En México, los accidentes cobran la vida de más de 30 mil personas al año. Los ahogamientos se encuentran entre las causas más comunes, y particularmente, preocupa la incidencia de ahogamientos de niñas y niños menores de 10 años, entre quienes hay un importante número de casos anuales.
De acuerdo con las Notas Técnicas de la Organización Mundial de la Salud, los Ahogamientos son la tercera causa de muerte por traumatismos no intencionales en el mundo. A continuación de reproduce tal Nota del Organismo, con datos actualizados al mes de abril de 2021.
El «ahogamiento» se define como el proceso de sufrir dificultades respiratorias por sumersión/inmersión en un líquido, con resultados que cabe clasificar entre: muerte, morbilidad y no morbilidad.
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Según las estimaciones, en 2019 murieron 236 000 personas por ahogamiento, con lo que este se convierte en un grave problema de salud pública en todo el mundo. En 2019, los traumatismos supusieron casi un 8% de la mortalidad mundial total. El ahogamiento, que es la tercera causa más importante de mortalidad por traumatismo no intencional, representa un 7% de todas las muertes relacionadas con traumatismos.
Todas las economías y regiones del mundo sufren mortalidad por ahogamiento y soportan la correspondiente carga, aunque:
Aunque los datos son escasos, varios estudios aportan información sobre las consecuencias económicas de los ahogamientos. En los Estados Unidos de América, el 45% de las personas muertas por ahogamiento forma parte del segmento económicamente más activo de la población. Solo en este país, los ahogamientos en aguas litorales entrañan costos directos e indirectos por valor de US$ 273 millones al año. En Australia y el Canadá, el costo total de los traumatismos por ahogamiento es, respectivamente, de US$ 85,5 millones y US$ 173 millones al año.
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Existe un amplio margen de incertidumbre en torno a la estimación de la mortalidad por ahogamiento en el mundo. Los métodos utilizados para clasificar los datos oficiales sobre ahogamientos hacen que se excluyan las muertes por ahogamiento intencionado (suicidio u homicidio), así como los ahogamientos resultantes de inundaciones catastróficas e incidentes en el transporte acuático.
Los datos procedentes de países de ingresos altos indican que los métodos de clasificación llevan a subestimar sustancialmente (hasta en un 50% en algunos casos) el tributo total que suponen los ahogamientos. En muchos países las estadísticas sobre casos no fatales de ahogamiento son difíciles de conseguir o poco fiables.
Según el Informe mundial sobre los ahogamientos, la edad es uno de los principales factores de riesgo, vinculado en general a lapsos de inatención en la supervisión de un niño. A escala mundial, los índices de ahogamiento más elevados corresponden a los niños de 1 a 4 años de edad, seguidos de la franja de edad de 5 a 9 años. En la Región del Pacífico Occidental de la OMS los niños de entre 5 y 14 años de edad mueren más frecuentemente por ahogamiento que por cualquier otra causa.
Especialmente elocuentes son las estadísticas presentadas en el Informe mundial en relación con ahogamientos de niños en algunos países.
Los varones, con un índice global de mortalidad que duplica el de las mujeres, están especialmente expuestos al riesgo de ahogamiento. También tienen más probabilidades que las mujeres de ser hospitalizados por un episodio de ahogamiento no mortal. Los estudios indican que ello se debe a una mayor exposición al agua y a prácticas más arriesgadas, como los baños en solitario, a veces tras consumir alcohol, o la navegación.
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Tener mayor acceso al agua es otro factor de riesgo. Las personas que se dedican a la pesca, ya sea industrial o de subsistencia, están más expuestas al ahogamiento, tanto más si utilizan botes pequeños, como ocurre en los países de ingresos bajos. Los niños que viven cerca de puntos o cursos de agua al aire libre (acequias, estanques, canales de irrigación, piscinas) corren especial peligro.
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Los ahogamientos suponen el 75% de los fallecimientos que se producen a resultas de inundaciones catastróficas. Estos fenómenos se producen cada vez con más frecuencia e intensidad, una tendencia que se espera que se mantenga en el futuro como parte del cambio climático. El riesgo de ahogamiento aumenta en caso de inundación sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos, donde las personas viven en zonas expuestas a las inundaciones y la capacidad para alertar, evacuar o proteger a la población en caso de inundación es escasa o incipiente.
