¡Cuidado con el perro!.. y con algunos propietarios

La famosa frase de “¡Cuidado con el Perro!” tiene más vigencia que nunca. En efecto, cada vez más, las mordeduras de perro representan un riesgo significativo en la vida cotidiana de las y los mexicanos. Este problema de salud pública afecta a diversas edades y regiones del país, y su análisis es fundamental para implementar estrategias preventivas efectivas. A continuación, se presentan las tasas de incidencia nacionales, patrones demográficos y medidas para mitigar este fenómeno.

México Social / Saúl Arellano

Tendencias nacionales de incidencia (2018-2023)

Entre 2018 y 2023, la tasa nacional de incidencia de personas atendidas por mordeduras de perro mostró fluctuaciones importantes. En 2018, la tasa fue de 94.19 casos por cada 100,000 habitantes, alcanzando su punto más alto en 2019 con 95.64 casos. Sin embargo, en 2020, coincidiendo con las restricciones de movilidad por la pandemia de COVID-19, la incidencia cayó drásticamente a 62.73 casos. Posteriormente, se registró un aumento progresivo en 2021 y 2022, llegando a 83.82 casos.

Estos datos sugieren una correlación entre los patrones de interacción humana y la incidencia de mordeduras, destacando la necesidad de educar sobre el manejo responsable de mascotas, especialmente en contextos de confinamiento o crisis.

Patrones por grupos etarios

El desglose de las tasas de mordeduras por grupos de edad revela que las niñas, los niños y la spersonas adultas mayores son los más vulnerables:

• Niños de 5 a 9 años: Este grupo presenta consistentemente las tasas más altas, alcanzando 130.34 casos por cada 100,000 habitantes en 2018. Aunque la incidencia disminuyó en 2020, sigue siendo preocupante.

Adultos mayores (65 años y más): La incidencia también es elevada, con un pico de 108.23 casos en 2019. Esto subraya la importancia de proteger a poblaciones con mayor riesgo de complicaciones por mordeduras.

La vulnerabilidad de estos grupos podría estar vinculada a la falta de supervisión (en niños) y a la reducida capacidad de defensa física (en adultos mayores).

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Factores de riesgo y patrones geográficos

Los factores que contribuyen a la incidencia de mordeduras incluyen:

1. Densidad poblacional: En áreas urbanas con alta concentración de habitantes y mascotas, la probabilidad de interacciones no supervisadas aumenta.
2. Tenencia irresponsable de mascotas: La falta de entrenamiento y socialización de los perros incrementa los comportamientos agresivos.
3. Acceso limitado a servicios veterinarios: La falta de vacunas y controles sanitarios puede exacerbar las consecuencias de las mordeduras.

Aunque el archivo no proporciona un desglose regional, otros estudios sugieren que las zonas metropolitanas presentan tasas más altas de mordeduras debido a la mayor densidad de población y mascotas.

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Impacto en la salud pública

Las mordeduras de perro no solo implican lesiones físicas, sino también riesgos de infecciones como la rabia. En México, las campañas de vacunación antirrábica han reducido drásticamente los casos, pero la incidencia de mordeduras sigue siendo un recordatorio de la importancia de la prevención.

Estrategias para mitigar el riesgo

1. Educación comunitaria: Promover la tenencia responsable de mascotas, incluyendo entrenamiento y socialización.
2. Campañas de esterilización: Reducir el número de perros callejeros, que representan un riesgo significativo.
3. Supervisión infantil: Enseñar a los niños cómo interactuar de manera segura con los perros.
4. Acceso a servicios veterinarios: Facilitar vacunas y controles sanitarios.
5. Normativas claras: Implementar regulaciones que garanticen la seguridad en espacios públicos.

Cierre

Las mordeduras de perro representan un riesgo latente en México que afecta a diversas edades y regiones. Si bien las tasas de incidencia han mostrado fluctuaciones, la implementación de estrategias preventivas basadas en educación, regulación y acceso a servicios veterinarios es clave para reducir este problema. Es responsabilidad compartida entre ciudadanos y autoridades construir un entorno más seguro para humanos y mascotas.

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