De acuerdo con una nueva investigación de la Unesco, el déficit de financiación anual de la educación incrementará un 30% debido a la crisis de COVID-19. Se calcula que pasará de 148 mil millones de dólares a 200 mil millones de dólares.
El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM) indica que este aumento es a causa del cierre de escuelas por la pandemia y del incremento de los costos que tiene para los países el volver a matricular a los estudiantes y ofrecer programas de recuperación para ayudar a los más rezagados.
Cubrir este déficit, de acuerdo con la organización, requiere un cambio sistémico, que solo será posible si los líderes mundiales responden a esta emergencia: “la comunidad internacional debe movilizar urgentemente fondos adicionales para la educación si hay cualquier esperanza de alcanzar las metas del ODS4, que la pandemia ha alejado”.
La Unesco advierte que probablemente que la ayuda a la educación a nivel mundial bajará 12% en 2022, igualmente a causa de la crisis económica por el COVID-19. “Esto constituye una amenaza para la recuperación de la educación una vez que se supere la pandemia”, indica.
Todas las acciones destinadas a garantizar instalaciones seguras y limpias también podría añadir de 5 mil a 35 mil millones de dólares a las necesidades de financiación.
“Sin embargo, invertir ahora en programas de reinserción de alumnos y recuperación, reduciría el deficit de financiación adicional en un 75%”, apunta la Unesco.
En este contexto, será cada vez más difícil cumplir el cuarto objetivo de desarrollo sostenible: garantizar la educación inclusiva y de calidad a toda la población de los países de ingresos bajos y medio bajos para 2030.
De acuerdo con una encuesta de la Unesco, la Unicef y el Banco Mundial, la educación a distancia no es una opción para al menos 580 millones de estudiantes en países de ingresos bajos y medios.
Además, la incertidumbre sobre la reapertura de las escuelas ha generado menor participación y un incremento en la pérdida de aprendizaje.
“Los alumnos más pobres son los que menos probabilidades tienen de ponerse al día, lo que afectará a su futura capacidad de ganarse la vida. La planificación a largo plazo para la recuperación de esta pandemia debe incluir el aumento de la financiación de la educación ahora en forma de programas de recuperación, en lugar de esperar y hacer frente a las facturas de las clases de recuperación a las que muchos no podrán incorporarse ni pagar”, indica la Unesco.
Estas son las medidas que ha emitido la organización para reducir el impacto del COVID-19 en la educación:
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