Este miércoles 30 de septiembre entregaré la consejería electoral en el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG), luego de seis años en ese encargo que recibí de la autoridad electoral nacional. Han sido seis años de intensos aprendizajes, que nunca podré agradecer de manera suficiente a los trabajadores, ejecutivos y consejeras(os) del instituto, así como a los actores políticos y partidistas con los que conviví, a veces de manera accidentada, pero siempre compartiendo el compromiso de velar por esta delicada democracia que nos hemos dado los guanajuatenses desde 1995.
sigue al autor en Twitter: @riondal
Lee el artículo: Consulta y engaño
Estoy contento con lo que pude aportar dentro de los márgenes de mi experticia. No soy abogado ni administrador público, y la materia electoral en México se ha complejizado hasta extremos que la hacen difícil de seguir y conocer en sus detalles. Yo me desarrollé en ambientes poco formales, donde se apuesta más a la creatividad y a la buena fe. El Derecho electoral, en cambio, es el reino de la desconfianza mutua, los formalismos que atan la natural propensión de los actores políticos a trampearse; el territorio de las certezas jurídicas, donde la interpretación y la hermenéutica son peligrosas.
Confieso que me resistí hasta el final a esos formalismos, pero reconozco que son necesarios en un entorno cultural de alta desconfianza. México es un país con habitantes que aún deben dejar de ser “pueblo” para convertirse en ciudadanos, asumiendo derechos, pero también responsabilidades. Como afirma Francis Fukuyama en su libro Trust: la confianza es la argamasa elemental para la construcción de capital social, de redes solidarias de individuos colaborativos. Y en este tipo de capital somos deficitarios en los espacios del poder social mexicano. Por eso intenté concentrar mi esfuerzo dentro del IEEG en su segunda obligación constitucional: la generación de cultura cívica.
Atendí con entusiasmo otros temas que domino. No siempre logré generar acciones trascendentes, pero sí comprometí mi mejor empeño.
- Cinco fueron mis mayores satisfacciones:
- 1) como académico, haber logrado que el IEEG se convirtiera en casa editorial con liderazgo nacional;
- 2) como educador, haber impulsado la integración de una Estrategia de Cultura Cívica para el Estado de Guanajuato (ECCEG 2018-2023) que tropicaliza y actualiza la Encívica del INE;
- 3) como estudioso de la migración internacional, haber logrado la instalación temprana de la Comisión Especial para el Voto de los Guanajuatenses en el Extranjero en marzo de 2016, siete meses antes que el INE, por lo que el IEEG se convirtió en referente nacional;
- 4) como antropólogo, haber liderado los trabajos para atender la sentencia 84/2018 del tribunal electoral local, que nos obligaba a reglamentar para potenciar los derechos de representación política de pueblos y comunidades indígenas de la entidad, y
- 5) como investigador, haber logrado que en la última reforma electoral local, el instituto esté obligado, por medio de su secretaría ejecutiva, a impulsar los estudios electorales –artículo 98, fracción XXXIX “Realizar y difundir estudios e investigaciones científicas sobre las materias político electoral y cultura política”.
Continuaré en la siguiente colaboración…
También te puede interesar: Consulta indígena en Guanajuato, 2
(*) Antropólogo social. Consejero electoral del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato. Profesor ad honorem de la Universidad de Guanajuato. luis@rionda.net – www.luis.rionda.net – rionda.blogspot.com – Twitter: @riondal