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A tu inefable presencia
A Yorch, mi numen Italia, enero de 2021. En noches de invierno
Hago dono de mis manos aladas de ninfa, lúbricas, anhelantes de esculpirte en el ateneo de mi bóveda celeste. Hago dono de mis sueños más íntimos, recónditos, secretos testigos de tu inefable presencia en mi latitud. Hago dono de mis labios de fresca flor, ávidos, palpitantes libando la semilla, tu fuego líquido. Hago dono de mis noches en tempestad, navegante, argonauta testigos de tu inefable presencia en mi latitud. Hago dono de mi cuerpo febril de mujer, rosa de los vientos, treinta y dos rumbos buscando tu isla, la geografía de tu piel. Hago dono de mi mar en calma, vaivén, oleaje testigos de tu inefable presencia en mi latitud. Hago dono de mis ojos embelesados de musa, sonrientes, enamorados mirándote de día dormir. Hago dono de mis horas alborozadas y taciturnas, jubilosas, silentes testigos de tu inefable presencia en mi latitud. Hago dono de mis piernas dichosas de amazona, bruñidas, marmóreas orbitando tu cadera sideral. Hago dono de mi luz y mi oscuridad, candorosa, voluptuosa testigos de tu inefable presencia en mi latitud.
Lee la publicación: Apuntes poéticos
Te busqué como se busca
A Yorch Italia, febrero de 2021. En días y noches de invierno
Te busqué como se busca la existencia misma del alma y escribirte quiero del aleteo de alas de ángel en mi espalda deseo de amarrar mi nave a tu mano, puerto seguro. Te busqué como se busca el aire fresco en ardiente verano y escribirte quiero de cuando te vi en mi naufragio de ultramar anclándome en el océano de tus ojos, faro en el mar. Te busqué como se busca de la pesadilla despertar y escribirte quiero mi deambular en la noche del mundo, sonámbula fugitiva. Te busqué como se busca la brújula en altamar y escribirte quiero que encontré el norte magnético al tú asomar en el horizonte, cual mapa de navegación. Te busqué como se busca lluvia y sed y escribirte quiero de tu relámpago en cielo sereno, que me da luz y calor. Te busqué como se busca reflejar los pasos en los espejos del cielo y escribirte quiero de caminar en pavimento de estrellas, descalza, en tu cosmos. Te busqué como se busca el vértigo con el salto domar y escribirte quiero de izar las velas en el agua de tus sueños, edén submarino. Te busqué como se busca la luz en la tiniebla y escribirte quiero de dormir en tus brazos de luna menguante, arrullo total.
Mi mejor cuento
A mi mejor cuento, siempre Tú Italia, febrero de 2021. En días y noches de invierno
Hace mucho tiempo, en un reino lejano, suelen iniciar los cuentos faltaría el bosque encantado, castillos y dragones, la magia de Merlín, más en la hoja donde escribo, tu nombre es principio sin fin, sin colorín colorado, un para siempre es. Érase hace mucho, suelen iniciar los cuentos faltarían los siete mares, encuentros con seductoras sirenas, la furia del Kraken, mas en las olas de tus sábanas, tu nombre es principio sin fin, con la eternidad de una noche, un para siempre es. Había una vez, suelen iniciar los cuentos faltaría el tiempo y modo, tu sustantivo aquí, la gramática innovar, mas sin anclas de pasado y tiempo, tu nombre es principio sin fin, al presente y al futuro, un para siempre ser. Muchos años antes o muchos después –a la Gabo–, inicia mi cuento falta inventarte, los remos de tus brazos en mi hondo lago, la fertilidad de las náyades, mas en tu ausencia, húmeda presencia, tu nombre es principio sin fin, sin límite de espera, un para siempre ser. Con colorado colorín, este cuento no acabó aquí.
La casa
Per Alberto, il mio mecenate Con cariño inalterable y gratitud inmarcesible Italia en todas las estaciones
En un remoto lugar del mundo hay una casa pequeña pequeñita, abrazo de consuelo al viajero, agua de vida al sediento. Que en primavera renacen sus pétalos amarillos, refugio sus puertas son, hacen germinar la solitaria semilla en exuberante flor. En un remoto lugar del mundo hay una casa pequeña pequeñita, en bosques encantados donde viven hadas y duendes gentiles. Que en verano abre sus ventanas al mundo ojos vigilantes son, cuando el aire arrastra el calor africano adormeciendo la espera de lo que no llega. En un remoto lugar del mundo hay una casa pequeña pequeñita, rodeada por las montañas del buen ermitaño, hombre brujo es. Que en otoño ayuda a mi mudar de hojas del alma historias nuevas son, escritas con tono esperanza del tintero de las noches de ensueño. En un remoto lugar del mundo hay una casa pequeña pequeñita, habitada por un ser alado, alma grande, ojos serenos tan parecidos a los de el Che. Que en invierno huele a leña que arde, incendio del corazón es, cuando el día se vuelve noche antes de tiempo y dentro las horas elásticas son. En un remoto lugar del mundo hay una casa pequeña pequeñita, donde el ángel del Bien dice todo con su silencio, y disipa la niebla, curando heridas con un ciao!
Brindis
Al olvido y al encuentro México-Italia 2020-2021
Brindo al olvido que dejaste fuera de tu maleta y a tu ausencia que escurría por las paredes, brindo a las palabras de amor que me negaste y a las frases atroces que me reservaste, brindo a la sonrisa que me robaste y a la luz que a los días devoraste, brindo a la soledad acompañada que me condenaste y a los fantasmas que habitan la casa vacía, brindo a los sueños que depredaste el sueño y a las gotas de insomnio que me instilaste, brindo a la lealtad, cristal de Murano que fragmentaste y a los filosos pedazos rotos que me dejaste, brindo a la cara oculta de tu luna que revelaste y a las princesas seducidas escondidas en tu castillo, brindo a las cuerdas de tu guitarra que ya no suenan y al silencio en tu pentagrama. Brindo al niño de miel que manda la ventura y a lo que su encuentro despierta en el letargo del corazón, brindo a la lluvia dulce sobre lo salado y a sus manos aladas volando en mi cielo, brindo a las cuerdas de su guitarra que ya suenan y a la melodía en su pentagrama. Un último brindis al olvido que empaco en tu maleta y a tu ausencia que destierro del edén, no ser nombrado borra la esencia despacio te diluye, insomne translúcido, te devora la luz, fotografía velada eres y no, no voy a pronunciar tu nombre.
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