por Mario Luis Fuentes
De acuerdo con datos del Coneval, en México hay alrededor de 28 millones de personas vulnerables por carencia de acceso a la alimentación (equivalente al 23.3% de la población), y entre las personas hablantes de lenguas indígenas y habitantes del mundo rural este porcentaje es de 41.3% y 32.1%, respectivamente. Además, 7.9% de las niñas y los niños que nacieron en 2012 lo hicieron con bajo peso (menos de 2 mil 500 gramos); mientras que 35% de las niñas y los niños tienen sobrepeso u obesidad.
Las y los mexicanos tenemos el derecho constitucional a una alimentación sana, oportuna e inocua; así está plasmado en el artículo 4º Constitucional, en el cual se establece además que le corresponde al Estado garantizar condiciones de seguridad alimentaria para toda la población.
Lo anterior significa que el derecho a la alimentación tiene una relación directa con el derecho a la seguridad alimentaria, y que ambos se encuentran en la base del cumplimiento de otros derechos, pues su relación con ellos es de mutua dependencia: por ejemplo, no es posible garantizar plenamente el derecho a la salud sin una alimentación sana y oportuna; o bien, el derecho al aprendizaje se ve igualmente limitado si no se consumen suficientes nutrientes, sobre todo en edades tempranas.
La medición multidimensional de la pobreza dada a conocer hace tres semanas por el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) muestra que entre 2010 y 2014 no ha habido cambios significativos en el porcentaje de personas vulnerables por carencia de acceso a la alimentación.
Las magnitudes
Los datos del Coneval muestran que en el año 2010 24.8% de la población nacional se encontraba en las mencionadas condiciones de vulnerabilidad por carencia de alimentación; para el año 2012 el indicador se ubicó en 23.3%, mientras que en el año 2014 el porcentaje fue de 23.4%. En números absolutos, esos datos significan que se contabilizaron 28.4 millones de personas que enfrentaban la carencia señalada en 2010; 27.4 millones en 2012 y 28 millones en 2014.
Las entidades que de acuerdo con el Coneval presentan los peores indicadores en esta dimensión de la pobreza son: Tabasco, con 45% de su población en la vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación; Guerrero, con 38.5%; Oaxaca, con 36.1%; Michoacán, con 34.7%; Hidalgo, con 31.7%, y Veracruz, con 30%. En contraste, los estados con los indicadores más bajos son: Zacatecas, con 16.8%; Jalisco, con 16.5%; Querétaro, con 15.8%; Nuevo León, con 14.2% y el Distrito Federal, con 14.2%.
Los más afectados
La distribución tanto de la pobreza como de las distintas dimensiones de la vulnerabilidad es distinta de acuerdo con el grupo de población de que se trate. En ese sentido, hay grupos en los que frente al ya mencionado promedio nacional de 23.3% de la población, se ubican con indicadores más elevados. Así, entre las niñas y los niños la vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación se ubica en 27.6%; entre las personas con alguna discapacidad el indicador es de 31.1%; entre las personas habitantes de localidades rurales crece a 32.1%, y para las personas hablantes de lenguas indígenas llega al 41.3%.
No es sólo pobreza
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el país había en el año 2012 un 7.9% de niñas y niños respecto de quienes se registró un bajo peso al momento de su nacimiento (de acuerdo con la Secretaría de Salud, se consideran en esta condición las niñas y los niños que pesan menos de 2 mil 500 gramos al nacimiento); es decir, son niñas y niños que presentan un riesgo mayor de contraer enfermedades o de enfrentar mayores dificultades en el futuro de no revertirse la situación de origen.
Asimismo, es de destacarse que en esta materia ha habido un retroceso muy grande, pues en el año 2002, de acuerdo con los datos del INEGI, el indicador era de 4.5%; a partir del año 2003 hubo un muy importante incremento a 7.4%, y desde entonces ha oscilado en valores de entre 6.4% y 7.9%, con el peor registro en 2010, año en el que se ubicó en 8.9%.
Destaca sobre todas las cosas que es el Distrito Federal la entidad de la República en donde se registra el mayor porcentaje de niñas y niños nacidos con bajo peso. En efecto, frente al promedio nacional de 7.9%, destaca el 11.8% registrado para el DF en el citado año 2012. En segundo lugar se encuentra el Estado de México, con 11%; en tercer sitio se encuentra Tlaxcala, con 9.9%; en cuarto lugar está Yucatán, con 9.5%; y en quinta posición están Puebla y Morelos, con 9.2% y 9%, respectivamente.
La obesidad
Debe recordarse que otro de los graves problemas que tenemos en el país es el relativo a la obesidad infantil; en ese sentido, los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (Ensanut) muestran que los estados con mayores porcentajes de obesidad y sobrepeso de niñas y niños de 6 a 11 años son: Baja California Sur, con 49.2%; Campeche, con 45.6%; Yucatán, con 45.2%; Baja California, con 42.2%; Tabasco, con 40.7%, y Nuevo León, con 40.2%.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 11- Agosto- 2015, p.21
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