Chipre es uno de los países más pequeños del mundo. También es uno de los países con más historia y mayor bienestar. Con una superficie de apenas 9,250 kilómetros cuadrados y una población de poco más de 864 mil personas, esta isla del Mediterráneo tiene un PIB per cápita que lo ubica en el lugar 36 a nivel mundial, con 23,800 euros por persona.
De igual forma, su Índice de Desarrollo Humano lo posiciona en el lugar 32 del mundo y el Índice de Percepción de la Corrupción en su sector público, que es de 59 puntos, lo ha llevado al lugar 38 entre 180 países valorados en esta medición.
Se trata de un país milenario con una trágica historia reciente; una nación dividida por una herida turca que surcó su territorio desde 1974, llevándolo a demostrar su capacidad de resiliencia, readaptación y regeneración a niveles ejemplares para el resto del mundo.
El embajador de Chipre en México, Homer Mavrommatis, conversó con Saúl Arellano, director editorial de México Social, sobre la política social chipriota y los puntos clave que han llevado a este país al desarrollo y el bienestar de su población.
El economista alemán Ernst Friedrich Schumacher escribió el libro “Lo pequeño es hermoso” (Small is beatiful). En él nos dice que cuando un gobierno se enfrenta a una población de menos de un millón de personas es mucho más fácil implementar políticas y ver resultados rápido.
Chipre es un país muy pequeño con un nivel de vida bastante alto y una historia milenaria. En 2004 ingresamos a la Unión Europea, que es uno de los logros más importantes de nuestra política exterior, y en 2008 entramos en la zona euro.
Sin embargo, en 2012 nos tocó una crisis financiera muy fuerte, que produjo muchos problemas sociales. Mucha gente perdió su trabajo; el desempleo alcanzó casi el 14%, y quienes continuaban empleados tenían recortes salariales bastante importantes, de casi 20 por ciento.
No obstante, para 2015 ya estábamos recuperándonos, a diferencia de países más grandes, como Grecia, que tardó más años en salir de su crisis económica. Si se tiene una estructura gubernamental buena y funciona el gobierno, es mucho más fácil implementar cambios importantes en el bienestar de la población.
Tras las crisis financieras y los problemas políticos, nuestro gobierno ha tratado de disminuir los gastos, pero no ha sacrificado el sistema social en general. La clave es encontrar políticas con más eficiencia y mejores resultados.
El territorio de Chipre no alcanza siquiera los 10 mil kilómetros cuadrados y un 36.2% está bajo ocupación desde el año 1974. En ese pequeño territorio vive más de un millón de personas; entre ellos, hay una comunidad musulmana de origen turco, que constituye casi 18% de la población.
Además de eso, tenemos minorías históricas como los maronitas, cuyos orígenes provienen de Siria y Líbano, establecidos con su propia Iglesia. Hay muchos refugiados sirios, hay armenios que se quedaron en Chipre después del genocidio armenio[1] y otras pequeñas minorías.
En el Chipre actual hay una fuerte presencia de extranjeros, la mayoría de países asiáticos, países vecinos. Hoy en día, casi uno de cada diez habitantes es extranjero. Entre ellos podemos ver comunidades grandes de búlgaros y rumanos, quienes llegaron buscando un mejor trabajo, un mejor futuro. Podemos decir entonces que Chipre se parece mucho a otros países pequeños de Europa, como Luxemburgo, donde casi 20% de la población es extranjera.
Entonces, cuando Chipre logró su independencia, en 1960, ya tenía una gran diversidad étnica, y en 1974, con la ocupación turca al norte del país[2], un tercio de los pobladores se convirtieron en refugiados de un momento a otro.
Teníamos que encontrar hogares para esas personas. Los primeros años vivieron en campamentos; sin embargo, ahora ya todos tienen casas, las cuales fueron construidas desde las décadas de los setenta y ochenta, y actualmente muchas de ellas incluso han sido remodeladas.
Pero todo esto se logró gracias a que todos los trabajadores decidieron en ese momento no pedir incrementos en salarios y había paz social, lo que ayudó mucho a combatir la crisis. Habíamos perdido casi 70% del PIB tras la invasión, pero en cuatro años ya estábamos de regreso en los niveles anteriores.
Hoy en día los turco-chipriotas son ciudadanos nuestros; no hay discriminación: tienen pasaportes, cartas de identidad y acceso gratuito a la salud, y tienen derecho a trabajar en la parte que controla el gobierno. Todo eso pudo ser así gracias a cómo reaccionó la población, que lo acepta y lo ve normal.
Lo mismo sucedió durante la crisis financiera de 2012, sobre la cual muchos dicen que tuvo un impacto en la economía tan fuerte como el de la invasión. Nuevamente la población mostró mucha madurez, aceptando muchos recortes en los salarios. Fue un poco más difícil, pero se pudo continuar con los programas sociales de ayuda a los compatriotas turco-chipriotas.
