Toda crisis ofrece una oportunidad y este caso no es la excepción. La aparición de esta pandemia y las crisis, primero de salud y después las económicas y sociales que dejará tras de sí, mueven de manera urgente a la búsqueda de una solución médica para contener la propagación de la enfermedad y en un futuro muy próximo lograr la creación de una vacuna que evite que siga ocasionando pérdidas de vidas.
Por: Patricia Arellano | Síguela en Twitter en: @patyarellanoa
En medio de toda esta terrible problemática, surge el esfuerzo de científicos de todo el mundo, quienes, a través de un trabajo coordinado y conjunto en tiempo real, están compartiendo información y trabajando a marchas forzadas en la búsqueda tanto de una medicina como de una vacuna para este nuevo virus.
Los investigadores médicos están trabajando en descifrar, de manera local, el genoma del virus para entender la manera en que infecta a los organismos y de qué forma se le puede atacar.
Existe también Folding@home (plegamiento en casa), programa desarrollado por la Universidad de Stanford, que es un proyecto de computación distribuida, a gran escala, diseñado para usar los recursos de computadoras personales para realizar simulaciones, reuniendo todos los participantes y funcionando como una gran súpercomputadora alrededor del mundo.
Así, una aplicación que se instala en la computadora permite a los científicos de las universidades alrededor del mundo utilizar el procesador mientras trabajan, para estudiar cómo se comportan ciertas enfermedades como el alzheimer, el párkinson, el huntington, el cáncer y también ahora el COVID-19.
A través de Folding@home se llevan a cabo diferentes simulaciones sobre las proteínas que conforman al virus, determinando cómo es que llegan a su estructura final, cómo funciona el virus, qué daños y afectaciones ocasiona en los enfermos, entre otros, para así poder diseñar medicinas que lo puedan atacar. La predicción de estructuras de proteínas es una de las áreas más importantes de la bioinformática y la química teórica. El objetivo es predecir la estructura tridimensional de las proteínas a partir de su secuencia de aminoácidos.
Al instalarlo en la computadora, funciona en segundo plano mientras se trabaja, utilizando los tiempos inactivos del CPU y, si se permite, se puede utilizar también la capacidad de procesamiento de la GPU de las tarjetas gráficas y de esta manera se contribuye a la investigación.
Por otra parte, hay empresas privadas, organizaciones y personas comunes que utilizan sus medios técnicos y tecnológicos para la elaboración de respiradores más rápidos de fabricar, a un menor costo y con la misma eficiencia, así como materiales de protección para todo el personal médico que hace frente directo a la lucha contra el virus.
También está el trabajo de la comunidad maker de todo el mundo, tanto organizaciones como particulares, quienes han contribuido en la elaboración de mecanismos para los respiradores, creación de caretas de plástico, mascarillas especiales y uniformes de protección para el personal de salud, utilizando la impresión 3D y corte láser. Se ha tratado de certificar la funcionalidad de cada aparato para que sean de verdad útiles y se han creado grupos especiales para la donación de equipos a los hospitales de manera local; es decir, en cada país se han organizado para poder hacer llegar todas estas herramientas a la mayor cantidad de personal de salud, y así ayudar a que sean menos los doctores y enfermeras infectados.
Si ya antes habíamos hablado de la importancia de promover las vocaciones STEM y la falta de inversión en investigación científica, es ahora al enfrentarnos a esta gran pandemia que salen a relucir todas estas carencias que se tienen en todo el mundo para el trabajo técnico y científico. Las cantidades que se requieren para apoyar la investigación en los países en mínima en comparación a otras inversiones que se realizan y aun así se dejan de lado y no hay apoyo real.
Es así como la comunidad científica y tecnológica de todo el mundo está trabajando, a pesar de sus dirigentes, en aligerar el daño que esta enfermedad ha traído a todo el mundo y en proteger a aquellos que enfrentan día a día la atención de las personas enfermas.
La situación crítica actual será una oportunidad para todos los gobiernos de voltear a ver el trabajo tecnológico y científico de nuestros investigadores y la importancia de estar a la vanguardia para poder hacer frente a pandemias como esta.
Seremos testigos también de las dificultades que tendrán aquellos países en los que no existe ni siquiera una capacidad económica para afrontar la dispersión de la enfermedad. Quizá ahora que representa un reto a las economías, hasta de las naciones de primer mundo, los presupuestos a la ciencia y tecnológica se incrementen para poder hacer frente, de mejor manera, a esta y cualquier otra pandemia que se nos presente en un futuro.
Lee también: “LAS DOS EPIDEMIAS: COVID-19 Y DESINFORMACIÓN”