Escrito por 12:00 am Especial, Salud

Vigilar para prevenir

por Cuitláhuac Ruiz

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La vigilancia epidemiológica resulta indispensable para observar, recolectar y analizar sistemáticamente información de eventos relacionados con la salud; principalmente aquellos referidos a los daños que ocasionan en la población


México ha tenido avances sustanciales en la instrumentación de políticas públicas, programas e intervenciones que impactan la salud de la población. Ejemplo de ello lo constituye la erradicación, eliminación y control de enfermedades infecciosas y su consecuente reducción de la mortalidad; en este sentido es claro el compromiso planteado por el Sistema Nacional de Salud, tanto en el nivel nacional como internacional, para impulsar intervenciones que modifiquen los riesgos a la salud y permitan reorientar los servicios de salud en un contexto acorde al panorama epidemiológico.

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En nuestro país, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) es el instrumento que genera información de calidad para la toma de decisiones en el campo de la salud pública; este sistema permite orientar los programas e intervenciones que se requieren en la atención de los padecimientos que afectan a la comunidad, así como planear y evaluar su impacto en salud (I).

Es muy importante hacerle saber a nuestros amables lectores que la epidemiología es una disciplina de la salud que hace mucho más que solo contar casos; la epidemiología analiza, propone, decide y opera. Vale la pena también recordar que la epidemiología solo se hace si hay una convencida cooperación del personal de la salud en los puntos de entrada del sistema que son los consultorios médicos; es decir, si no se informa al sistema de vigilancia epidemiológica de un caso específico, el sistema no lo adivina; si acaso hacemos búsqueda intencionada cuando tenemos sospecha de la existencia de algún padecimiento en particular, pero de ninguna manera adivinamos o inventamos la información, solo la recolectamos, la analizamos y la difundimos: así de sencillo y así de complejo; de manera tal que la epidemiología necesariamente la hacemos todos los trabajadores de la salud, no solo los que colaboramos en la Dirección General de Epidemiología.

Actualmente el SINAVE genera información de más de 160 padecimientos de notificación obligatoria (inmediata y/o semanal) de enfermedades transmisibles y no transmisibles, desde más de 20 mil unidades de todas las instituciones del Sector Salud en las 32 entidades federativas. Su piso normativo se encuentra articulado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Ley General de Salud, el Reglamento Sanitario Internacional, la Norma Oficial Mexicana 017 para la vigilancia epidemiológica, así como los diferentes lineamentos en la materia aprobados por el Comité Nacional de Vigilancia Epidemiológica, que es la instancia encargada de unificar y homologar los criterios, procedimientos y contenidos para el funcionamiento de la vigilancia epidemiológica del país y en el que se encuentran representadas todas las instituciones que conforman el Sistema Nacional de Salud.

La vigilancia epidemiológica incluye un proceso dinámico de notificación, análisis y difusión de información sobre enfermedades de importancia epidemiológica que involucra a los distintos niveles de organización de los servicios de salud (local, estatal y federal), así como diferentes instituciones del sector público y privado. En este sentido el SINAVE ha permitido, desde su creación en 1995, la homogeneización de procesos de notificación de casos sospechosos, probables y confirmados de enfermedad desde el nivel local, lo que garantiza la identificación oportuna de potenciales daños, así como la identificación de brotes o eventos que puedan poner en riesgo la salud de la población.

La vigilancia epidemiológica consta de cinco componentes esenciales que incluyen: vigilancia de la morbilidad, mortalidad, sistemas especiales, vigilancia de emergencias en salud pública e internacional. Estos componentes se complementan con el trabajo altamente especializado de la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública, conformada por 31 Laboratorios estatales de Salud Pública y liderada por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) “Dr. Manuel Martínez Báez”. Lo anterior determina el éxito y la solidez de la información generada por el SINAVE para la toma de decisiones en Salud Pública.

Vale la pena destacar que el InDRE es el Laboratorio Nacional de Referencia insignia de nuestro país, punto de referencia para los países de la región, y que el trabajo que se realiza en este instituto es de muy alta especialidad, pero, sobre todo, de una calidad reconocida a nivel internacional. En el tema de Vigilancia Epidemiológica y de Diagnóstico por Laboratorio nuestro país se encuentra entre los más reconocidos en el mundo entero.

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En relación con la vigilancia epidemiológica basada en eventos, la Dirección General de Epidemiología funge como el Centro Nacional de Enlace para el Reglamento Sanitario Internacional y mantiene contacto estrecho con la Organización Mundial de la Salud para la evaluación de riesgos a la salud pública. El personal especializado en vigilancia de eventos epidemiológicos nacionales e internacionales opera durante 24 horas en la Unidad de Inteligencia Epidemiológica y Sanitaria (UIES) para el análisis de la información derivada de dichos fenómenos y realiza cotidianamente el análisis de riesgos que permiten priorizar acciones de respuesta ante emergencias en salud pública.

