xenofobia y la discriminación que hacen aún mucho más difícil la situación de los refugiados.

El Unicef subraya la “urgencia ética” de estas acciones, y afirma que “las medidas en favor de los niños no pueden esperar”.

Olav Kjorven es director de la División de Alianzas Públicas de Unicef

Bernardo Kliksberg es asesor honorario de Unicef

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