por Ana Güezmes (@AnaGuezmes)
México ha tenido importantes avances en los casi 20 años de implementación de la Plataforma de Beijing, pero también tiene desafíos significativos
En la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en septiembre de 1995, las y los representantes de 189 países lograron, después de intensos debates, acordar compromisos de alcance histórico para el empoderamiento de las mujeres y las niñas y para la igualdad de género. Cuando la Conferencia llegó a su fin, se adoptó la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, el consenso para la acción más progresista que reconoce que la plena realización de los derechos de las mujeres y las niñas es piedra angular del desarrollo sostenible, la democracia y la paz. La Plataforma, que incluye doce esferas de preocupación (I), es una ruta clara para poner en acción la Carta Magna de las mujeres, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), adoptada en 1979 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, que nace a partir del impulso de la primera Conferencia de la Mujer realizada en México en 1975, y que a la fecha es de obligatorio cumplimiento para los 188 países que la han ratificado.
Entre el 9 y el 20 de marzo de 2015 (II), en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas en Nueva York, representantes de los Estados Miembro, entidades de las Naciones Unidas y organizaciones de la sociedad civil de todas las regiones del mundo revisarán los progresos logrados en la implementación de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, así como los desafíos actuales y las oportunidades para incorporar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en la agenda para el desarrollo posterior a 2015.
El Estado Mexicano ha presentado su informe bajo el liderazgo del Instituto Nacional de las Mujeres y la Cancillería (III). El examen que se realiza a escala nacional, regional y mundial (IV) tiene como propósito acelerar el ritmo hacia la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres. Se busca un compromiso renovado, acciones reforzadas y un aumento de los recursos para alcanzar la igualdad de género y el cumplimiento de los derechos humanos en los hechos para todas las mujeres y las niñas del mundo.
México ha tenido importantes avances en los casi 20 años de implementación de la Plataforma de Beijing pero también tiene desafíos significativos. Se ha avanzado en la educación de las niñas y las adolescentes, pero sigue pendiente mejorar la calidad de la educación, ampliar las oportunidades educativas para las mujeres rurales e indígenas, y eliminar la segregación de las mujeres en áreas clave del conocimiento y de la tecnología. Es necesario trabajar arduamente para que los avances en la educación signifiquen retornos económicos para las mujeres.
En el ámbito laboral subsisten la discriminación salarial y la segregación ocupacional; además, las mujeres tienen serias restricciones para participar en el mercado de trabajo. La más importante, sin duda, es la que se refiere al trabajo no remunerado que realizan mayoritariamente las mujeres tanto en labores domésticas como de cuidados de personas dependientes.
Se necesitan esfuerzos contundentes para que las mujeres puedan tener ingresos propios, incrementar su acceso a la propiedad, al crédito, la tecnología y, principalmente, a trabajos de calidad, con igual salario por trabajo de igual valor. Se requiere un cambio estructural de las políticas públicas para que respondan a las necesidades de cuidado actuales y futuras con mayor acceso a servicios públicos de calidad (más estancias infantiles y cuidado de personas dependientes); infraestructura en la vivienda y trasporte público; políticas de protección social universal; es decir, se requiere de la corresponsabilidad social de las familias, del gobierno y del sector privado con el trabajo de cuidados.
A fin de prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas, México tiene la obligación de armonizar las leyes y los códigos civiles y penales con los estándares de derechos humanos. También es necesario hacer frente a las causas estructurales de desigualdad y mejorar los servicios y respuestas coordinadas y multisectoriales. Es importante invertir en prevención y en acceso a la justicia, y poner fin a la impunidad y la permisividad social que rodea a la discriminación y la violencia.
Para México sigue siendo un importante desafío hacer efectivo el liderazgo de las mujeres y cumplir, al mismo tiempo, con el principio de paridad, recientemente incorporado en la Constitución. Se necesita intensificar los esfuerzos para asegurar la participación igualitaria de las mujeres en todas las esferas, incluyendo los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en los gobiernos locales, en las empresas, en la academia, en los medios de comunicación y al interior de los partidos políticos.
Dos de los retos más importantes del Estado Mexicano se refieren al ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos; los niveles de mortalidad materna y embarazo de las mujeres adolescentes que prevalecen desafían la coordinación interinstitucional y demandan atención especial y urgente.
