Escrito por 9:00 am Salud

En 2020, el cáncer mató a 10 millones de personas; la mayoría de los países más pobres

cáncer

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 se diagnosticaron en el mundo más de 19 millones de casos de cáncer y 10 millones de personas fallecieron por esta causa, lo que posiciona a la enfermedad como la segunda causa de muerte a nivel mundial. El 70% de estas muertes fueron en países de renta baja y media.

Los datos indican que el 20% de la población padece algún tipo de cáncer a lo largo de su vida. El cáncer de mama, con 11.7% de los casos nuevos (2.3 millones) al año, rebasó al cáncer de pulmón como el más común a nivel mundial; este último se había mantenido por más de veinte años como el más frecuente y mortal. En tercer y cuarto lugar se encuentran los de colon y próstata.

El cáncer también es una de las principales causas de muerte entre niños y adolescentes, con alrededor de 400 mil casos al año.

La OMS ha advertido que en las próximas décadas los casos nuevos podrían aumentarían para ser casi un 50% más altos en 2040. Sin embargo, también ha reiterado en muchas ocasiones que varios tipos de cáncer tienen grandes probabilidades de curarse si se diagnostican y tratan oportuna y adecuadamente.

Actualmente una de cada cinco personas padece cáncer en algún momento de su vida, provocando la muerte de uno de cada ocho hombres y una de cada once mujeres diagnosticados con algún tipo cáncer.

OMS

En 2020, con la pandemia de COVID-19 se ha agudizado la ya de por sí preocupante falta de acceso a diagnósticos y tratamientos asequibles, principalmente en países de ingresos bajos y medios.

Antes de la pandemia, menos del 30% de los países pobres podían dar tratamiento a los enfermos y la OMS informó con que la pandemia de COVID-19 se interrumpieron los tratamientos para el cáncer en más del 40% del total de países en el mundo.

“La carga de la enfermedad afecta de manera desproporcionada a los países más pobres. El año pasado, casi el 90% de las muertes mundiales por esa causa ocurrieron en países de ingresos bajos y medios”.

El consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante y se le atribuye una quinta parte de las muertes por cáncer en el mundo. Si se suma al exceso de peso, las dietas poco saludables, la falta de actividad física y el consumo de alcohol, estos factores combinados constituyen una tercera parte de las muertes por esta enfermedad.

También la contaminación del aire y del agua son factores de riesgo de algunos tipos de cáncer, como el de pulmón, vesícula y colon y las radiaciones ultravioleta del sol son la principal causa de cáncer de piel.

En América Latina y el Caribe se registraron cuatro millones de casos nuevos y alrededor de 1,4 millones de fallecimientos por el cáncer, frente a lo que la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa F. Etienne, ha pedido a los países que conforman la región garantizar el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.

No obstante, en nuestro continente los servicios se han visto seriamente alterados durante la pandemia de COVID 19.

“Tenemos que combatir la pandemia y, a la vez, seguir avanzando en el tratamiento de otras enfermedades, en particular del cáncer. Para los pacientes con cáncer, la falta de diagnóstico, tratamiento y medicamentos puede ser mortal”, señaló Etienne.

En el continente america el cáncer también es la segunda causa principal de muerte y alrededor del 57% de los casos nuevos de cáncer y el 47% de las muertes por esta causa fueron de personas menores de 69 años.

Para lograr que haya una atención efectiva de la enfermedad durante la pandemia, la OPS ha dado a conocer las siguientes recomendaciones:

  • priorizar el tratamiento para los pacientes con cáncer, teniendo en cuenta cuáles son las intervenciones más seguras y efectivas, la velocidad a la cual se está desarrollando el cáncer y los efectos que tendría retrasar el tratamiento sobre los resultados clínicos y la calidad de vida
  • reducir al mínimo el número de consultas en persona a los centros de salud, especialmente en áreas donde puede haber otros pacientes que puedan tener COVID-19
  • disminuir el riesgo de exposición prestando servicios y realizando los ensayos clínicos en establecimientos alternativos de atención de salud
  • ofrecer consultas de seguimiento, apoyo psicológico o cuidados paliativos por teléfono o de forma remota
  • facilitar la administración de medicamentos, realización de pruebas y toma de muestras en el domicilio
  • trasladar las consultas médicas a ubicaciones donde haya un menor riesgo de exposición
  • cuando sea factible, retrasar las consultas de seguimiento en persona: por ejemplo, cuando los pacientes han finalizado el tratamiento, tengan un buen pronóstico o las consultas puedan hacerse por videollamada


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