Es un hecho que cualquier estudio que analice la cultura política de un país, debe considerar y analizar la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres, ya que esto permitirá comprender las nociones mismas de la política y el poder en nuestras sociedades. Un país que violenta a más de la mitad de la población, las mujeres, no puede simplemente ser considerado como democrático.
Escrito por: Irais Moreno López y Sol Cárdenas Arguedas
La cultura política nos remite a las capas más profundas del actuar político, porque muchas veces se impone al discurso y a la propia intencionalidad del diseño de las políticas públicas. La cultura política nos lleva también a la interiorización misma del poder y a las contradicciones que residen en esas profundidades de la producción y la reproducción social.
La cultura política expresa los valores compartidos y es el resultado de las experiencias colectivas acumuladas a lo largo de mucho tiempo. Dichos valores se manifiestan en gran medida de forma inconsciente (Cartocci, 2011) y tiene dos componentes fundamentales: 1) modelos cognitivos que permiten la organización de la experiencia acorde a un proceso racional, aunque sugerimos hablar mejor de interiorización (porque no siempre hay racionalidad en los procesos, los sentimientos y emociones no deben, ni pueden ser descartados) y 2) modelos evaluativos que permiten atribuir significado a la experiencia a partir de la identificación con determinados valores (WVS, 2022).
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Es precisamente en el contraste de la codificación legal y las instituciones con la realidad y la experiencia en donde queda claro el papel de la cultura política en una sociedad y sobre todo la influencia que tendrá en la vida de las mujeres. En México las mujeres seguimos sufriendo violencias cotidianas en intensidad variada. La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares ENDIREH 2021 arroja que al menos 70% de las mujeres han experimentado o experimentan cotidianamente situaciones de abuso, violencias y desigualdades: 51.6% de las mujeres experimenta violencia psicológica y 49.7 % violencia sexual y 34.7% violencia física (ENDIREH, 2021).
El politólogo Ronald Inglehart creó, después de la década de los setenta la Encuesta Mundial de Valores (World Values Survey) cuya octava ronda acaba de ser publicada. En dicho instrumento Ingleheart y Wasel sistematizaron en un mapa mundial cuatro grandes grupos de valores: 1) tradicionales que enfatizan religión y valores familiares tradicionales (anti aborto, anti divorcio vs eutanasia); 2) seculares-racionales que se oponen a los tradicionales (pro aborto; pro divorcio, mayor apertura); 3) de super vivencia que enfatizan la seguridad económica y física (cultura de prevención, ahorro, etc.), y; 4) valores de autoexpresión que priorizan la protección ambiental, apertura y tolerancia a la migración, igualdad de género y demandan mayor participación en la toma de decisiones.
En el mapa de la encuesta mundial de valores 2022, México se ubica en congruencia con el resto de los países latinoamericanos, justo en el centro del mapa respecto a los valores de autoexpresión, pero más cargado hacia los valores tradicionales (WVS, 2022).
Además, de acuerdo con Latinobarómetro 2020, en México se observan datos alarmantes. Ante la frase “La democracia es preferible a cualquier forma de gobierno” sólo el 43% de las personas encuestadas coincide con esta afirmación, encontrándose nuestro país por debajo del promedio en Latinoamérica (49%).
Y por si fuera poco el 52% de estas personas “no les importaría que un gobierno no democrático llegara al poder si resuelve los problemas”, también por arriba del promedio en Latinoamérica (51% promedio). Además, el 22% respondió que “en algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible”. Sobre esta última respuesta, en América Latina, México tiene la segunda posición después de Paraguay, el promedio en la región frente a esta afirmación fue 13%, México se encuentra muy por arriba.
La realidad es que a partir de la contingencia por Covid-19 tanto en América Latina como en el mundo se advierte una tendencia hacia sistemas políticos no democráticos, las mujeres debemos estar muy atentas en la evolución justamente de la cultura política no democrática en nuestras sociedades.
Definitivamente esto nos lleva a pensar que la cultura política en nuestro país debe de transitar de la lógica tradicional a una de autoexpresión, hacia la erradicación de las prácticas políticas autoritarias, hacia un ejercicio de poder y toma de decisiones no violento, más bien democrático, igualitario. Donde las mujeres seamos consideradas personas, que estemos sustantivamente representadas en los espacios de decisión. Donde los problemas principales que aquejan al mundo sean atendidos, necesitamos más empatía y compasión por otros seres vivos y la naturaleza. Este es el momento para plantearnos la construcción de una cultura política feminista. (véase artículo: Cultura política y violencia contra las mujeres en México).
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