por Mario Luis Fuentes
En 2014 ocurrieron 633 mil defunciones: una de cada tres de ellas tuvieron como causa a la diabetes, a las enfermedades del corazón, del hígado y a las enfermedades cerebrovasculares. Entre las niñas y los niños más pequeños, la neumonía y los accidentes son las principales causas de mortalidad, mientras que para quienes tienen entre 14 y 29 años las causas son los accidentes, los homicidios y los suicidios.
Cómo morimos, sostenía el propio Octavio Paz, de algún modo sintetiza y es reflejo de la forma en cómo vivimos. Aun siendo cierta esta aseveración en la mayoría de los casos, las tendencias de mortalidad y el terrorífico contexto de violencia en que nos encontramos nos han llevado a muertes verdaderamente inexplicables, en términos de ser defunciones que no debieron ocurrir, ya sea por ser prevenibles y evitables, o bien porque son resultado de un perverso ejercicio de la maldad, como en el caso de los asesinatos masivos que se han descubierto a través de las fosas clandestinas encontradas en todo el territorio nacional.
¿Cuánto vivimos?
De acuerdo con los datos del INEGI, y de las proyecciones de población del CONAPO, la estimación para 2016 indica que tenemos una esperanza de vida al nacer de 75.1 años; debe señalarse que ésta es menor a la registrada 16 años atrás, y que su reducción muestra ya el impacto de la mortalidad por enfermedades crónico-degenerativas y por la violencia.
En efecto, de acuerdo con las instituciones citadas, en el año 2000 el indicador de ubicó en 76.14 años y en 2004 en 76.59 años. En 2005 hubo un ajuste a la baja, con un indicador de 73.92 años, mientras que en 2009 y 2010 se ubicó en 73.97 años.
En los siguientes años la tendencia ha sido de un lento crecimiento, hasta llegar al ya mencionado indicador de 75.1 años, el cual sigue siendo menor a los máximos alcanzados en la primera década del siglo XXI.
¿Quiénes mueren más?
La llamada transición demográfica se dio a la par de una acelerada transición epidemiológica: se pasó del predominio en las tendencias de mortalidad de las causas asociadas a enfermedades transmisibles, al predominio de las causas asociadas a las enfermedades crónico-degenerativas.
En efecto, de acuerdo con las Estadísticas de Mortalidad del INEGI, en el año 2014 ocurrieron alrededor de 633 mil defunciones, de las cuales, 63.8% ocurrieron entre personas de 60 años y más, 24.5% entre adultos de 30 a 59 años de edad y 11.2% entre personas menores de 29 años.
Debe destacarse además la enorme “sobremortalidad” masculina, la cual se asocia fundamentalmente a eventos de violencia, accidentes y, en menor medida, a causas de muerte evitables. En efecto, en términos generales, por cada 100 defunciones de mujeres, se contabilizan 131.2 defunciones de hombres.
Tal “sobremortalidad” se expresa de manera diferenciada según el grupo de edad. En el grupo de 0 a 4 años fallecen 123 niños por cada 100 niñas, en el de 5 a 9 años la proporción es de 125 niños por cada 100 niñas, en el de 10 a 14 años crece a 134 niños por cada 100 niñas, en el de 15 a 19 años se dispara a 227 adolescentes y jóvenes varones por cada 100 defunciones de mujeres.
El grupo en que en mayor medida hay un “desbalance” en la mortalidad, asociado a causas accidentales y violentas, como las clasifica el INEGI, es el de los 20 a los 24 años, en el que fallecen 322 hombres por cada 100 mujeres; en un nivel similar está el grupo de 25 a 29 años, en el que la proporción es de 320 hombres por cada 100 mujeres; el de 30 a 34 años se sitúa en 305 hombres por cada 100 mujeres; el de 35 a 39 desciende a 275 hombres por cada 100 mujeres, y el de 40 a 44 es de 236 defunciones de hombres por cada 100 de mujeres.
¿De qué morimos?
La diabetes se ha convertido en la principal causa de muerte en el país. De acuerdo con el INEGI, en 2014 la diabetes representó 14.8% del total de defunciones registradas en el país, 13% tuvo como causa enfermedades isquémicas del corazón, 5.4% tuvieron como causa a las enfermedades del hígado y 5.2% fueron causadas por enfermedades cerebrovasculares. En conjunto, lo anterior significa que una de cada tres defunciones en el país tiene su origen en alguna de las causas señaladas, las cuales son en la mayoría de los casos prevenibles o evitables.
Por grupos de edad, hay datos que es preciso destacar; por ejemplo, en el grupo de 1 a 4 años de edad, 14.1% de las defunciones se deben a neumonías y accidentes, y en el grupo de 5 a 14 años de edad los accidentes constituyen la primera causa de muerte.
Asimismo, en el grupo de 15 a 20 años de edad, las causas de mortalidad se diferencian claramente por sexo: entre los hombres 50% se deben a accidentes, homicidios y suicidios, mientras que entre las mujeres estas causas representan 26.1% del total.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 1-noviembre-2016, p.20.