Angelina Petrovna Belova. Fue una pintora, ilustradora y grabadora de origen ruso, más conocida como Angelina Beloff. Gran parte de sus obras son expuestas en el Museo Dolores Olmedo. Repasar, y analizar su obra y la biografía de Beloff, nos hace cuestionarnos en cuál ha sido el papel de las mujeres artistas mexicanas en la primera mitad del siglo XX, y cuáles fueron sus aportaciones. Recordemos que muchas estuvieron a la sombra de las grandes figuras como Diego Rivera, Siqueiros, o Rufino Tamayo. Sin embargo, lo primero que viene a la memoria en el caso de Angelina es que fue la esposa rusa de Diego Rivera por diez años. Cuando más allá de esa circunstancia ella fue una gran artista y trabajó varias técnicas entre ellas el grabado de manera excepcional y con estudios formales en su profesión dejando un gran de legado a México.
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¿Por qué es importante conocer el trabajo de mujeres como Angelina Beloff? Es muy importante revalorar y reinterpretar lo que parece ser un discurso establecido hegemónicamente a la sombra de los “grandes nombres” cuando en el escenario del arte mexicanos hubo muchas más aportaciones artísticas formales y serias. En el 2012 el Museo Mural Diego Rivera 2012 hubo una exposición sobre ella titulada “Trazos de una vida”, en la cual Mireida Velázquez curadora de la exposición llegó a comentar que desde hace veinte años la historiografía del arte moderno mexicano se ha preocupado por estudiar las corrientes artísticas, los otros artistas y hechos que van de la mano de las figuras del Muralismo resaltando que esos artistas fueron tan grandes que dejaron atrás a otros.
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Angelina Beloff nació en San Petersburgo en 1879, perteneció a una familia típica y tradicional de clase media en Rusia. Su padre Mijail Beloff fue un abogado magistrado del senado, y su madre Catherine Camonen ama de casa. Angelina, además tenía tres hermanos y una hermana. Por el trabajo de su papá Angelina viajó mucho aportándole esto una gran sensibilidad para observar y captar su entorno. Al principio, y por interés de su padre intentó ingresar a la escuela de medicina sin lograrlo.
Poco tiempo después y debido a su gusto por dibujar y pintar, en 1898 comenzó por las noches sus estudios artísticos en la Academia del Maestro Braz. Posteriormente, a través de un concurso ingresó a la Academia Imperial de las Artes de San Petersburgo, donde aprendió a copiar bajo un modelo clásico naturalezas muertas y, más tarde, con modelo al desnudo. No obstante, es expulsada por una huelga estudiantil y continuó estudiando en escuelas particulares. Más adelante logró hacer un curso en pedagogía para convertirse en maestra de dibujo.
Al morir sus padres, Angelina se va a París, en 1909, para seguir con su formación artística. Estando allí ingresó a la Escuela Henry Matisse, y después a la de Anglada Camarasa donde conoció a la pintora María Blanchard quien fue su amiga y por la que conoció a Germán, y Lola Cueto. En un viaje estando en Brujas (Bélgica) es donde conoció a Diego Rivera y dos años después se casó con él siendo para ella su único matrimonio. su hijo nació en 1917 , Miguel Ángel Diego, que lamentablemente falleció estando muy pequeño por complicaciones pulmonares con tan solo catorce meses de edad, y del que Rivera nunca reconoció su paternidad.
La situación en París estaba convulsa, pues debido a la Primera Guerra Mundial estaba muy difícil todo y había escasez en muchos artículos de primera necesidad, y también en los suministros artísticos. En ese tiempo, Angelina trabajó de lo que pudo, pero sin dejar de lado proyectos e intercambiar ideas con artistas que eran sus amigos como Picasso, Marie Laurencin, Amedeo Modigliani e Ilya Ehrenburg.
Diego y Angelina se separan definitivamente en 1921. Diego, fue llamado por José Vasconcelos, y regresó a México para impulsar su carrera como artista, mientras Angelina trabajó como restauradora de cuadros en Montmartre, continuando como grabadora para editores de libros, contribuyendo con grabados y litografías en color, al mismo tiempo también continuará exponiendo obra en el Salón de otoño, que era una exposición de arte que se celebraba anualmente en París desde 1903; al igual expone en El Salón de las Tullerías, y otras exposiciones independientes.
En 1932 por insistencia de Germán, y Lola Cueto, Angelina viaja a México. Allí Palma Guillén en su calidad de jefe de escuelas de primaria y secundaria de la Secretaría de Educación Pública le asigna un trabajo como maestra de dibujo en la Escuela Secundaria no. 6, en la que se desempeñó como maestra hasta 1948.
