por Mario Luis Fuentes
En México han fallecido por feminicidio, 264 niñas y adolescentes en el periodo del 2015 a enero de 2019; también han sido víctimas de lesiones por violencia intrafamiliar, 60,463 menores de 19 años en el periodo señalado. El subregistro en ambos casos es alto, considerando que se trata de cifras inadmisibles en una sociedad de igualdad. Esto debe parar y debe constituir un llamado a la indignación
A México le urge replantear, en el marco de las nuevas estrategias de seguridad pública, lo que se ha hecho para reducir la violencia feminicida, pero, muy en particular, la que se ejerce en contra de las niñas, por ser niñas.
En efecto, si es de por sí difícil entender el horror que significa el asesinato de mujeres por el hecho de serlo, esa dimensión de la maldad cobra un matiz singular cuando las víctimas son niñas y adolescentes. ¿Cómo explicar la saña y el sadismo implícitos en la violencia ejercida en contra de niñas? ¿Cómo entender el odio hacia una niña por el hecho de serlo? Y más aún ¿cómo diseñar políticas públicas que nos lleven a la inmediata erradicación de esta modalidad de la maldad humana?
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), en México hay una prevalencia de violencia contra las mujeres de 66.1%; es decir, dos de cada tres mujeres de 15 años y más han vivido algún episodio de violencia de género a lo largo de sus vidas.
Frente a ese dato, es interesante observar que, en los últimos años, el número de mujeres que han sido atendidas en el Sector Salud por violencia intrafamiliar ha ido en aumento. En efecto, de acuerdo con los Anuarios de Morbilidad, de la Secretaría de Salud, en 2014 recibieron atención por violencia en sus hogares, 12 mil 726 mujeres de cero a 19 años; para el año 2015, la cifra se incrementó a 15 mil 090 casos; en 2016 creció a 15 mil 901 casos; mientras que en el año 2017 —último para el que se tienen datos— la cifra fue de 16 mil 746. En total, en esos cuatro años, han llegado a hospitales y clínicas del sector salud 60 mil 463 niñas y adolescentes que han sido víctimas de la violencia en sus hogares, a manos de algún familiar.
En ese sentido, es de hacerse notar que entre los años 2014 y 2017 se registra un incremento de 31.5% en el número de casos; esto implica haber pasado de mil 60 casos por mes, o bien, un promedio de 35 casos al día; a mil 395 casos por mes en 2017, o bien, un promedio diario de prácticamente 47 casos por día (dos cada hora).
Sobre el particular debe destacarse además que, en evidencia, no todos los casos de maltrato y violencia intrafamiliar llegan ni al sector salud ni mucho menos al Ministerio Público, por lo que el dato debe ser leído desde una perspectiva que considere un subregistro importante.
Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública muestran que el número de casos de feminicidios, en los cuales la víctima era menor de edad, se han incrementado año con año, al menos en el periodo para el cual se cuenta con estadísticas comparables.
En efecto, las estadísticas sobre incidencia delictiva muestran que, en el año 2015, el número de feminicidios perpetrados contra menores de edad fue de 49; esto implica en ese año, un promedio aproximado de un caso cada 7.5 días. Para el año 2016 la cifra creció a 53 casos de feminicidios contra niñas o adolescentes, es decir, un promedio de un caso cada semana.
Para el año 2017 la cifra de feminicidios contra menores de edad creció a 65 casos, es decir, un caso cada 5.6 días; mientras que en 2018 se llegó a la cifra de 86 casos, o bien, un promedio de un caso cada 4.2 días. Para el mes de enero de 2019, el Secretariado Ejecutivo reportó 11 casos de feminicidios en los que la víctima era menor de 18 años, dato que implicaría un caso cada 2.7 días.
Al respecto, es importante destacar que las 13 entidades con mayor número de casos de feminicidios perpetrados contra adolescentes y niñas concentran 80% de los casos registrados a nivel nacional. En esa lógica, es pertinente destacar al Estado de México en primer lugar en número absoluto de casos, lo cual en buena medida se explicaría por ser la entidad con mayor población en el país; así, en esa entidad se han registrado 44 casos entre los años 2015 y el mes de enero del 2019.
En segundo lugar se encuentra el estado de Veracruz, con 25 casos; seguido del estado de Chiapas, con 22; en cuarto lugar aparece Jalisco, con 21; y en quinto sitio el estado de Sinaloa, con 16.
Hay otro grupo de entidades que tienen más de 10 casos, pero menos de 20, en el periodo señalado; éstas son: Nuevo León, con 13; Sonora y Zacatecas, con 12 cada una de ellas; Chihuahua con 11; y Guanajuato y Oaxaca, con 10 casos en cada uno de esos estados.
Finalmente, entre las entidades que agrupan 80% del total de feminicidios contra menores de 18 años se encuentran Hidalgo y Coahuila, donde, en el periodo señalado, se han contabilizado ocho casos en cada uno de ellos.
Debe decirse, como último punto, que existe una importante correlación estadística entre los datos relativos a feminicidios cometidos contra menores de 18 años y los casos atendidos por el Sector Salud por violencia intrafamiliar, pues el coeficiente de Pearson obtenido es 0.543, dato que indica una asociación significativa entre ambas variables.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 26-febrero-2019, p17.
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