Escrito pormexico_social• 1 marzo, 2021• 1:00 am• Especial • 5 Comentarios

Arte incómodo: reflexiones sobre la mujer en las artes visuales

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La exposición Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931), ordenada a través de episodios particularmente significativos de este sistema artístico, genera un conjunto de escenarios para reflexionar desde la colección del propio Museo, y para analizar algunas de las consecuencias más profundas de una mentalidad compartida. En todos estos espacios las mujeres que aparecen son pocas veces protagonistas por voluntad propia y rara vez están en los lugares que desean; sólo fueron invitadas incómodas en la escena artística de su tiempo. —Museo Nacional del Prado, Madrid Setrata de una serie de “arte Incómodo” donde las mujeres son las protagonistas.

El Museo se pregunta en qué medida hoy podría ser igualmente considerado precisamente así: como “arte incómodo” o hemos transitado hacia una sociedad más igualitaria.

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“Falenas” de Carlos Verger (1920)

Esta obra es comentada por Aída E. Bueno Sarduy, antropóloga del NYU, Middlebury College y Boston University.

“Verger se concentra en la mirada de una de ellas, en la que se revela esa supuesta inestabilidad mental que las teorías higienistas atribuyeron a las mujeres de vida desordenada, consecuencia de su falta de realización como esposas y madres”.

“Colcha y dosel para cama de aparato” de autor desconocido (1860-1890)

Elena Cenalmor, historiadora del Arte del Museo Nacional del Prado, explica que el bordado fue el espacio más frecuente de desarrollo creativo de la mujer durante el Antiguo Régimen, y continuó siéndolo a lo largo del siglo XIX.

“Después del baño (Desnudo de mujer)” de Raimundo de Madrazo (h. 1895)

Amaya Alzaga, historiadora del arte de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) explica la obra de Madrazo y narra cómo el desnudo académico exigía un pretexto literario y un escenario concreto que lo dotara de argumento y estableciera una cierta distancia con el espacio físico y temporal del espectador.

Madrazo expuso a la mirada masculina este refinado y sensual desnudo de una parisina sorprendida en su ‘toilette’. Su estética rococó, realzada por la delicadeza del polvo de talco y la lencería dieciochesca, marca esa supuesta distancia con el espectador, convertido en ‘voyeur’ del aseo femenino.