El último mes del 2022, que inició con un gran estallido y ahora, sus últimos alientos antes de dar paso al 2023. Sin embargo, es buen momento para recordar, y por qué no, para imaginar qué es lo que deberíamos esperar para el próximo año.
Escrito por: Andrea Samaniego Sánchez
Fue un año que se antojó como el principio del final de la pandemia, sin embargo, esta sigue latente, se niega a irse, se mantiene al acecho, en este 2022 tuvimos que aprender ahora sí a convivir con una nueva normalidad, en donde el uso del cubrebocas, el gel, las reuniones híbridas parece que llegaron para quedarse. Quien piense que no, nada más falta observar las restricciones que se implementan en distintas partes del mundo y del país con el aumento de los casos por COVID-19 y enfermedades respiratorias de antaño que ahora se mezclan con lo nuevo y que dan pauta a la incertidumbre.
Te invitamos a leer: Lo deseable para 2023
Fue un año complicado para el mundo de la política, distintas movilizaciones a nivel planetario, por una crisis económica y recesión que se configuró desde antes de la pandemia pero que ésta sólo la vino a recrudecer. Ahora, somos testigos de las consecuencias: durante este periodo de enfermedad, observamos que los pobres se hicieron más pobres y los ricos incrementaron sus riquezas. Esto sólo ha mostrado los desgastes propios de las democracias planetarias y del capitalismo tardío.
Fue un año de conflicto, un conflicto entre Rusia y Ucrania y que ya alcanza casi 300 días de que se inició con las consecuencias económicas, políticas, pero las más relevantes, las humanas que ha desatado en términos de muertos y desplazados por la misma.
Y a pesar de todos estos indicadores que auguran un 2023 muy complejo, es diciembre y la época navideña una época donde se pueden pensar escenarios distintos, soñar, ilusionarnos. Permítanme ilusionarme.
Me ilusiona pensar que en 2023 nuestra clase política se ponga a trabajar en aras del bien común, no del triunfo político, pues los problemas a los que nos estamos enfrentando, como comunidad global son cada vez más complejos, no podemos darnos el lujo de perder el tiempo cuando el cambio climático, la crisis económica, la violencia son temas que requerirán del concierto internacional para hacerles frente.
Pienso el 2023 como un momento donde nuestros actores y actrices nacionales cesen con los discursos polarizantes, se avecinan tiempos aciagos y no abonan en la construcción de ciudadanía los encabezados que surgen de uno y otro lado.
Considero que el 2023 debe ser el momento propicio para imaginarnos el planeta y México que deseamos de cara a los próximos años. Así que, que estos días de regocijo y paz, de cercanía con seres amados, donde como la canción de la afamada película “Love Actually” que nos sirva ese espíritu, esos buenos pensamientos, esos buenos deseos para iniciar el 2023 y poderlos llevar a cabo.
Y permítanme tener una última ilusión, que todos ustedes gocen de cabal salud y cumplan sus sueños. Que el 2023 sea ese año que todos deseamos, muchas felicidades.
También te podría interesar: Biodiversidad: nueva y urgente llamada.
Ya han pasado 34 días desde que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo tomó posesión del…
El tlacuache (Didelphis virginiana), también conocido como zarigüeya, es uno de los animales más antiguos…
El 5 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Concienciación sobre los Tsunamis,…
En el panorama político actual de Estados Unidos, Kamala Harris vs Donald Trump representan dos…
El estado de Colima, ubicado en el occidente de México, es una región de gran…
La creciente urbanización en México ha traído consigo un aumento en el número de animales…
Esta web usa cookies.