La democracia moderna se fundamenta en los principios de pluralidad, inclusión y respeto a los derechos de las minorías. En este sentido, el Congreso de la Unión en México, como órgano legislativo, pero también como órgano de representación popular, tiene la obligación de reflejar estas características de la sociedad mexicana para asegurar que sus decisiones sean representativas de la diversidad social, política y cultural del país.
Escrito por: Mario Luis Fuentes
La importancia de un Congreso plural e incluyente cobra particular relevancia en el contexto del gobierno que encabezará Claudia Sheinbaum, la primera mujer que tendrá la titularidad de la presidencia de México. En un sistema democrático, la pluralidad y la inclusión son valores fundamentales. La pluralidad se refiere a la presencia y reconocimiento de diversas opiniones, creencias y grupos dentro de un proceso de toma de decisiones, mientras que la inclusión garantiza que todos los grupos, especialmente aquellos tradicionalmente marginados, tengan la oportunidad de participar y ser escuchados.
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En México, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su Artículo 1º que todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en la misma y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte. Asimismo, el Artículo 35º consagra el derecho de los ciudadanos a votar en las elecciones populares, y el Artículo 41º enfatiza la organización de elecciones libres y auténticas como principio rector del sistema electoral. Estos principios refuerzan la necesidad de que el Congreso sea un espacio donde se escuchen todas las voces y se respeten los derechos de las minorías.
La pluralidad en el Congreso no es solo una cuestión de representación numérica, sino también de la calidad de la deliberación. Un Congreso verdaderamente plural e incluyente debe permitir un debate abierto y constructivo, en el que se consideren todas las perspectivas y se tomen decisiones basadas en diagnósticos pertinentes y en el desarrollo de análisis exhaustivos de las consecuencias que las decisiones tendrán para todos los sectores de la sociedad.
El respeto a los derechos de las minorías es esencial para evitar la tiranía de la mayoría, donde las decisiones se toman exclusivamente en función de los intereses de los grupos mayoritarios, ignorando las necesidades y derechos de los menos representados. Para garantizar un proceso legislativo justo, el Congreso debe implementar mecanismos que aseguren la participación activa de las minorías y que sus opiniones sean consideradas en la formulación no únicamente de las leyes, sino también de las políticas públicas y de los presupuestos asignados a los programas públicos.
Claudia Sheinbaum, al ser la nueva líder principal del más grande partido-movimiento que ha habido en México en las últimas décadas, transporta una serie de expectativas y desafíos para la estructura política del país. Su ascenso a la presidencia podría representar un avance significativo en términos de inclusión y equidad de género en la política mexicana, si realmente logra la transversalización de la perspectiva de género y las perspectivas de niñez y no discriminación en todo el entramado institucional y programático nacional. Sin embargo, más allá de su liderazgo y legitimidad obtenida a través de la votación histórica que obtuvo en las urnas, el Congreso debe seguir siendo un contrapeso efectivo y un espacio de deliberación inclusivo, independientemente del partido en el poder.
En el contexto del gobierno de Sheinbaum, es crucial que tanto la Cámara de Diputados como la de Senadores, no solo actúen como espacios de aprobación y respaldo a las políticas del Ejecutivo, sino que también desempeñen un papel activo en la supervisión y en la formulación de políticas que reflejen la diversidad de la sociedad mexicana. Esto incluye un compromiso claro con la protección de los derechos de las minorías y la implementación de políticas que promuevan la equidad social y económica; así como el control del gobierno a través de nuevos y más eficaces mecanismos de control de presupuesto público.
Así las cosas, el trabajo que habrá de desarrollar la nueva legislatura enfrenta al menos los siguientes desafíos:
1. Un contexto generalizado de polarización política: en un entorno político cada vez más polarizado, el Congreso enfrenta el desafío de superar las divisiones partidistas para crear un espacio de diálogo auténtico y constructivo.
2. Discriminación y desigualdad: México es un país de incumplimiento generalizado de los derechos humanos; mucho de lo cual se debe a la persistencia tanto de la discriminación como de la desigualdad en todas sus manifestaciones y dimensiones. El Congreso debe abordar estos problemas con políticas inclusivas que promuevan la justicia social, pero sobre todas las cosas, recuperar las agendas de derechos que han sido hechas a un lado en la administración del presidente López Obrador.
3. Corrupción y Transparencia: La corrupción sigue siendo un serio y profundo problema en la política mexicana. Un Congreso incluyente y plural también debe ser, de inicio, transparente y rendir cuentas a la ciudadanía, tanto de sus acciones y de la racionalidad de sus decisiones; pero, sobre todo, debe ser el contrapeso efectivo de control del gobierno del que seguimos careciendo. Debe, en ese sentido, fortalecer a la Auditoría Superior de la Federación dotándola de nuevas capacidades de supervisión, evaluación y rendición de cuentas del gobierno de la República, de los Estados y de los municipios.
En el sentido opuesto, el Congreso Mexicano tiene al menos las siguientes oportunidades:
1. Reforma Política: La llegada de la presidenta Sheinbaum puede ser una oportunidad para impulsar reformas políticas que fortalezcan la democracia y que permitan reconstruir el pacto social, fracturado desde hace ya muchos años.
2. Empoderamiento de grupos en pobreza y desigualdades ancestrales: El gobierno de Sheinbaum puede promover políticas que empoderen a mujeres, pueblos y comunidades indígenas y otros grupos marginados, asegurando su representación en el Congreso y en otros niveles de gobierno.
3. Innovación Legislativa: Con un enfoque de auténtico pluralismo político, el Congreso puede adoptar prácticas innovadoras para la participación ciudadana, como consultas públicas y foros de debate abiertos, que permitan escuchar más unos de otros y que permita conciliar y defender posiciones justas, independientemente de las lógicas del poder político y económico dominantes en el país.
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Investigador del PUED-UNAM
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