Somos un buen ejemplo de que es posible salir adelante incluso siendo un país pequeño y sin muchos recursos naturales. Y es una experiencia que estamos dispuestos a compartir con otros países pequeños para ayudarlos a lograr un desarrollo continuo para el bienestar de la gente.
Nuestro sistema social fue creado después de la independencia; desde la instauración de la República teníamos el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. En los setenta se creó un sistema de seguro social en el que la gente que trabajaba daba una parte de su ingreso y funciona bastante bien.
Chipre tiene los problemas de casi todos los países europeos: la población envejece y hay tensiones en los fondos, porque hay menos gente trabajando y más personas que viven muchos más años y reciben todas las ayudas sociales, y actualmente estamos empezando a establecer un sistema nacional de salud, al cual la gente se inscribe en línea.
Para acceder a este sistema de salud se tiene que contribuir. Esto fue un tema de discusión muy importante en las negociaciones entre el gobierno y los sindicatos de los trabajadores en el sector público, ya que, según la Constitución, quienes trabajan para el gobierno tienen derecho a la salud gratuita, pero finalmente sí están contribuyendo como los demás.
Es muy pronto para saber si este nuevo sistema funciona o va a funcionar, pero era algo que faltaba en Chipre, y podemos decir que avanza bastante bien.
La educación efectivamente está muy bien; aunque también llegamos a debatir sobre por qué en países como Noruega tienen mejores resultados que nosotros por cada dólar que invierten en su sistema educativo. Pero estamos muy satisfechos de que nuestra cobertura sea amplia y alcance a toda la población.
Todo el sistema educativo es público. Las primeras universidades chipriotas fueron privadas, pero nuestras universidades públicas son de un alto nivel, con muchos profesores extranjeros.
Además, tenemos índices muy altos de gente con maestría. Hace algunas décadas con tener el diploma de bachillerato estaba bien; algunos hacían maestrías y otros pocos, doctorado. Pero eso cambió y se logró porque los maestros tienen muchos derechos y están bien pagados.
A pesar de que en la crisis se llegó a cuestionar que los salarios eran muy altos, queríamos asegurar que los maestros tuvieran un sueldo suficiente para dar lo mejor a los estudiantes, y funcionó bastante bien.
Actualmente la Universidad de Chipre, que es muy pequeña si la comparamos con la UNAM y otras universidades mexicanas, está en los 200 primeros lugares de los rankings, lo cual se logró en dos o tres décadas. Eso nos da mucho orgullo.
En cuanto a las universidades privadas, estas también tienen un buen nivel, y siempre cooperan con universidades extranjeras. La enseñanza en la mayoría de las privadas es en inglés, un sistema mixto entre el de Estados Unidos y el de Inglaterra, en cooperación con universidades de estos países.
La Unión Europea impulsa a los países miembros a aumentar el nivel de educación y social con programas educativos. Tienes que adoptar niveles impuestos por la Unión y eso ayuda a cada país a crecer.
Quizás no jugamos un papel tan importante como el de los países más grandes, pero hemos adoptado todos los convenios sobre el clima y en los últimos 20 años nuestro uso de energía solar y eólica ha crecido.
Aunque seguimos produciendo electricidad por hidrocarburos, ya desde los años sesenta utilizábamos los paneles solares para la calefacción del agua y en las últimas décadas hemos logrado avances muy importantes en el consumo de energías limpias.
Como país miembro de la Unión Europea, estamos sujetos a multas si no alcanzamos los niveles necesarios en el ahorro de energía o el manejo de residuos. Así que no solo nuestro gobierno quiere ser verde, sino que, al mismo tiempo, si no hacemos lo necesario, podríamos recibir estas multas.
Ese sistema funciona muy bien, porque al final todo el mundo ve que su nivel y calidad de vida incrementan mucho más rápido, así como la sensibilidad sobre el medio ambiente.
Ser de una comunidad grande como la Unión Europea ayuda a los países pequeños, porque los estándares ya están definidos por los países más grandes y entonces es mucho más fácil adoptarlos, porque ya sabes lo que tienes que cumplir.
En nuestro caso particular, tenemos desafíos climáticos muy importantes. Cosas que parecen simples pero no lo son tanto, como que en nuestro país casi no llueve. También dependemos mucho del turismo y tenemos que trabajar en proteger nuestras playas y la calidad de los mares. Para ello colaboramos mucho con nuestros países vecinos, como Grecia, Israel, Egipto, Jordania y Líbano.
Estamos trabajando en los temas de protección del medio ambiente, de los mares, del patrimonio subacuático y hemos avanzando bien.
El turismo es la industria más importante para Chipre. En la parte controlada por el gobierno de Chipre recibimos cada año 4 millones de turistas.
