Este 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, declarado así por la ONU en 1974, con el objetivo es fomentar la conciencia y las acciones a favor del medio ambiente. En 2019 el tema central de este día es la contaminación del aire.
Esto nos nos hace recordar la reciente crisis medioambiental que se vivió en la Ciudad de México, donde durante cuatro días la mala calidad del aire llegó a niveles críticos.
Derivado de ello, la recomendación fue no hacer actividades al aire libre, se implementaron medidas como el doble hoy no circula, se suspendieron las clases y numerosas empresas suspendieron sus actividades ordinarias.
Esta es una situación que usualmente se presenta durante la época más cálida del año (esta vez se agudizó por numerosos incendios), amenaza la salud de alrededor de 21 millones de habitantes de la Cuidad de México y su zona metropolitana, cuya política medioambiental no alcanza los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
Esta situación tiene repercusiones alarmantes en la salud, ya que, en toda la región, cada año cerca de 300 mil personas pierden la vida por enfermedades que están relacionadas con la contaminación del aire.
En América Latina existen grandes metrópolis que no cumplen con los estándares de calidad del aire que establece la OMS. Se trata de ciudades capital como Buenos Aires, Argentina; Santiago, Chile; La Paz, Bolivia; Sao Paulo, Brasil, y la Ciudad de México.
La población que más resulta afectada son los niños: la causa de muerte más frecuente en niños menores de cinco años es la neumonía, enfermedad en la que la contaminación es uno de los principales factores de riesgo que incrementan la susceptibilidad de los niños a esta enfermedad.
De acuerdo con datos de la OMS, en 2015 cerca de 920 mil niños menores de cinco años en todo el mundo perdieron la vida a causa de neumonía: una enfermedad responsable de 15% de las defunciones totales registradas en los menores en este rango de edad.
Otros grupos vulnerables ante la contaminación del aire son las mujeres que trabajan en concinas que no cuentan con la ventilación suficiente, por lo que se encuentran expuestas por largo tiempo a altos niveles de contaminación.
De acuerdo con información de la ONU Medio Ambiente, en América Latina cerca de 100 millones de personas viven en ciudades donde la calidad del aire es mala.
De acuerdo con información de la Encuesta Intercensal de 2015 de Inegi, en México poco más de 4.8 millones de hogares en todo el territorio nacional utilizaban leña o carbón para cocinar; esta cifra representa al 15% del total de los hogares del país.
Esta es una de las razones por las que la ONU medio ambiente considera que uno de los grupos más afectados, además de los niños y de las personas adultas mayores, sean los grupos de bajos ingresos: casi el 90% de las muertes relacionadas con la contaminación del aire ocurre en países con ingresos bajos y medios.
La cantidad de contaminantes depende de muchos factores como el acceso a energías limpias para cocinar y la hora del día, por ejemplo, las horas de mayor tránsito vehicular es una fuente de contaminación local.
De acuerdo con información de la ONU medio ambiente, cerca del 90% de la población mundial respira aire contaminado, por lo que este organismo internacional lo califica como una emergencia de salud pública.
La contaminación del aire viene principalmente de cinco actividades humanas:
Un problema preocupante para la contaminación de aire son los residuos que se generan en las ciudades cada año, debido a que la quema a cielo abierto es una fuente importante de carcinógenos y a que los residuos orgánicos son una fuente importante de emisión de metano.
Mientras que, en el 2000 se generaban 680 millones de toneladas de residuos, para 2012 esa cantidad casi se duplicó, ya que la cantidad de residuos ascendió a mil 300 millones de toneladas.
De continuar con esta tendencia, se espera que para 2025 nuevamente se duplique la cantidad de desechos registrada en 2012, ya que ascendería a 2 mil 200 millones de toneladas.
En 2017 el costo total por el agotamiento y degradación ambiental representó el 4.3% del PIB. La contaminación derivada principalmente de las emisiones contaminantes al aire que provienen de los automóviles, camiones de pasajeros y de carga, representó el 3% de ese total, de acuerdo con cifras del Inegi.
Además, durante el mismo año, los costos totales por la degradación derivada de los residuos sólidos urbanos fue equivalente al 0.3% del PIB.
Frente a ello, en 2017 el gasto en protección ambiental ascendió a 124 mil 647 millones de pesos, el equivalente al 0.6% del PIB nacional: el 41.3% de esa cantidad fue destinada a la protección del aire-ambiente y clima.
Otras actividades que formaron parte del gasto en protección fue la gestión de aguas residuales, actividad que representó el 14.5% del presupuesto total, mientras que, el gasto en la protección a la biodiversidad representó el 10.4% del total.
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