por Mario Luis Fuentes
De acuerdo con el Informe sobre el desarrollo Humano, 2013, la esperanza de vida promedio en México es más baja que en Chile, Panamá y Costa Rica. Asimismo, al ajustar el IDH a la medición de la desigualdad, el valor para México presenta una pérdida del 23%. En el año 2011, aparecíamos en el lugar 56 entre 188 países, mientras que en el 2013 ocupamos el lugar 61. Según el PNUD, la tasa promedio de crecimiento anual del IDH es de 0.59%, el cual contrasta con Cuba –el más alto de América Latina-, en donde el crecimiento es de 1.02%. Estos datos revelan nuestro lento avance y la urgencia de hacer mucho más y de manera distinta.
La semana pasada se llevó a cabo en nuestro país el lanzamiento global del Informe sobre el Desarrollo Humano. El título de este nuevo reporte es “El ascenso del sur: Progreso humano en un mundo diverso”.
Lo primero que llama la atención es el título del informe, pues apela a una de las categorías que, desde el pensamiento crítico, han sido más cuestionadas a lo largo de los últimos 200 años: la ideología del progreso como programa de “realización humana”.
En segundo lugar, habría que ponerse en tensión la idea de que hay “un ascenso del Sur”, pues si bien hay ejemplos de países que han logrado con relativo éxito “sortear” la severa crisis económica mundial, lo cierto es que, según la FAO, sigue habiendo más de 800 millones de personas en situación de hambre; y cerca de 3 mil millones de seres humanos que viven con menos de 2 dólares al día.
La desigualdad mundial sigue siendo de tal magnitud, que el PIB sumado de los 8 países considerados como las principales “economías emergentes (China, Brasil, India, Indonesia, Argentina, México, Sudáfrica y Turquía), es apenas equivalente al PIB total de los Estados Unidos de América.
Las condiciones para el desarrollo humano
De acuerdo con el PNUD, la agencia de Naciones Unidas responsable de elaborar el citado Informe, hay tres elementos que pueden potenciar las capacidades de los países en la consecución de mejores condiciones para la expansión del desarrollo humano:
En primer lugar, es necesario un Estado sólido, proactivo y responsable, capaz de desarrollar políticas tanto para el sector público como para el privado. Desde esta lógica la propuesta es priorizar a los ciudadanos y promover la generación de oportunidades.
En segundo término, deben “aprovecharse los mercados mundiales”, orientando nuevos criterios de inversión dirigidos a las personas, a la consolidación de los mercados internos y desarrollando políticas de integración gradual a la economía mundial.
En tercer lugar, el PNUD considera indispensable impulsar la innovación en las políticas sociales. Lo anterior implica también reducir la desigualdad, pues se logra un mayor avance en la reducción de la pobreza cuando las disparidades son menores, que cuando hay altas concentraciones de ingresos.
La permanente desigualdad
Si algo permite mostrar el Informe sobre el Desarrollo Humano es que las disparidades en todo el mundo continúan intocadas. En el 2012, al llevar a cabo el ajuste por desigualdad en los países que se analizan en el texto, hay una pérdida global del 23% en el Índice del Desarrollo Humano cuando éste se ajusta a la desigualdad.
A lo anterior debe agregarse que en los 104 países que fueron seleccionados para llevar a cabo la medición de la pobreza multidimensional en sus territorios, el 30% de sus habitantes viven en esa situación, lo cual implica una suma de 1,470 millones de seres humanos pobres.
Migración y conectividad, dos tendencias complejas
Uno de los temas demográficos de mayor complejidad que se están desarrollando a nivel mundial es el de las migraciones masivas. Según los datos del PNUD, en el mundo hay actualmente 215 millones de migrantes de primera generación, cifra tres veces mayor a la registrada en la década de los 60 en el siglo XX. Cabe destacar que México aporta casi el 5% de estos migrantes.
A lo anterior se agrega la intensa dinámica de los viajes, pues se espera que para el 2020, los llamados “países del sur” recibirán aproximadamente a mil 600 millones de turistas, es decir, casi una octava parte de la población mundial se estará moviendo en ese año para conocer a estos países.
Adicionalmente, se estima que actualmente hay aproximadamente 2,100 millones de usuarios de internet, de los cuales, 1,500 millones viven en los países del sur, mientras que únicamente 600 millones viven en los denominados “países del norte”.