México tiene una oportunidad histórica: ha invertido en el avance educativo de las mujeres con acciones afirmativas como pocos países en la región; ha construido el andamiaje jurídico; cuenta con mecanismos institucionales para el avance de las mujeres; y la participación de mujeres en el Congreso es histórica. La Reforma al Artículo Primero Constitucional en materia de derechos humanos es ahora la mejor garantía para avanzar con los compromisos del Estado Mexicano para la protección de los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
El Plan Nacional de Desarrollo por primera vez contiene una estrategia transversal para incorporar la igualdad sustantiva en los programas sectoriales. Todo ello ha ocurrido porque el país cuenta con un movimiento organizado de mujeres en la política y en la sociedad que ha luchado incansablemente por los derechos de las mujeres, y porque se han consolidado instituciones y mecanismos en los tres poderes del Estado. Sin embargo, el camino a la igualdad sustantiva todavía es largo.
Los países en el mundo están trabajando actualmente para definir la agenda de un desarrollo sostenible para después del año 2015. Los acuerdos previos señalan que es imprescindible considerar la igualdad de género como eje transversal a los objetivos que se definan, así como considerarla un objetivo de desarrollo transformador e independiente, en sí mismo (V).
Sin igualdad entre hombres y mujeres ninguna sociedad puede lograr el ansiado desarrollo sostenible en su triple dimensión: económica, social y ambiental. México puede romper el círculo de la pobreza y la desigualdad si genera las condiciones necesarias para que niñas, adolescentes y jóvenes vivan libres de violencia y discriminación y puedan acceder a oportunidades de educación, tecnología y, posteriormente, a empleos de calidad, teniendo en cuenta las particularidades de grupos en mayores condiciones de vulnerabilidad como las niñas y mujeres migrantes, rurales, indígenas, afrodescendientes, las que viven con alguna discapacidad y en condiciones de pobreza, entre otras.
Sin duda es tiempo de que la igualdad sea una realidad para las niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres en México y el mundo. Hoy y todos los días, la igualdad entre mujeres y hombres es progreso para toda la sociedad, es desarrollo sostenible para México. Las expectativas son altas, y así debe ser.
Notas:
I. Las doce esferas de preocupación de la Plataforma de Acción de Beijing son: La mujer y la pobreza; Educación y capacitación de la mujer; La mujer y la salud; La violencia contra la mujer; La mujer y los conflictos armados; La mujer y la economía; Mecanismos Institucionales para el Adelanto de las Mujeres (MAM); Los derechos humanos de la mujer; La mujer y los medios de difusión; La mujer y el medio ambiente; La niña; La mujer en el ejercicio del poder y la adopción de decisiones.
II. Ver información sobre el quincuagésimo noveno período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en http://www.unwomen.org/es/csw/csw59-2015
III. Ver informe y revisiones previas en: http://www.inmujeres.gob.mx/inmujeres/index.php/ambito-internacional/beijing
IV. El Consejo Económico y Social en su Resolución 2013/18 ha instado a los Estados a que emprendan exámenes nacionales exhaustivos. Cada país, con el liderazgo de los mecanismos para el adelanto de las mujeres y sus Cancillerías, ha presentado un informe que será integrado en uno regional por lasComisiones Regionales (la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en nuestra región). Los exámenes nacionales y regionales contribuirán al examen y la evaluación mundiales que ONU Mujeres preparará y presentará durante el 59º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CWS-59).
V. Al respecto, ver la propuesta de los países que en el Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General de las Naciones Unidas que plantea como uno de sus 17 objetivos, la igualdad de género. Ver en http://sustainabledevelopment.un.org/focussdgs.htmly. Esta consulta representa el preámbulo del proceso de negociación que concluirá con la adopción de la Agenda de Desarrollo Sostenible en la Asamblea de Naciones Unidas en septiembre de 2015.
Ana Güezmes Representante de ONU Mujeres en México. Fue Asesora para América Latina y el Caribe en Políticas Públicas en el UNFPA, y ha trabajado con diferentes organismos internacionales en apoyo a las políticas públicas. Es médica y especialista en salud comunitaria por la Universidad Complutense de Madrid y Maestra en Gerencia y Gobierno en Salud Pública de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. @AnaGuezmes |