En 1962 se contrató a un equipo internacional para hacer un estudio del turismo nacional, a fin de saber cómo podíamos desarrollarlo. Ya era un sector importante desde los años cincuenta, cuando éramos una colonia inglesa.
Sin embargo, la concepción que teníamos del turismo en aquel entonces no era el de playa, ya que nosotros alcanzamos temperaturas de 40 o más grados durante el verano. En las décadas anteriores a la independencia, el turismo de montaña era el centro del turismo para toda la región, ya que es donde hace menos calor y es más fresco.
Pero, como resultado de este estudio, no dijeron algo que tomamos muy en serio: que no era nada más el turismo de montaña, sino también el de playas. Y sí, tenemos muy buenas playas, por lo que poco a poco se fue desarrollando ese modelo. Famagusta, que ahora está en la parte ocupada, llegó a ser el balneario más famoso de Chipre, por la llegada de mucha gente de Hollywood.
En Chipre todas las playas son de acceso público. Si sales a caminar o a trotar en la mañana puedes entrar a las playas de hoteles como el Four Seasons, por ejemplo. Somos un país seguro y no tenemos problemas como los que existen en otros países, donde se tiene que resguardar la seguridad de este tipo de hoteles. Aquí los turistas pueden recorrer libremente toda la playa.
En Limasol, que es la segunda ciudad más importante en población y economía de Chipre, puedes caminar toda la costa; puedes hacer ejercicio en la mañana, al lado del mar. Hay mucha inversión en la infraestructura de la ciudad.
No tenemos mucho crimen ni problemas, por lo que un turista puede esquiar en la mañana en las montañas y bajar a la playa. Hemos tratado de fortalecer ese sentimiento que tiene el turista de que llega a un lugar seguro, en el que no le van a robar, donde puede hacer muchas cosas: si quiere cultura, la tiene muy cerca; si quiere ir a las playas, se queda en las playas. Todo esto se logró porque hay una planificación a cargo del organismo chipriota de turismo, que ahora se convirtió en una subsecretaría de Turismo.
Sin embargo, nuestro problema hoy en día es que no sabemos si podremos tener muchos más turistas. Hace algunos años recibíamos a dos millones al año, y pensábamos que ya era el límite; pero actualmente hemos llegado casi a los cuatro millones.
Si uno ve los perfiles de los turistas que llegan a Chipre, los ingleses siguen siendo los dominantes, son más de un millón y medio. Les siguen los provenientes de otros países europeos, como los rusos, los alemanes y los griegos.
Promocionamos mucho que Afrodita nació aquí para casamientos. Hay mucha gente que viene de Estados en los que no se pueden casar si no tienen la misma religión, y lo hacen por el civil en Chipre. Les gusta casarse en la “isla del amor”, en la isla de Afrodita, porque es algo diferente y atractivo.
Para nosotros es muy importante el turismo de invierno, porque las temperaturas que tenemos aquí son como de primavera. Esto les gusta a los europeos y a los nórdicos sobre todo, porque allá es pura nieve.
Estamos tratando de entrar en nuevos mercados de alto ingreso, pero no es fácil, porque no hay interconectividad de vuelos. Por ejemplo, un mexicano tiene que pagar por lo menos casi 2 mil dólares solo para llegar a la región.
Por eso en México no tenemos una activa promoción de turismo; entendemos muy bien los problemas de distancia. Los pocos mexicanos que van lo hacen porque ahí viven familiares suyos o porque tienen muchas ganas de conocer el país, pero la mayoría de las personas que nos visitan son de la región.
Hemos estado presentes aquí en México ya por casi cincuenta años; establecimos relaciones en 1973. A nivel multilateral, en Naciones Unidas, hay una cooperación muy amplia, en la que nos apoyamos uno al otro en candidaturas y temas globales, como la migración.
En temas como el clima, que van a ser mucho más importantes en el futuro, la cooperación también es estrecha. Nosotros, como parte de un grupo más grande, que es la Unión Europea, y ustedes como actores importantes.
En lo bilateral, se tienen que aceptar algunas realidades, como la distancia. Con el TLC todos nuestros productos llegan hasta Estados Unidos, pero no pasan la frontera para venderse en México, y entonces la gente no los conoce.
Actualmente no hay un intercambio al nivel que queremos, pero pienso que en el futuro sí hay posibilidad de incrementar el comercio, el turismo y el intercambio educativo.
Ve todas nuestras entrevistas en: https://mexicosocial.org/category/contenido/entrevista/
[1] Para más información sobre el genocidio armenio, se recomienda la siguiente lectura: https://elpais.com/internacional/2015/04/22/actualidad/1429718492_977293.html
[2] Para más información sobre la ocupación turca en Chipre, se recomienda la siguiente lectura: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38558296
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