Destaca el uso intensivo de las redes sociales pues, por citar sólo el sitio de “Facebook”, se estima que en el 2012 tuvo mil millones de usuarios activos por mes. Para nuestro país el dato es de sumo interés pues México se encuentra entre los cuatro países con mayor número de usuarios de esta red.
El reto de la justicia social
Los datos mostrados por el PNUD apuntan al hecho de que el gran reto para el siglo XXI será el de construir Estados capaces de garantizar la justicia social. Lo anterior requiere de un doble proceso: generación de empleos dignos suficientes, y distribución equitativa de la riqueza.
Lo interesante de lo anterior es que lograrlo implicaría en buena medida modificar el curso y el modelo de desarrollo vigente, lo cual no es dicho explícitamente por el PNUD. Un tema a destacar es que en este Informe, el organismo de la ONU propone avanzar hacia la consolidación fiscal de los países, sin aplicar medidas drásticas de recortes sociales, las cuales, muestra la evidencia, terminan por generar efectos dañinos en el mediano y largo plazo.
Por ejemplo, retomando datos de la OIT, avanzar hacia la consolidación fiscal de las 32 economías más avanzadas, permitiría crear en los próximos dos años entre 1.8 y 2 millones de empleos adicionales. Sin embargo, esto implicaría modificar las prioridades nacionales. Por ejemplo, se destaca que el gasto global en “Defensa”, es decir, los gastos militares, ascendieron en el 2010 a 1.4 billones de dólares, cifra equivalente a la suma del PIB de los 50 países más pobres del mundo.
México, una historia de lentos avances
Aunque nuestro país es calificado como uno en el que se han hecho “grandes progresos” en materia de desarrollo humano, cabe destacar que los ingresos promedio per cápita sólo han crecido, entre 1990 y el 2012, en menos del 2% anual. Lo anterior, sin duda, como reflejo de la desestructuración del mundo del trabajo y la consecuente incapacidad de generar empleos dignos y suficientes.
Adicionalmente, debe decirse que hay otros países que están teniendo avances mucho más rápidos, pues mientras que en el Informe sobre el Desarrollo Humano del 2011 México se situaba en el lugar 56, ahora se encuentra en el lugar 61.
Comparativamente hablando, y tomando como referencia los componentes del IDH, en el 2010, el promedio de escolaridad nacional se ubicó en 8.5 grados por persona; en Panamá, para destacar el contraste, el promedio era de 9.5; y en Cuba de 10.2. Con esta base, los años promedio de escolaridad esperados para el 2013 son, para Panamá, de 13.2; para Cuba de 16.2; y para México de 13.7
Si la comparación se lleva a cabo en cifras absolutas para el PNB per cápita, –considerando valores constantes del 2005- en el año 2012 en Chile se tiene un indicador de 14,987 dólares por habitante y año; en Grecia, aún con la crisis, de 20,511; España, igualmente en medio de la vorágine económica, presenta un ingreso de 25,947 dólares; Argentina, de 15,347; mientras que nosotros, un promedio de 12,947.
En términos de esperanza de vida promedio, en el año 2012 el indicador para Cuba y Chile es de 79.3 años; en Grecia de 80 años; para Singapur de 81.3 años; y para México, de 77.1 años; esto sin considerar que para las mujeres de las zonas indígenas apenas se tiene una esperanza de vida promedio de 61 años.
Finalmente, si se compara la tasa de crecimiento del valor del IDH en el periodo 2000-2012, lo que se encuentra es que en Panamá presenta un ritmo de 0.62% anual; en Chile es de 0.64% al año; en Costa Rica es de 0.76%; en Cuba –el más alto de América Latina- es de 1.02% anual; mientras que para México es de únicamente 0.59% por año.
* Columna publicada bajo el mismo nombre en el periódico Excélsior, 19- Marzo- 2013, p.24
METODOLOGÍA |
La selección de los indicadores para elaborar esta investigación se apegó a los siguientes criterios: 1) provienen de fuentes oficiales o de organismos internacionales; 2) son datos con representatividad nacional; 3) son datos con rastreabilidad, con la misma metodología durante los últimos diez años.
(*) Este texto se elaboró con material del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social