La CEPAL dio a conocer una nueva edición de su informe anual Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024: Trampa de bajo crecimiento, cambio climático y dinámica del empleo, en donde recalca que la región se mantiene estancada en una trampa de bajo crecimiento acompañada de un mal desempeño de la inversión y una baja productividad laboral, a lo que se suma el poco espacio interno para implementar políticas macroeconómicas de reactivación y la incertidumbre global.
Comunicado de prensa CEPAL
El informe, uno de los más importantes de esta comisión económica regional de las Naciones Unidas, fue presentado en Santiago, Chile, en una conferencia de prensa encabezada por el Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), José Manuel Salazar-Xirinachs.
Según el reporte, en el transcurso de la última década, los países de América Latina han exhibido un bajo crecimiento económico, con una tasa promedio del 0,9% en el período 2015-2024. Por ello, el reporte señala que dinamizar el crecimiento constituye una tarea primordial para que la región pueda responder a los desafíos ambientales, sociales y laborales a los que se enfrenta en la actualidad.
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“Enfrentar la trampa de crecimiento, aumentar el empleo y crear empleos de mayor productividad requiere el fortalecimiento de las políticas de desarrollo productivo que sean complementadas con políticas macroeconómicas, laborales, y de adaptación y mitigación al cambio climático”, enfatizó el Secretario Ejecutivo del organismo.
El Estudio Económico 2024 de la CEPAL proyecta que América Latina y el Caribe se mantendrá con una trayectoria de bajo crecimiento este año, a una tasa promedio del 1,8%. Este lento crecimiento se observaría en todas las subregiones, puesto que América del Sur crecería un 1,5%; Centroamérica y México un 2,2%; y el Caribe (sin incluir Guyana) un 2,6%. Para 2025 se espera un crecimiento de 2,3% en toda la región, repunte que se explicaría, en particular, por el desempeño de América del Sur (que llegará al 2,4%).
En su segunda parte, el informe analiza el impacto de la trampa de bajo crecimiento y el cambio climático en la dinámica del empleo. Los principales resultados indican que existe una estrecha relación entre el crecimiento y la creación de empleo a nivel agregado y sectorial, por lo que la desaceleración observada en la tasa de crecimiento de la economía se tradujo en una caída de la tasa de crecimiento del número de ocupados en la última década. Entre 2014 y 2023, el crecimiento promedio del número de ocupados de la región fue del 1,3%, un tercio del registrado en la década de 1970 (3,9%).
Asimismo, se verificó una caída de la productividad laboral, que en 2024 se estima será inferior a la registrada en 1980.
Por otro lado, el crecimiento de la ocupación se explica principalmente por el aumento del empleo informal, en particular de las mujeres. Al igual que la dinámica del empleo total, la informalidad se concentra en los sectores de menor productividad, especialmente construcción, comercio, transporte/turismo y servicios (que en conjunto abarcan el 74,4% de los ocupados informales).
Con respecto al impacto del cambio climático sobre el empleo, el informe de la CEPAL muestra un escenario en el que, en la medida que no se realicen las inversiones en adaptación y mitigación, la intensificación de los choques asociados al cambio climático podría provocar una pérdida cercana a 43 millones de puestos de trabajo (es decir, 10% de la fuerza laboral) de aquí a 2050, de los cuales unos 15 millones se perderían entre los sectores agrícola y turismo.
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