La reunión Hábitat III celebrada recientemente en Quito ofreció la gran oportunidad de abordar temas que afectan tanto las pequeñas ciudades como a las áreas rurales que las rodean
Las ciudades no son ecosistemas aislados, dependen de la interacción con las áreas rurales que las rodean, lo que se confirma especialmente en los miles de pueblos y ciudades pequeñas de países en desarrollo donde viven 1 700 millones de personas, la mitad de la población urbana del planeta, los cuales interactúan con alrededor de 2 500 millones de personas que habitan en áreas rurales geográficamente contiguas.
Estos 4 200 millones de personas no son ni rurales ni urbanas: son ambas. Los mercados, bancos y comercios de una ciudad dependen en gran medida de sus clientes de zonas rurales, y una parte importante del sustento de la población rural depende de la ciudad. Asimismo, las economías de las ciudades dependen de actividades rurales basadas en los recursos naturales, como por ejemplo la agricultura.
Los mercados, bancos y comercios de una ciudad dependen en gran medida de sus clientes de zonas rurales, y una parte importante del sustento de la población rural depende de la ciudad
Muchos habitantes de zonas urbanas son agricultores o trabajadores en el sector agrícola. Por ejemplo, en Chile, un país altamente urbanizado y con un promedio de ingresos alto, alrededor del 20% de la población de las ciudades pequeñas trabaja en la agricultura, y si sumamos el transporte, el comercio, el procesamiento de alimentos y una amplia variedad de servicios comerciales, este porcentaje es aún mayor.
No son únicamente los flujos económicos los que conectan el mundo rural con el urbano. La vida comunitaria, las redes sociales, la cultura local y los conflictos y tensiones por los recursos como las tierras destinadas a la expansión urbana, también vinculan los pueblos y ciudades pequeñas con sus entornos rurales. Si se construye un muro inexpugnable alrededor de la ciudad, ésta morirá al igual que el área rural que la rodea.
La Nueva Agenda Urbana, el acuerdo mundial que se alcanzó durante la conferencia Hábitat III, reconoce estas interdependencias entre el mundo rural y el urbano y busca generar apoyo para un planteamiento de desarrollo integrado entre ambos a fin de lograr los objetivos de la agenda.
Si se construye un muro inexpugnable alrededor de la ciudad, morirá al igual que el área rural que la rodea
Estas interdependencias ofrecen valiosas oportunidades para alcanzar un desarrollo sostenible e inclusivo, y para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS). Por ejemplo, los habitantes de áreas rurales generalmente no cuentan con vías de acceso a colegios de calidad; sin embargo, suele suceder que la mayor parte de la población de áreas rurales vive a 60 minutos de viaje de una ciudad pequeña (como es el caso de México), por lo tanto, es fundamental mejorar las rutas e infraestructura vial a fin de que los estudiantes puedan viajar a mejores colegios en áreas urbanas y así lograr el Objetivo 4 (ODS 4) que se refiere a “asegurar educación de calidad e inclusiva para todos”.
En cuanto las mujeres rurales jóvenes en países en desarrollo de América Latina, África y Asia, empleadas en labores no agrícolas, se busca alcanzar el Objetivo 5 (ODS 5) “lograr igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas”, lo que requerirá apoyo a las industrias de ciudades pequeñas para que creen empleos y que las mujeres sean contratadas.
Estas interdependencias ofrecen valiosas oportunidades para alcanzar un desarrollo sostenible e inclusivo, y para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Por último, para cumplir con el Objetivo 2 (ODS 2): poner fin al hambre, alcanzar seguridad alimentaria y promover la agricultura sostenible, se requerirá de la colaboración entre ciudades y las áreas rurales para que éstas tengan acceso a servicios, sistemas de transporte, industrias de procesamiento y agregación de valor, mercados nacionales, regionales y globales y demás condiciones requeridas para aumentar la producción de alimentos y hacerlo de forma sostenible e inclusiva.
Si bien los negociadores de la Nueva Agenda Urbana en Quito se han asegurado que un tema principal sea la conexión entre las áreas urbanas y rurales, corresponde a los gobiernos nacionales, a las empresas y a la sociedad civil garantizar que los países cumplan con sus compromisos a favor de un planteamiento de desarrollo más justo y equitativo tanto en las ciudades como en sus entornos rurales.
Corresponde a los gobiernos, las empresas y la sociedad civil garantizar que los países cumplan sus compromisos a favor de un desarrollo más justo y equitativo en las ciudades y sus entornos rurales
JULIO A. BERDEGUÉ es investigador de Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural FELICITY J. PROCTOR es investigadora asociada en Rimisp y consultora independiente |
La reciente reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos es un hecho…
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) presentó, en el marco de…
El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, urgió a que, como comunidad académica y…
Cada tercer jueves de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Filosofía, un momento…
El estado de Nayarit, ubicado en la costa del Pacífico mexicano, destaca por su diversidad…
¿La última esperanza en los gobiernos subnacionales? La militarización de la seguridad pública en México…
Esta web usa cookies.