Por otro lado, los sistemas especiales de vigilancia epidemiológica constituyen un componente esencial para el análisis, confirmación y seguimiento de casos, así como la caracterización de las defunciones para la prevención, control, eliminación y erradicación de enfermedades infecciosas de importancia nacional e internacional tales como: la poliomielitis; el sarampión; la rubéola; el síndrome de rubéola congénita; y otras de carácter emergente y reemergente como el cólera; el VIH/SIDA; la influenza; la fiebre por Chikungunya; el ébola; entre otras.

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En efecto, el SINAVE ha podido demostrar su sensibilidad en la detección agentes patógenos que ponen en riesgo la salud de la población. En septiembre de 2013 se identificó en la región de la Huasteca, y por primera vez en México, V.cholerae O1 toxigénico serotipo Owaga, una cepa cuya circulación causó grandes brotes en Haití, República Dominicana y Cuba en los últimos cuatro años. Esta información desencadenó un operativo de salud que incluyó la participación del nivel federal, estatal y local para la realización de acciones específicas de prevención, tratamiento y control de la enfermedad, así como de prevención de riesgos sanitarios (agua limpia). En total, durante 2013 se notificaron 187 casos de los estados de Hidalgo (159); Veracruz (14); Estado de México (9); Distrito Federal (3); y San Luis Potosí (2). La oportunidad de la identificación de casos, así como en las medidas implementadas, dio como resultado el control del brote en las primeras 13 semanas (II).

En relación con las enfermedades transmitidas por vector, en diciembre de 2013 la Organización Panamericana de la Salud notificó la circulación autóctona del virus Chikungunya y su diseminación en la Región de las Américas. Por lo anterior se emitieron recomendaciones a los países que incluían: contar con la capacidad instalada para para detectar y confirmar casos de Fiebre Chikungunya; diagnosticar y tratar a los pacientes; implementar una estrategia de comunicación con la población; así como implementar la vigilancia epidemiológica a partir de la ya existente para dengue.

En México se han realizado diversas acciones en torno al tema que incluyen el fortalecimiento del sistema de vigilancia epidemiológica y por laboratorio, y la emisión de un aviso preventivo de  viaje al Caribe y epidemiológico a todas las Unidades de Sector Salud. Gracias a las acciones realizadas en México en materia de vigilancia epidemiológica de laboratorio y capacitación del personal de salud en los diferentes niveles ténico-administrativos, el SINAVE pudo identificar casos tanto importados como autóctonos de la enfermedad, información que ha desencadenado acciones focalizadas de prevención, promoción de la salud y control del vector.

Es importante mencionar que la complejidad del comportamiento de las distintas enfermedades en la población fundamenta la necesidad de evaluar periódicamente las políticas públicas vigentes, así como el constante fortalecimiento de nuevos sistemas de vigilancia epidemiológica que respondan a los retos que plantea tanto la transición epidemiológica como la demográfica, que puedan favorecer la equidad entre las distintas regiones del país.

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Ante los retos actuales que plantea la dinámica demográfica, social y epidemiológica, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica debe continuar su recorrido hacia un sistema dinámico y flexible que esté siempre a punto y dispuesto para seguir generando la información estratégica para la seguridad en salud, y que contribuya incluso de manera importante como un factor mismo de la seguridad nacional.

Definitivamente no podemos abandonar un sistema que tiene una enorme sensibilidad y especificidad para las enfermedades infecciosas, pero hoy el país exige fortalecer un sistema que pueda proporcionarnos información valiosa y estratégica en el tema de las enfermedades crónicas no transmisibles, y por qué no, de los entornos en los que éstas se desarrollan. Enfrentar los retos actuales no significa desandar el camino, significa fortalecer y ampliar las capacidades de un sistema bondadoso que ha sido el pilar en la toma de decisiones en salud pública en México, durante ya muchos años.

Estoy completamente convencido de que, entre muchas otras cosas y casos, los mexicanos podemos estar muy orgullosos de nuestro SINAVE, un sistema que no es nuevo, pero que está siempre joven gracias a que todo el personal que en el país hace la epidemiología de todos los días trabaja con pasión, convencido de la utilidad que tiene la información epidemiológica en la vida de todos los mexicanos.

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Referencias:

I. Tapia-Conyer R. El Manual de Salud Pública. 2ª Ed. México. Intersistemas, 2006: pp 59-89.

II. Díaz-Quiñonez A, Hernandez-Monroy I, Montes-Colima N, Moreno Pérez A, Galicia-Nicolas A, Martínez-Rojano H, Carmona-Ramos C, Sánchez-Mendoza M, Rodríguez-Martínez J, Suárez-Idueta L, Jimpenez-Corona ME, Ruiz-Matus C, Kuri-Morales P, Outbreak of Vibrio Cholerae Serogrup O1, Serotype Ogawa, Biotype El Tor strain-La Huasteca Region. Mexico, 2013. MMWR 2014; 63 (25):552-553. 

Cuitláhuac Ruiz
Director General de Epidemiología. Secretaría de Salud, México.
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