En ese trabajo Angelina debía enseñar a los estudiantes a hacer juguetes de tela, madera y otros materiales. Beloff no fue ajena a la obra mural de Diego aquí en México, y al igual en ese año ella tiene su primera exposición individual en la Sala de Arte de la Secretaria de Educación Pública. Poco a poco su obra se fue adaptando a México y su lenguaje creativo a esta realidad. Perteneció a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), y durante un año colaboró como escritora para la revista “El Maestro Rural” estableciendo que el dibujo debería ser una materia en todos los niveles escolares.
También ejerció el oficio de traductora de ruso al español. Pero sin duda lo más interesante fue cómo se da esa iniciativa de la Secretaría de Educación (SEP) ahondando en la formación de grupos de teatro de Guiñol, y despertando un gran interés para Angelina, pues el teatro de muñecos es percibido como medio de aprendizaje para el alumno espectador. De este modo, Beloff realizó escenografías, elaboró muñecos y divulgó esta forma de enseñar. Se volcó a estudiar e investigar, a aprender hacerlos, y llevarlos a los niños de colonas marginadas. Inclusive el gobierno de México la comisionó a estudiar en Europa el proceso del Teatro Guiñol, posteriormente sería publicado su libro “Muñecos Animados. Historia, técnica y función educativa del teatro de muñecos en México y el mundo”. Los trabajos destacados que Angelina Beloff realizó aquí en México fueron como ilustradora y artesana de libros principalmente.
Realizó dos murales, uno en el Hospital Infantil de México titulado “Escenas de Circo”, y otro en la casa de la familia González Gallo en Guadalajara, Jalisco. Es muy importante mencionar que Angelina fue uno de los miembros fundadores del Salón de la Plástica Mexicana donde expuso constantemente. Además, también se mostraron obras de su autoría en exposiciones colectivas a través de la Sociedad Mexicana de Grabadores en México, Estados Unidos y Europa. A la edad de 85 años comienza a escribir sus memorias, y dos años después sería reconocido su trabajo como pintora, grabadora y por sus treinta y cinco años de estadía en México en una exposición homenaje realizada en el Museo del Palacio de Bellas Artes en la que se expusieron unas doscientas obras. Fallece a causa de una esclerosis en 1969 a los 90 años.
Como pintora, hizo muchos retratos y acuarelas. Trabajó con varias técnicas como el óleo, acuarela, grabado, fotografía, artes gráficas, títeres, gouaches. Hizo hermosos paisajes, e ilustraciones educativas, y marionetas. La obra de Beloff es una fusión de estilos europeos con imágenes y colores mexicanos, siendo sus principales influencias artísticas Matisse, Cézanne, y Picasso (siempre admiró a Cézanne podemos ver su influencia en bodegones, retratos y paisajes). En sus trabajos se capta su sentir por lo mexicano, eso sí, evitó plasmar símbolos nacionales mexicanos, prefiriendo recrear lo cotidiano. Dejó escritas sus memorias a manera de diario (Beloff, 1986), y gracias a ellas nos han aportado información sobre su vida.
Angelina Beloff desde que llegó a México formó parte de una nación que la recibió con generosidad, y en la que pudo crear grandes lazos de amistad que le proporcionaron el apoyo necesario para seguir con su carrera. El amor también tiene que ver también con los límites. Angelina Beloff vivió en México y nunca más se volvió a casar. Aportó sus conocimientos y quehaceres enriqueciendo el patrimonio cultural mexicano que hasta hoy en día podemos apreciar. Es importante dar a conocer a esas artistas mujeres que estuvieron bajo la sombra de “los grandes” y de las que a veces, en muchas ocasiones, ni se les conoce.
En alguna ocasión Laura González Matute, investigadora de la Coordinación Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas del INBA, mencionó que por lo general a Beloff se le identificaba más como la que fue esposa de Diego Rivera en París, que como artista. Y que fue etiquetada como una creadora mediana, de carácter frágil, lastimada por el abandono del muralista y siempre en espera del reencuentro.
Sin embargo, Beloff despegó e hizo su propia carrera. Y esto nos hace reflexionar también en que el amor no es entregar todo por el otro, eso es una locura. Hay gente que entrega todo su ser para ser amada. Fue una artista rusa, francesa y mexicana. Supo adaptarse a México, y dejó como legado su trabajo. Mujer de carácter tranquilo y apacible, no buscó protagonismo ni grandes reconocimientos, se dedicó a producir arte. Supo también estar sola… Y tú… ¿Sabías de ella?
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Solo como referencia de que fue esposa de Diego Rivera, y desgraciadamente así hay muchas artista que son desconocidas, gracias por esta publicación me gustó mucho, además me despeo la curiosidad para conocer y buscar su obra
Gracias