Escrito por 12:00 am Desigualdades, Especial

A estudiar y jugar, NO a trabajar

por Ignacio Rubí

Cintillo FINAL

En este artículo nos proponemos sumar a las diversas voces y actores que se han propuesto combatir el fenómeno del trabajo infantil en México, desde un espacio gubernamental, y compartir la visión institucional del trabajo cotidiano que se realiza en favor de los niños, niñas y adolescentes con el objetivo de sacarlos de los espacios laborales e incorporarlos a las escuelas en el nivel básico hasta su terminación, y que desarrollen las capacidades que les proporcionen mayores elementos si su condición económica familiar precisa de incorporarse a actividades productivas posteriores y que puedan forjarse un mejor futuro.


Para comenzar, tenemos que decir que el reconocimiento del trabajo infantil como un desafío público permite hacer  conciencia de su relevancia, y visibilizar los problemas interdependientes que se dan a su alrededor, como la pobreza, la inequidad, la deserción escolar, la desnutrición y la fractura de la posibilidad de acceder a mejores oportunidades laborales y educativas en el futuro, entre otros factores. El tema genera una exigencia moral a los países del mundo y sus gobiernos, para buscar e implementar políticas de atención deliberadas e integrales, proactivas e incluyentes, que garanticen a la población infantil el ejercicio pleno de sus derechos.

Según estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la causa principal del trabajo infantil es la pobreza y el escaso ingreso familiarI; sin embargo, aun con el escaso ingreso producto del trabajo infantil, las familias continúan en la pobreza y se perpetúa su condición de vulnerabilidad. Este hecho da como resultado un círculo vicioso que seguirá reproduciéndose si se mantienen alejados del Sistema Educativo Nacional a niñas, niños y adolescentes que trabajan.

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La complejidad y multicausalidad del trabajo infantil exige que se le enfrente con políticas y programas integrales e intersectoriales, a través de estrategias nacionales y locales; por ello, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social fortalece el reconocimiento de la conceptualización del trabajo infantil como el primer paso para la creación de condiciones políticas y jurídicas que favorezcan a niñas, niños y adolescentes que realizan actividades laborales a temprana edad.

En ese sentido, la concepción de trabajo infantil adoptada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social expresa lo siguiente: “la participación de una niña, un niño o un adolescente en una actividad productiva que se realiza al margen de la ley, ya sea por debajo de la edad mínima de admisión al empleo de acuerdo al marco jurídico nacional, prohibida por su naturaleza o condición de exposición, por ser peligrosa e insalubre y que puede producir efectos negativos, inmediatos o futuros, para su desarrollo físico, mental, psicológico o social y/o que, por las largas jornadas, limiten o impidan el disfrute de sus derechos humanos y laborales, en especial la asistencia o permanencia en la escuela”II.

El trabajo infantil en cifras

A nivel mundial millones de niñas, niños y adolescentes están obligados a trabajar en condiciones peligrosas e insalubres que afectan seriamente su desarrollo físico, intelectual y emocional, limitando con ello la posibilidad de aprovechar las oportunidades futuras para acceder a niveles de vida más dignos. A su edad el ideal es que estudien y desarrollen actividades lúdicas.

Ninguna región del orbe se halla libre de este fenómeno. El trabajo infantil como fenómeno histórico-social, cultural y político no tiene carta de naturalización, no conoce fronteras, y ha encontrado en la globalización un aliado potencial para extenderse por todo el mundo.

El reto es enorme: hablando con números, en 2012 casi 168 millones de niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años de edad en el mundo se encontraban en situación de trabajo infantil; esto equivale a 11% de la población total de niñas, niños y adolescentes. De este universo, 85.3 millones realizan un trabajo peligroso.

Información de la OIT da cuenta, sin embargo, de importantes progresos en el combate al trabajo infantil a nivel mundial, toda vez que durante los años 2008-2012 la población infantil ocupada disminuyó 47 millones, al pasar de 215 a 168 millones.

Las diferencias con que se presenta este fenómeno a nivel regional son considerables. En Asia y el Pacífico se registra un mayor número de niñas, niños y adolescentes en esta condición con un total de 77.7 millones; mientras que en el África Subsahariana existen 59 millones; en América Latina y el Caribe presentan 12.5 millones y 9.2 millones se encuentran en el Medio Oriente y África del norte.