A menudo los trayectos cotidianos desde y hacia el lugar de trabajo, así como los viajes de migrantes o solicitantes de asilo, tienen lugar en embarcaciones sobrecargadas, poco seguras y carentes de material de seguridad, o pilotadas por personas que no tienen la formación necesaria para navegar ni para reaccionar en caso de incidente. El personal que trabaja bajo los efectos del alcohol o de drogas representa un factor añadido de riesgo.
Existen otros factores vinculados a un mayor riesgo de ahogamiento, por ejemplo:
Hay muchas medidas que son útiles para prevenir los ahogamientos. El hecho de instalar barreras para controlar el acceso a masas de agua que supongan un peligro (cubriendo pozos, erigiendo barreras con puertas o corralitos, vallando el perímetro de piscinas, etc.) o de eliminar por completo esas masas de agua reduce el nivel de riesgo a peligros acuáticos.
La instauración de sistemas comunitarios supervisados de cuidado de los niños en edad preescolar puede reducir el riesgo, amén de presentar otras ventajas contrastadas desde el punto de vista de la salud. Otro enfoque es enseñar habilidades básicas de natación, seguridad acuática y rescate seguro a los niños en edad escolar. Es preciso poner el acento en la seguridad y encuadrar esta labor en un sistema global de gestión del riesgo que incluya un programa lectivo de seguridad probada, un área de instrucción segura, procesos de preselección y selección de los estudiantes y una proporción entre estudiantes e instructores que ofrezca garantías de seguridad.
Para prevenir ahogamientos también es importante aplicar políticas y leyes eficaces. Instituir y hacer cumplir reglamentos de seguridad en la navegación recreativa y el transporte de mercancías o personas es un elemento importante para mejorar la seguridad en el medio acuático y prevenir ahogamientos. Generar resiliencia ante las inundaciones y gestionar el riesgo de inundación mediante una mejor planificación de la preparación para desastres y de los usos del suelo y mediante sistemas de pronta alerta puede evitar ahogamientos en caso de inundaciones catastróficas.
La elaboración de una estrategia nacional de seguridad acuática puede suscitar un mayor nivel de conciencia en la materia, generar consenso en torno a posibles soluciones, fijar las líneas de actuación estratégica y ofrecer un marco de referencia que oriente las actividades multisectoriales y permita seguir y evaluar la labor realizada.
En noviembre de 2014, la OMS publicó el Informe mundial sobre los ahogamientos, primer informe de la Organización dedicado exclusivamente a este tema, en el que se observaba que la cuestión se había pasado por alto en gran medida hasta entonces y que tanto los gobiernos como los círculos de investigación y elaboración de políticas debían hacer mucho más para otorgar prioridad a la prevención de los ahogamientos y a su integración dentro de otros planes de salud pública.
En el Informe mundial sobre los ahogamientos se formulan recomendaciones dirigidas a los gobiernos para que estos adapten y apliquen programas eficaces de prevención de los ahogamientos, generen datos de mayor calidad sobre el tema y elaboren planes nacionales de seguridad acuática.
Dentro del informe se destaca asimismo el carácter multisectorial del problema y se preconiza un mayor grado de coordinación y colaboración entre los organismos de las Naciones Unidas, los gobiernos y las principales ONG e instituciones universitarias con el fin de prevenirlo.
Para mayo de 2017 la OMS publicó Prevención de los ahogamientos: una guía de aplicación. La guía se basa en el Informe mundial sobre ahogamientos y ofrece orientaciones concretas sobre el modo de llevar a cabo intervenciones destinadas a prevenir los ahogamientos.
(1) Los datos de mortalidad por país se han tenido en cuenta cuando cumplían los siguientes criterios: cobertura estimada de los fallecimientos nacionales igual o superior al 70%; menos de un 20% de causas de muerte mal definidas; 10 o más muertes en el grupo de edad de 1 a 14 años; y existencia de datos correspondientes a 2007 o años posteriores.
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Hola, primero que nada felicitarlos por el artículo. Soy Fernanda Gallego, socia fundadora del programa Buzzos. Water Safety Education. Un Curso de Supervivencia Acuática Infantil para la prevención del ahogamiento en bebés y niños.
En el artículo habla sobre la importancia de la prevención en edades preescolares y sobre la enseñanza de habilidades de natación y seguridad acuática. Por lo que les dejo mis datos, por si quieren ampliar la propuesta de la Seguridad Acuática en la población infantil de 6 meses a 7 años.
¡Gracias!