Washington, DC, 6 de marzo de 2020 (OPS)- En los últimos diez días, 13 países de América Latina y el Caribe reportaron casos confirmados de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), además de los Estados Unidos y Canadá. Ante la rápida llegada del virus, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó a los países a contener el virus, salvar vidas a través de la protección de los trabajadores de salud y la preparación del sector para atender pacientes, y reducir la transmisión a través de acciones y medidas multisectoriales. América debe prepararse para enfrentar el COVID-19, eso es definitivo.
Hasta la tarde de hoy, se confirmaron 257 casos en diez países y cuatro territorios de la región (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guayana Francesa, Martinica, México, República Dominicana, Estados Unidos, San Bartolomé y San Martín).
“Los países de América Latina y el Caribe ya están en la fase de respuesta a casos y conglomerados de casos de la COVID-19”, afirmó la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne. “Los países necesitan estar listos para responder con las herramientas que tienen a la situación que vivimos hoy, con casos importados, pero también ya prepararse para mañana, con la posibilidad de que ocurran brotes localizados o una transmisión en la comunidad”, agregó Etienne durante una actualización sobre la situación regional para la prensa primero y luego para los embajadores en Washington ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La OPS está trabajando intensamente con los países que tienen los sistemas de salud más débiles. La Organización ha fortalecido las actividades de vigilancia de sus Estados Miembro para la detección temprana de posibles casos importados de la COVID-19 y para garantizar la preparación de los servicios de salud. También ha capacitado y equipado 29 laboratorios en toda la Región para llevar a cabo pruebas y diagnósticos de COVID-19, y ha desarrollado una herramienta que permite a los hospitales analizar su preparación para atender casos.
Etienne describió tres posibles situaciones que los países de la región pueden enfrentar -simultáneamente o incluso entre zonas de países más grandes- con COVID-19: conglomerados de casos luego de importaciones; grandes brotes en “lugares cerrados”, como asilos, prisiones, campamentos militares, reuniones masivas; y transmisión comunitaria masiva, que tiene mayor probabilidad de ocurrir durante la temporada de gripe.
Para enfrentar esas situaciones, la Directora de la OPS consideró que existen tres tipos de acciones que se pueden tomar: contener el virus después de su introducción a través de la detección y el aislamiento de casos y el rastreo de contactos; trabajar con el sector de la salud para salvar vidas a través de la protección de los trabajadores de la salud y la organización de los servicios para responder a una posible mayor afluencia de pacientes críticos; y desacelerar la transmisión, mediante un enfoque multisectorial y el trabajo con Educación, Transporte, sociedad civil y otros para determinar las medidas públicas que se activarán de ser necesario, y que pueden incluir el cierre de escuelas, la cancelación de reuniones masiva, el teletrabajo y otros.
“Es importante evitar una reacción exagerada a las importaciones y los brotes”, subrayó Etienne, y llamó a la población y a los medios de comunicación a hacer su parte también para reducir el riesgo de infección, protegerse y proteger a otros de la COVID-19 en cada situación que se pueda presentar.
A su turno Jarbas Barbosa, Subdirector de la OPS, señaló que “es temprano para proyectar el futuro del virus en la región, por eso hay que estar preparados para responder con base en el conocimiento que ya tenemos hoy”. Barbosa indicó que “es muy probable que tengamos un crecimiento del número de casos y de países que registren casos porque van a recibir viajeros” dijo, pero aclaró que “la vigilancia debe ir más allá de los viajeros porque los casos muy probablemente serán identificados en los servicios de salud”.
La enfermedad se transmite de forma muy parecida a la de la gripe o un resfriado común: por contacto cara a acara con estornudo o tos o por contacto con secreciones de personas infectadas. Según la información que se tiene hasta el momento, la gran mayoría de los casos de la enfermedad (80%) son leves y se recuperan, un 20% son graves y de ellos alrededor del 2% pueden terminar en la muerte. Los fallecimientos se han dado principalmente en personas mayores o que viven con otras enfermedades, como cardiovasculares y diabetes.
“El impacto de la COVID-19 en los servicios de salud dependerá de su transmisibilidad y de la gravedad con la que afecte a las personas”, indicó Ciro Ugarte, director del departamento de Emergencias en Salud de la OPS. Ugarte pidió a los países activar sus planes, alistar los sistemas de salud para anticiparte a infecciones graves y a una carga extra para los servicios, y anticiparse a una posible transmisión comunitaria, que incluya medias de mitigación no farmacéuticas y la readaptación de los servicios.
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