Por grupos de edad, las niñas y los niños de entre 5 y 11 años representan la mayor proporción en situación de trabajo infantil en el mundo: 73 millones en términos absolutos y 44% del total. En los grupos de edad de 12 a 14 y de 15 a 17 años las cifras son prácticamente iguales: 47 millones en términos absolutosIII.

A nivel mundial el sector que registra mayor ocupación laboral es la agricultura concentrando el 59% de las niñas, niños y adolescentes trabajadores; en términos absolutos, se podría hablar de más de 98 millones. Otras actividades en que se ocupan preponderantemente los 54 millones restantes de este grupo de población se encuentran en la rama de los servicios, que incluye el trabajo doméstico, 11.5 millones, y 12 millones en la industria, principalmente en la economía informal.

Después de revisar el contexto internacional, es necesario decir que los avances en torno al tema del trabajo infantil en México son alentadores, aunque existen todavía 2.5 millones de razones más que alientan las tareas de combate contra este fenómeno.

Datos del INEGI contenidos en el Módulo de Trabajo Infantil (MTI) 2013 arrojan resultados positivos. Al comparar la población infantil ocupada de 5 a 17 años en 2013, respecto del año 2007, se presenta una reducción de 33.4% en el número de niñas, niños y adolescentes ocupados. Un dato aún más revelador es que durante el periodo 2011-2013 la población de 5 a 17 años en situación de trabajo infantil en nuestro país disminuyó en más de 500 mil, al pasar de 3.0 a 2.5 millonesIV.

De estos 2.5 millones de niñas, niños y adolescentes ocupados, 1,165,167 no recibe ingresos y el 36% únicamente trabaja, abandonando por completo el sistema educativo. Las actividades que desarrollan responden a los sectores observados a nivel internacional: la mayor cantidad se encuentra en el sector agropecuario, con el 30%; en actividades comerciales el 26%; en el sector servicios el 25%; el 13% está en la industria; el 4% en la construcción y solo el 2% no está especificado.

Los motivos por los que trabajan son: el 23.3% para “pagar su escuela y gastos propios”; el 22.5% porque “el hogar necesita de su trabajo”; el 22.4% “por gusto o solo por ayudar”; y el 13.5% para “aprender un oficio”.

En el país, para 2013, la entidad federativa que concentró la mayor tasa de ocupación infantil fue Colima, con un 14.3% de un total de 165 mil niñas, niños y adolescentes que habitan en el estado; en números absolutos la cifra asciende a 23,595. Este hecho obedece a distintas variables, como la pobreza; el acceso limitado a educación de calidad; tecnologías de producción obsoletas; mercados laborales disfuncionales; acceso limitado a bienes públicos y medios de producción; tolerancia a la participación infantil en actividades productivas; así como marcos institucionales débiles y permisivos.

Sin este contexto que nos evidencia la realidad que se vive en el escenario mundial, dentro del cual México no es ajeno, sería imposible imaginar la magnitud de este problema que atañe no solo a los gobiernos, sino a los organismos internacionales y nacionales encargados de dar seguimiento y generar datos más actualizados sobre la situación del trabajo infantil.

Además del aspecto estadístico que funge como un mecanismo para visibilizar la problemática a la que alude este artículo, México ha impulsado diversas políticas y modificaciones constitucionales con el fin de acoplar las leyes nacionales a los convenios internacionales de la OIT, en favor de la configuración de un escenario en el que niñas, niños y adolescentes sean sujetos de derechos.

Andamiaje jurídico-normativo y programático

La normatividad internacional que conforma los esfuerzos para erradicar el trabajo infantil incluye a la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, el Convenio 182, relativo a la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación, así como el Convenio 138 sobre edad mínima para trabajar estandarizada en 15 años, ambos de la OIT. Instrumentos ratificados por México, que establecen los estándares en materia de derechos humanos, condiciones generales de trabajo, seguridad y salud en el trabajo, los cuales reconocen la importancia del mejoramiento de las condiciones de vida de niñas, niños y adolescentes.

Ante este compromiso internacional, México se posiciona en el concierto de naciones y establece una Política Nacional para prevenir y erradicar el trabajo infantil y proteger a los adolescentes trabajadores en edad permitida, atendiendo al cumplimiento de la normatividad en materia de derechos humanos y considerando el principio del interés superior de la niñez. En este sentido, el gobierno de la República, ha promovido una serie de cambios normativos en las leyes nacionales a fin de combatir el trabajo infantil en el país.

