La invasión rusa a Ucrania perturbó a casi todo el mundo el 24 de marzo de 2022, alarmó por sus consecuencias geopolíticas, conmovió por el sufrimiento de la población ucraniana y sobre todo por sus víctimas civiles, refugiados y desplazados, preocupó por las repercusiones económicas e inflacionarias, desató temores por la nueva ola de armamentismo en Europa, y sigue teniendo más repercusiones que marcarán este y los próximos años de la historia.
Escrito por: Enrique Provencio D.
Según la ACNUR, la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, 2022 cerrará con mas de 7.8 millones de ucranianos registrados en su paso a través de Europa, de los cuales 4.8 son refugiados que han solicitado protección temporal, sobre todo en los países vecinos. Dentro de Ucrania, casi 6 millones de personas están desplazadas de sus sitios de residencia habitual, y al menos 12 millones se han quedado sin electricidad. En pleno invierno, toda la infraestructura eléctrica y de calefacción está dañada en algún grado, y otras instalaciones críticas se encuentran afectadas, sobre todo en las colindancias con las actuales zonas de enfrentamientos https://data.unhcr.org/en/situations/ukraine .
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Que otras regiones y países estén en condiciones críticas por motivos parecidos, no le resta gravedad a la situación ucraniana. Solo bajo la protección de ACNUR había 27.1 millones de refugiados a fines de 2021, además de los 5.8 millones de palestinos que permanecen en tal circunstancia. A esta misma fecha, los desplazados internos en diversos países rebasaban los 53 millones https://www.acnur.org/es-mx/datos-basicos.html . Por donde se vea, se trata de una crisis humanitaria de grandes proporciones, que rebasa las capacidades de la ONU y de la cooperación internacional para atenderla.
De algún modo, y tras nueve meses de la invasión a Ucrania, estamos más cerca de la normalización de la guerra que de una respuesta generalizada que favorezca la paz. El Secretario General de la ONU fue muy claro al decir, el pasado 20 de septiembre, que ante este conflicto armado y las otras crisis globales, el mundo no está dispuesto o no está preparado o a afrontarlas, que “estamos bloqueados en una disfunción global de proporciones colosales”, que nos encontramos en peligro y paralizados ante las tensiones geopolíticas, con las instituciones y la cooperación internacional socavadas, con la confianza debilitada en que funcione la solución colectiva de los grandes problemas https://unric.org/es/discurso-del-secretario-general-ante-la-asamblea-general/ .
Ante las violaciones al derecho internacional y la desprotección de los derechos humanos, el sistema de las Naciones Unidas está rebasado, aunque no queda otro recurso más que los acuerdos multilaterales, “la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje y el arreglo judicial” (ibid), que requieren todo el apoyo de los gobiernos y de las sociedades. Sin embargo, y aunque no haya opciones a la vista, se le regatea o se le condiciona la solidaridad a la ONU.
La huella de la invasión a Ucrania, sumada a las secuelas de la crisis de 2020 se prolongará a 2023 e incluso más adelante, no solo en la inflación global, la afectación al comercio mundial de alimentos y las distorsiones energéticas en Europa, sino también en los retrasos que sufrirán las metas del Acuerdo de París de cambio climático, el uso de mayores recursos para financiar el nuevo armamentismo, el efecto del endurecimiento monetario y en otras áreas problemáticas más.
Ya desde mediados del año estaba plenamente configurado un proceso de pérdidas persistentes, en relación con las tendencias previas a la pandemia y frente a la recuperación que se estaba viendo en 2021 https://bit.ly/3GdQIMg . Ahora el panorama se complica más por los efectos económicos globales que muy probablemente tendrá la nueva ola de COVID en China.
En unas semanas el mundo entero estará cumpliendo tres años de la pandemia del COVID, y todo indica que eso ocurrirá en un contexto de elevada incertidumbre, en medio de la intensificación del COVID en China, con nuevas tensiones económicas que pueden postergar la recuperación económica, y en medio de una crisis humanitaria, sin una salida a la vista de la invasión rusa a Ucrania. Esto no se parece nada a la nueva normalidad que tanto se anhelaba, y por la que estamos haciendo tan poco.
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Frase clave: guerra, guerra en ucrania, tercera guerra mundial
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