Escrito por 12:00 am 2013, Desigualdades, MS en Excélsior • 2 Comentarios

Una pobreza desigual

por Mario Luis Fuentes

La pobreza en México se expresa con diferentes grados de intensidad, lo cual permite perfilar claramente los diferentes rostros de la desigualdad. Si bien el promedio nacional es de 45.5%, la realidad cambia según el grupo demográfico o región a la que se pertenece: para las niñas, niños y adolescentes el porcentaje es de 53.8%; para quienes viven con alguna discapacidad es de 51.2%; para quienes viven en el ámbito rural la realidad es de 61.6% de pobreza, mientras que para quienes forman parte de los pueblos indígenas el porcentaje llega a 72.3%


La pobreza en México alcanza a 53.5 millones de personas. Sin duda alguna, las causas que la originan son de carácter estructural, lo cual se expresa en el hecho de que no hay un solo municipio del país en el que no haya una cantidad significativa de personas que enfrentan a las carencias, como una realidad cotidiana.

Asimismo, es de subrayarse que la pobreza impacta en la vida de las personas de manera desigual. En efecto, no es lo mismo vivir pobre cuando se es niña o niño; cuando se es una persona adulta mayor; o bien, cuando su realidad está determinada por vivir con algún tipo de discapacidad; o por formar parte de una comunidad o pueblo indígena.

La Medición Multidimensional de la Pobreza, presentada hace dos semanas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), permite visibilizar la complejidad de la pobreza, sobre todo cuando se forma parte de alguno de los grupos de población señalados, o también, cuando se vive en determinadas regiones o entidades de la República Mexicana.

La desigualdad estatal: Puebla y Guerrero como ejemplo de retroceso

La medición de la pobreza 2012 muestra que hay entidades en franco retroceso, y que en cierto grado, está cambiando rápidamente la “geografía de la pobreza” en el país. Los casos más emblemáticos de esta realidad son Guerrero y Puebla.

El primero de ellos, hoy se sitúa como la segunda entidad con mayor porcentaje de personas en pobreza en el país. En el 2010, el 67.6% de su población se encontraba en condiciones de pobreza multidimensional; para el 2012 el porcentaje se incrementó a 69.7%.

Por su parte, el estado de Puebla “desbancó” en 2012 a Oaxaca como el tercer estado con mayores condiciones de pobreza, al haber pasado el indicador de 61.5% a 64.5% de personas que viven en pobreza multidimensional.

Otro cambio significativo se registró en el estado de Michoacán, el cual ocupaba el 7º lugar en pobreza en el 2010, descendiendo un lugar en el 2012, para ubicarse como la sexta entidad con mayor proporción de sus habitantes en circunstancias de pobreza multidimensional. Por su parte, Tlaxcala y Zacatecas se mantienen en el 5º y 7º lugar, respectivamente.

Ser niña, niño o adolescente: una dura realidad

Uno de los grupos de población en los que no se reporta ningún avance en materia de reducción de la pobreza es el compuesto por las personas menores de 18 años. En efecto, según el CONEVAL, entre las niñas, niños y adolescentes el porcentaje de quienes viven en pobreza multidimensional se mantuvo inalterado entre el 2010 y el 2012, años en los que los datos disponibles muestran que 53.7% y 53.8% fueron contabilizados como pobres, respectivamente.

Esta realidad contrasta con lo que ocurrió entre la población mayor de 18 años, pues los porcentajes se ubican en 42% y 41.3%; esto es, la realidad para las niñas, niños y adolescentes es mucho más dura que para aquellos que han alcanzado la mayoría de edad.

Por otro lado es importante destacar que entre las personas mayores de edad, el porcentaje de quienes no son pobres ni vulnerables por carencia social se mantuvo constante en 21.5% entre los años 2010 y 2012, para las niñas, niños y adolescentes la situación es mucho más crítica pues sólo 17 de cada 100 son considerados con un nivel de vida catalogado por el CONEVAL como de “adecuado bienestar”.

La discapacidad: el reto cotidiano de la supervivencia

De acuerdo con el CONEVAL, el grupo en que mayoritariamente crece la proporción de personas en condiciones de pobreza es el que está integrado por quienes viven con algún tipo de discapacidad. Según la medición multidimensional de la pobreza, el porcentaje de pobres entre este grupo poblacional pasó de 50.2% a 51.2%.

En números absolutos esto implica un crecimiento de 2.9 millones a 3.5 millones de personas, es decir, 600 mil  más en sólo dos años, suma altamente significativa, sobre todo si se considera que el INEGI estima en alrededor de 7 millones de personas con alguna discapacidad en todo el país.

Debe destacarse además que según los datos del CONEVAL, sólo 12 de cada 100 personas que viven con algún tipo de discapacidad no son pobres ni vulnerables por carencias sociales.

Es importante hacer notar también que este grupo de población es el que enfrenta la mayor problemática en lo relativo al rezago educativo pues el 54.5% de ellos no ha concluido los estudios de educación básica; lo anterior se debe, en buena medida, a la ausencia de políticas efectivas de inclusión a la escuela regular de las niñas, niños y adolescentes con alguna discapacidad, y a la falta también de infraestructura y herramientas tecnológicas suficientes que garanticen la accesibilidad de alternativas educativas para las personas adultas.

El mundo rural: décadas de olvido

Vivir en zonas poco urbanizadas sigue siendo sinónimo de mayores dificultades para tener acceso al bienestar en México. En efecto, mientras que en los ámbitos urbanos la pobreza alcanza al 40.6% de la población, en el mundo rural el porcentaje es de 61.6%.

En números absolutos lo anterior significa que de los poco más de 29 millones de personas que viven en el campo, hay 16.7 millones que viven en condiciones de pobreza multidimensional. A ello deben agregarse las profundas condiciones de privación y vulnerabilidad, pues, de acuerdo con el CONEVAL, sólo el 5.3%, es decir, apenas 5 de cada 100 personas que viven en el ámbito rural, son consideradas como no pobres y no vulnerables.

Las poblaciones indígenas: el peor de los mundos

Si hay un grupo ancestralmente excluido y segregado del bienestar en México, ese es el de las personas pertenecientes a los pueblos y comunidades indígenas. En efecto, entre ellos, el 77% viven en condiciones de pobreza multidimensional; y también entre ellos se registra el más alto porcentaje de pobres extremos, con un indicador de 39%

Al igual que en el mundo rural, la profundidad de la pobreza es de una magnitud inaceptable, pues sólo el 3.5% de quienes forman parte de los pueblos y comunidades indígenas viven en lo que el CONEVAL ha mensurado como “condiciones adecuadas de bienestar”.

Entre las personas que forman parte de los pueblos originarios el 47.4% vive en rezago educativo; el 82% carece de servicios de seguridad social; mientras que poco más de 35% vive en condiciones de vulnerabilidad por carencia en el acceso a la alimentación. 

*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 13- Agosto- 2013, p.24

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