En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículos 1º y 4º, se puntualiza que todas las personas disfrutarán de los derechos humanos reconocidos y que en todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Las niñas, los niños y las y los adolescentes tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Bajo esta lógica, se publicó el 4 de diciembre de 2014 la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que tiene como objeto reconocerlos como titulares de derechos y establecer los principios rectores de la política nacional en la materia.

El tema del trabajo infantil representa un asunto de primer orden para el Estado mexicano; en tal virtud, en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, en su Meta Nacional “México Próspero”, se establece la estrategia “4.3.2 Promover el trabajo digno o decente”, en una línea de acción específica denominada “Contribuir a la erradicación del trabajo infantil”.

Este compromiso se materializa en el Programa Sectorial de Trabajo y Previsión Social 2013-2018, en su objetivo tercero, de salvaguardar los derechos de los trabajadores y personas en situación de vulnerabilidad y vigilar el cumplimiento de la normatividad laboral, a través de la estrategia “3.2: Prevenir y erradicar el trabajo infantil y proteger a menores trabajadores en edad permitida”, integrada por 10 líneas de acción orientadas a la prevención y erradicación de esta problemática.

Este marco jurídico-normativo y programático da el sustento necesario para respaldar la promoción y construcción de políticas públicas y programas que garanticen los derechos de la infancia. Dichos instrumentos, junto con las normas de la OIT que extienden la cobertura de la protección social, y las que aseguran el trabajo decente de los miembros adultos de las familias, permitirán combatir de manera exitosa el trabajo infantilV.

Asimismo, con el establecimiento de la edad mínima de admisión al empleo en 15 años, se pretende garantizar el acceso y permanencia en el Sistema Educativo Nacional de las niñas, niños y adolescentes, a fin de que concluyan su educación básica obligatoria. De poco más de 3 millones de niños que al inicio de esta administración realizaban trabajo prohibido o ilegal, hoy hay 500 mil niños menos en esa condición.

De igual manera, la reforma a 19 artículos de la Ley Federal del Trabajo, en materia de prevención y erradicación del trabajo infantil y protección de adolescentes trabajadores en edad permitida, amplió a 18 años la edad reconocida para realizar actividades consideradas peligrosas.

Principales acciones

La iniciativa que el Presidente Enrique Peña Nieto envió el 12 de junio de 2013 al Congreso de la Unión, para reformar el Artículo 123 Constitucional Apartado “A”, Fracción III, a fin de elevar la edad mínima de admisión al empleo de 14 a 15 años, fue aprobada por el Congreso de la Unión en abril de 2014. La reforma y su armonización con la Ley Federal del Trabajo aprobada por la Cámara de Senadores el 30 de abril de 2015, posibilitaron al Estado Mexicano el ratificar el Convenio 138 de la OIT sobre la edad mínima de admisión al empleo.

Con el fin de fortalecer la función inspectiva federal y local, se integró una metodología de identificación y retiro del trabajo infantil en los centros de trabajo y la canalización de la atención de presuntos delitos cometidos a menores de edad, denominado “Protocolo de inspección en materia de trabajo infantil y protección al trabajo adolescente permitido”, mismo que se entregóen febrero de 2014 a los secretarios del trabajo de las entidades federativas, con la finalidad de impulsar su aplicación a nivel local y el cual se encuentra en proceso de actualización en función de las reformas legislativas antes referidas.

En cumplimiento a lo dispuesto por el Convenio 182 de la OITsobre las peores formas de trabajo infantil, resulta necesario destacar la difusión del listado de trabajos peligrosos e insalubres prohibidos, a través de la “Carta de derechos humanos y laborales para adolescentes trabajadores en edad permitida”, con lo cual se promueve el trabajo digno o decente para menores trabajadores en edad permitida.

Para promover una cultura de prevención y erradicación del trabajo infantil y posicionarlo como un tema de interés público y social, se desarrolló del 3 de noviembre al 31 de diciembre de 2014, la campaña nacional de comunicación “México Sin Trabajo Infantil”, con el objetivo de construir una conciencia moral–racional, capaz de sensibilizar a los mexicanos frente al tema.

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La coordinación es otro de los temas importantes en el funcionamiento del entramado institucional. En ese sentido, el Titular del Ejecutivo Federal, publicó el 12 de junio de 2013, en el Diario Oficial de la Federación, el decreto por el que se creó la Comisión Intersecretarial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección de Adolescentes Trabajadores en edad permitida en México (CITI),con el propósito de articular y armonizar los esfuerzos de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal en el diseño, ejecución y evaluación de políticas, programas y acciones en materia de prevención y erradicación del trabajo infantil, así como para la protección del adolescente trabajador en edad permitida. Este mecanismo colegiado, tiene su réplica en las 32 entidades federativas del país, con lo que estos espacios territoriales se suman al quehacer nacional por erradicar este fenómeno social.

