Los pacientes de coronavirus no solo tienen afectaciones en a nivel físico: las secuelas del COVID-19 pueden afectar también su salud mental. Además, los niveles de ansiedad y estrés han aumentado en toda la población.
“Las investigaciones iniciales muestran que hasta un tercio de los pacientes que se recuperan pueden sufrir cambios duraderos en su estado de ánimo y padecer ansiedad o depresión”, señala la Organización Panamerica de la Salud.
La OPS advierte que aquellos pacientes con COVID-19, además de los sintomas físicos que provoca la enfermedad, experimentan también insomnio, dificultad para dormir, desvarío o incluso depresión.
Además, el resto de la población también se ha visto afectada en su salud mental, por el miedo constante a contagiarse de una enfermedad grave o la preocupación por su vida y la de sus seres queridos.
“La pandemia de COVID-19 ha causado una crisis de salud mental en nuestra región de una magnitud nunca vista. Urge que el apoyo a la salud mental se considere un factor esencial de la respuesta a la pandemia”, señaló hace poco la directora de la Organización Panamericana de la Salud, la doctora Carissa Faustina Etienne.
De acuerdo con Etienne, aunque la pandemia ha generado estrés en toda la población, afecta en mayor medida a quienes padecían desde antes algún trastorno mental. Además, la depresión y la ansiedad, que ahora se han exacerbado, eran ya dos de las principales causas de depresión en Amércia Latina y el Caribe.
“Los tres países más países más afectados por el coronavirus- Brasil, Estados Unidos y México-indican que más de la mitad de los adultos sufren niveles de estrés asociados a la pandemia”, advierte la OPS.
Además, el consumo de drogas y alcohol para “controlarlos” se ha disparado, lo que, de acuerdo con el organismo internacional, ha creado un círculo vicioso que ha incrementado los problemas de salud mental en la región.
Según información publicada recientemente en México Social, los niveles de depresión en México ya eran preocupantes antes de la llegada de la pandemia, por lo que es una situación que debe atenderse con urgencia.
Aquí los datos que nos permiten darnos cuenta de la complejidad de la situación en nuestro país:
“De acuerdo con la misma ENH, 2017, de los 109.28 millones de personas mayores de 7 años que había en esa fecha en el país, 33.38 millones manifestaron haberse sentido deprimidas al menos una vez. 13.4 millones son hombres y 19.97 millones, mujeres.
De esa suma, 3.85 millones declararon sentirse deprimidas a diario (11.53% de quienes se han sentido deprimidas); 3.85 millones declararon sentirse deprimidas semanalmente; 3.8 millones declararon sentirse deprimidas una vez al mes; mientras que 22.84 millones declaran sentirse deprimidas una vez al año”.
Lee el artículo completo en: “COVID-19, depresión y suicidio”
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