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Urgen medidas contra mala nutrición en México por COVID19

Contra la mala nutrición en México

En un nuevo documento emitido de manera conjunta por la Organización Panamericana de la Salud, Unicef México, la FAO, el Instituto Nacional de Salud Pública y el GISAMAC, los organismos urgen medidas contra la mala nutrición en México por COVID19 y plantean un conjunto de 12 medidas que deberían ser implementadas en el corto plazo para paliar los efectos de la crisis.

Por la relevancia del tema se presenta a continuación el comunicado, y al final del texto el documento íntegro.

Nota de prensa

Las cuatro organizaciones, que publicaron hoy conjuntamente el documento Prevención de mala nutrición en niñas, niños y adolescentes en México ante la pandemia de COVID-19. Recomendaciones dirigidas a tomadores de decisiones, expresaron grave preocupación dado que México ha sido un país con grandes desigualdades durante décadas y atraviesa esta crisis en un contexto en el que el 55.5% de los hogares presentan algún grado de inseguridad alimentaria; es decir, no pueden satisfacer sus necesidades alimentarias mínimas durante un período prolongado.

Las organizaciones estiman que la crisis económica por la pérdida de empleo y reducción de ingresos, intensificarán aún más la vulnerabilidad de los hogares, especialmente de la población que ya vivía en situación de pobreza y/o carencia alimentaria, por lo que ésta debe recibir atención prioritaria.

El INSP, FAO, OPS/OMS y UNICEF temen que los sistemas alimentarios puedan verse afectados a mediano y largo plazo, y resaltan la importancia de mantener viva la cadena de suministros, tomando medidas que eviten aumentos en los precios de los alimentos.

Sin un programa consolidado contra la mala nutrición en México

Actualmente, México carece de un programa nacional consolidado y con recursos presupuestales para la prevención de la mala nutrición, capaz de contribuir a mitigar el impacto económico que la pandemia de COVID-19 tendrá en el estado de nutrición y salud desde los primeros años de vida de un niño o niña.

La buena nutrición es una parte esencial de la defensa de un individuo contra el COVID-19, pues las personas desnutridas tienen sistemas inmunes más débiles que aumentan su riesgo de enfermedad en general. Al mismo tiempo, la obesidad y la diabetes están fuertemente relacionadas con las manifestaciones más severas de esta enfermedad en particular, incluido un mayor riesgo de hospitalización y muerte.

A medida que se adoptan estrategias para frenar la propagación del COVID-19, se debe asegurar que haya suficientes alimentos nutritivos y que sean distribuidos de manera justa, para cubrir las necesidades básicas de alimentación de toda la población, especialmente los más vulnerables.  Para ello, se debe garantizar la continuidad y adaptación de los sistemas alimentarios que corren el riesgo de interrumpirse por diversos factores asociados a la pandemia.

Las medidas propuestas

En el documento “Prevención de mala nutrición en niñas, niños y adolescentes en México ante la pandemia de COVID-19. Recomendaciones dirigidas a tomadores de decisiones”, las organizaciones ofrecen las siguientes recomendaciones:

  1. Crear un fondo presupuestal de emergencia para la protección de la nutrición de los grupos más vulnerables;
  2. Extender el Programa de Asistencia Social Alimentaria durante los primeros mil días para garantizar la cobertura de todas las mujeres embarazadas, madres en período de lactancia, y niñas y niños menores de 2 años, en condición vulnerable, iniciando por las ciudades y municipios más afectados por la pandemia;
  3. Asegurar el consumo de alimentos de origen animal (por ejemplo el huevo), y la suplementación con micronutrientes;
  4. Mantener y fortalecer la continuidad de los servicios de salud materno-infantil durante y después de la pandemia;
  5. Intensificar los programas y servicios para proteger, promover y apoyar la alimentación infantil, especialmente la lactancia materna;
  6. Adherirse al Código Internacional de Sucedáneos de Leche Materna;
  7. Utilizar los padrones de beneficiarios de los programas disponibles para atender a niñas y niños vulnerables y cubrir a los beneficiarios de los programas de alimentación escolar;
  8. Realizar estrategias de cambios de comportamientos para la prevención de la doble carga de la mala nutrición en contexto de COVID-19 y la disminución del consumo de alimentos y bebidas ultraprocesados;
  9. Promover el consumo de verduras, frutas y leguminosas, así como el consumo de agua potable y facilitar su acceso (en términos de precio y proximidad), especialmente para la población de bajos recursos o que ha visto afectado severamente su ingreso;
  10. Mejorar y facilitar el acceso al agua para prácticas de higiene y consumo;
  11. Impulsar y favorecer la compra de alimentos locales y frescos, y
  12. Promover el desarrollo de la agricultura local y la diversificación productiva.

Conclusiones

Debido a los efectos seguramente duraderos de la pandemia de COVID-19 sobre la economía, nutrición y salud de las familias y de las niñas y niños más vulnerables, se requiere la participación y contribución de todos los sectores de la sociedad, liderados por el gobierno federal, con la participación de organismos internacionales y de la sociedad civil, profesionales de la salud, medios de comunicación y sociedad en general para implementar medidas urgentes que permitan mitigar tal impacto.

En ese sentido, el INSP, FAO, OPS/OMS y UNICEF reconocen el esfuerzo y acciones que está implementando el gobierno de México para enfrentar la situación, haciendo a su vez una invitación para fortalecer, siguiendo las recomendaciones emitidas en el documento presentado el día hoy, aquellas acciones necesarias en favor de la buena nutrición de las niñas, niños y adolescentes más vulnerables.

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