La crisis de covid ha tenido un grave impacto en múltiples sectores, entre ellos el cultural, el cual ha sufrido de primera mano los efectos del confinamiento y el cierre de actividades. De acuerdo con un nuevo documento de la Unesco, “La cultura en crisis : Guía de políticas para un sector creativo resiliente”, para marzo se había registrado ya una pérdida de 7 mil millones de dólares en industria cinematográfica y de 10 millones de empleos. Y el panorama es desolador: se prevé que la cifra llegará a los 160 mil millones en los siguientes cinco años.
“La crisis causada por la pandemia de COVID-19 ha tenido repercusiones devastadoras en las industrias creativas y culturales. En todo el mundo, los medios de subsistencia de los artistas y profesionales de la cultura se han visto gravemente afectados por las medidas de confinamiento y distanciamiento físicos”, lamenta la Unesco.
El golpe a la industria de la música podría ocasionar una pérdida de más de 10 mil millones por concepto de patrocinios. En cuanto a la industria editorial, el pronóstico también es desolador: se espera que este año registre un descenso de 7.5% respecto de 2019 debido a las repercusiones de la COVID-19.
“El empleo en los sectores culturales y creativos ha sufrido un impacto negativo muy considerable debido a las medidas de confinamiento impuestas por la crisis. A causa de la pandemia, muchas instituciones y organizaciones artísticas se han visto obligadas a cerrar o a reducir sus efectivos en personal”, señala el documento.
En este complejo contexto, la Unesco destaca que la presencia del COVID-19 ha logrado concentrado “cinco años de avances en tan sólo un lapso de tres meses”, debido a que la interacción social y el consumo cultural se han se han volcado al universo digital.
A raíz del confinamiento, una gran cantidad de eventos artísticos y actividades culturales se difundieron a través del internet y se consumieron en los hogares, convirtiéndolo en un servicio esencial para la población. No obstante, el 46% de la población mundial no tiene acceso a conexión de internet.
“La difusión de contenidos creativos y el acceso a ellos han resultado indispensables para afrontar las condiciones desfavorables creadas por un confinamiento que, sin embargo, era imprescindible adoptar para contrarrestar la propagación de la COVID-19”.
El organismo internacional advierte que la índole precaria del quehacer profesional de los artistas y de las personas dedicadas al sector cultural los ha hecho especialmente vulnerables a los impactos económicos de la crisis y ha exacerbado la volatilidad y las desigualdades que ya existían.
Fue por ello que la Unesco publicó la ya mencionada guía, la cual contiene una serie de orientaciones prácticas para los responsables de la elaboración de políticas públicas en la materia y los planes de recuperación y reactivación de la economía y la vida social.
El objetivo es lograr que la industria cultural cumpla con las medidas sanitarias y de seguridad vigentes, a la vez que se adapta a los nuevos modelos empresariales, con apoyo financiero y técnico.
“Esta guía trata de proporcionar una visión general del conjunto de medidas de emergencia adoptadas por los Estados en favor de las profesiones, instituciones e industrias culturales, y también pretende ser un instrumento que contribuya a fortalecer la resiliencia del sector creativo y cultural”.
Para la Unesco, la industria cultural y creativa es motor de la economía y también portadora de identidades, valores y significados que han demostrado ser esenciales a lo largo de toda la crisis. Frente a la necesidad de mejorar los mecanismos de protección social, económica y laboral de los artistas y profesionales de la cultura, el organismo brinda orientación para construir un camino en el que sea posible mantener, fortalecer y consolidar las condiciones laborales y de vida de todas las personas que trabajan en el sector.
De esta manera, la guía se basa en tres ejes principales:
2. Apoyo a los distintos sectores de las industrias culturales y creativas. Se trata de las medidas destinadas a garantizar la pervivencia de organismos que afrontan graves problemas de falta de liquidez y de tesorería. En esta parte se abordan temáticas como: 1) entrega rápida de las ayudas y subvenciones, 2) Flexibilización temporal delas obligaciones reglamentarias, 3) compensación de pérdidaspor interrupción de actividades, 4) desgravaciones fiscales y reducción de cargas sociales, 5) estimulación de la demanda, 6) préstamos en condiciones preferentes y 7) el fortalecimiento de las infraestructuras.
3. Fortalecimiento de la competitividad de las industrias culturales y creativas. Son aquellas medidas destinadas a prestar ayuda a este tipo de industrias para que se adapten a las nuevas condiciones de los mercados internos y los intercambios internacionales. Se abordan los siguientes factores: 1) dispositivos de participación para evaluar las necesidades y estudiar la viabilidad, 2) adaptación de los modelos empresariales, 3) promoción de los contenidos nacionales y 4) incentivos fiscales para inversiones extranjeras.
A continuación, se destaca la descripción que la Unesco ha hecho sobre la situación a la que se enfrenta la comunidad artística, puntos fundamentales que son la base de la relevancia que tiene para el sector la publicación de su nueva guía:
La crisis también ha acelerado el ritmo de la transformación digital, planteando serios interrogantes sobre las condiciones de trabajo de los artistas y profesionales de la cultura, así como sobre la viabilidad económica que puedan tener, sin subvenciones estatales, las empresas, los medios de comunicación e información y las organizaciones sin fines de lucro del sector cultural. El predominio de las multinacionales presentes en Internet se ha consolidado y, por eso, la ausencia de una regulación en este ámbito representa para las políticas públicas un problema aún más apremiante si cabe, especialmente en lo que atañe al acceso a los datos a partir de los cuales se puedan elaborar la políticas públicas.
Si no se hace nada, la falta de acceso a los datos sobre la participación cultural existentes en el universo digital va a mermar el valor de las estadísticas culturales que han permitido fundamentar las políticas culturales sobre bases sólidas en los últimos cincuenta años. La transformación digital tiene una incidencia en todos los ámbitos de la cultura: la creación, la producción, la difusión, la accesibilidad y la monetización de los bienes y servicios culturales.
El mundo artístico y cultural es un ecosistema social frágil que los gobiernos han tardado años, e incluso decenios, en proteger con una labor paciente y metódica consistente en adoptar políticas específicas y realizar inversiones públicas importantes. Ahora, es preciso poner los medios adecuados para que todo ese esfuerzo no corra el riesgo de verse reducido a la nada. Si no es así, muchos artistas y creadores no podrán ejercer sus oficios y eslabones enteros de la cadena de valor –teatros, cines, salas de espectáculos, medios comunitarios de comunicación e información, etc.– correrán el peligro de desaparecer.
Consulta la guía completa aquí:
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