Es pertinente reconocer la participación de actores sociales interesados en participar en las acciones contra el trabajo infantil como la Fundación Telefónica, a través de la firma de un Convenio de Colaboración en octubre de 2013, con el propósito de desarrollar conocimientos, conceptos y métodos que apoyan la capacitación, educación, protección e información en la materia.

Se creó el Módulo de Trabajo Infantil 2013, como un mecanismo de recopilación de datos estadísticos de manera bianual sobre la ocupación laboral de menores de edad, cuyo objetivo central es contar con información sobre la cantidad y las características de los niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años que realizan actividades económicas, domésticas y escolares, principalmente.

Por primera vez en 2015, se entregó el Distintivo “México sin Trabajo Infantil” (MEXSTI), a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, a las instituciones y organizaciones de los sectores público, privado y social,así como a organizaciones sindicales, que cuentan con procesos, políticas, programas yacciones que contribuyen a la prevención y erradicación del trabajo infantil y a la protección delas y los adolescentes trabajadores en edad permitida en México. Se entregaron 98 reconocimientos a las siguientes instituciones y organizaciones: 50 al sector privado, 41 al sector público, seis a organizaciones de la sociedad civil y la restante a una organización sindical.

El Distintivo Empresas Agrícolas Libres de Trabajo Infantil (DEALTI), es un mecanismo de reconocimiento que se ha entregado a 324 centros de trabajo agrícolas, desde su creación en 2010,que adoptan políticas de cuidado y protección infantil, a través de la cual instrumentanacciones para el pleno desarrollo de las y los hijos de familias jornaleras, rechazan la utilizaciónde mano de obra infantil y promueven la protección de los trabajadores menores de edad.

Estas acciones, entre otras, permitirán que las niñas, niños y adolescentes permanezcan en la escuela hasta que concluyan su educación básica y se les brinden mayores capacidades y herramientas para la vida, fortalezcan su empleabilidad y se constituyan como personas productivas en su etapa adulta con más posibilidades de mejorar sus condiciones de vida y romper el círculo vicioso de la pobreza.

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Consideraciones finales

El cometido es claro, fortalecer la política nacional de protección al interés superior de la niñez, que considera a las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos y reprueba las prácticas que toleran y fomentan el trabajo infantil.

En la medida en que seamos capaces de reincorporar y retener dentro del sistema educativo a niñas, niños y adolescentes, estaremos contribuyendo a elevar su nivel de calificación y de empleabilidad, y al mismo tiempo a aumentar la productividad y competitividad del país, para el consiguiente mejoramiento de las condiciones de bienestar para los mexicanos.

Se sabe que el reto es mayúsculo, por ello se requiere de la participación de todos los actores sociales, y cada esfuerzo realizado por la sociedad representa, sin duda, un avance importante.

Las acciones encaminadas para contribuir a la erradicación del trabajo infantil en nuestro país, están siendo orientadas al fortalecimiento del marco legal, normativo y programático, a la promoción de los derechos laborales y a la coordinación interinstitucional de los tres órdenes de gobierno.

Los cimientos de la construcción institucional para combatir el trabajo infantil están siendo sólidamente establecidos en la administración federal 2012-2018.

NOTAS:

I. OIT-IPEC, “Trabajo infantil: Causa y efecto de la perpetuación de la pobreza”, 2007.

II. Definición adoptada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, integrada a partir de los indicadores de la “Resolución de la Decimoctava Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo”, en Ginebra 2008, vista en el Taller de Análisis del Módulo de Trabajo Infantil.

III. Gobierno de la República. Secretaría del Trabajo y Previsión Social. “El trabajo infantil en México: Avances y desafíos”. Biblioteca Mexicana del Conocimiento. México, 2015.

IV. Idem.

V. Organización Internacional del Trabajo. Oficina Regional para América Latina y el Caribe. “Trabajo Decente y Juventud en América Latina, Políticas para la acción”. Lima, Perú. 2013.

Ignacio Rubí
Subsecretario de Previsión Social de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social; Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México; y, Miembro del Colegio de Licenciados en Ciencias Políticas y Administración Pública
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