El dilema fiscal del próximo año

Los siguientes son dos de los hechos que podría enfrentar el próximo gobierno en 2025: el primero, una reducción presupuestal de casi 600 mil millones de pesos en el gasto público programable (el que se dedica, entre otros,  a los bienes, servicios, programas,  inversiones y pago de personal), y, el segundo, una desaceleración económica, que traería, entre otras consecuencias, una menor creación de empleos.

Escrito por:  Enrique Provencio D.

El panorama hacendario que adelantó la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados es un baño de realidad sobre las capacidades efectivas que tenemos para promover el desarrollo con el apoyo de las finanzas públicas. El marco de los Pre – Criterios Generales de Política Económica para 2025 estaría abriendo, de hecho, un periodo de restricción hacendaria para lo que resta de la década, en el que los ingresos públicos presupuéstales se reducirían como proporción del producto nacional, y con los egresos ocurriría lo mismo. Ambos conceptos crecerían por debajo de lo que aumente la economía, y si a esta le va mal, peor le irá a las capacidades de gasto del Estado mexicano.

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En este escenario, que ya estaba claramente perfilado desde septiembre de 2023, la inversión pública de los próximos años estará castigada, y quedará por debajo de 2.5 puntos porcentuales del PIB. Habría márgenes muy estrechos para mejorar los fondos para educación, salud, servicios de cuidados, protección social, medio ambiente y agua, desarrollo urbano y otras áreas clave del desarrollo nacional. Por lo pronto, se tendría que asumir el ajuste mencionado de casi 600 mil millones de pesos en 2025, y luego lidiar anualmente con un complejo equilibrio para que no se desborden los requerimientos de financiamiento público. Hay otros escenarios, pero estos serán conocidos hasta después de las elecciones.

Es muy probable, sin embargo, que estas previsiones se modifiquen el próximo noviembre, cuando la nueva legislatura reciba el presupuesto de egresos para el año entrante. La disyuntiva estará entre asumir el escenario de ajuste presupuestal en 2025 y luego seguir operando con un espacio fiscal casi nulo, o iniciar el nuevo gobierno enviando las iniciativas de reforma fiscal que le procuren al Gobierno Federal los fondos suficientes para llevar a cabo los cambios pendientes en la política económica y social, sobre todo en la salud, que requiere alrededor de tres puntos porcentuales del producto, pero también en la educación, los servicios de cuidado, la infraestructura y otros grandes pendientes. No se conocen los números que soporten el dicho de que se puede hacer todo lo de ahora y mucho más solo con la disciplina fiscal.

Hasta ahora las prioridades han sido la ampliación de los programas sociales, que sin duda deben mantenerse, pero mientras no mejore sustancialmente el acceso a servicios públicos esenciales, como los de educación, salud, seguridad social y seguridad pública, no quedarán sentadas las bases de un genuino sistema de bienestar.

Si no se promueve una reforma fiscal, y la candidata Claudia Sheinbaum ha sido enfática al decir que no lo hará, es muy probable que el ajuste se cargue en la inversión pública, al menos en parte, y que al mismo tiempo se relaje el objetivo de conseguir un superávit primario en 2025. Como se ve en el cuadro que acompaña a esta nota, se pretende pasar de un déficit primario de 470.8 mil millones en 2024, a un superávit primario de 340.8 mil millones el año entrante.

Cuadro 1. Algunos elementos básicos del panorama hacendario 2024-2025

	2024 Est.	2025 Est.	Diferencia	Crecimiento Real
Ingresos presupuestarios	7,443,130.50	7,773,762.10	330,631.60	0.6
Ingresos tributarios	4,956,101.10	5,301,599.50	345,498.40	3
Gasto neto	9,143,347.30	8,663,697.10	-479,650.20	-8.8
Gasto programable	6,616,015.20	6,037,067.30	-578,947.90	-12.1
Gasto no programable	2,527,332.10	2,626,629.80	99,297.70	0.1
Balance económico primario	-470,774.40	340,821.30	811,595.70	n.a.

Con el escenario de los Pre Criterios para el primer año del nuevo gobierno, además, se estará propiciando la desaceleración económica, lo cual tampoco es muy buena noticia para una administración que está iniciando. La más reciente Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, la este 2 de abril, adelanta un crecimiento menor al dos por ciento en 2025, y los Pre Criterios lo estiman en 2.5 por ciento, también inferior al promedio de los tres años recientes. Con estas tasas, el empleo generado será equivalente a la mitad del creado en 2023.

No sabemos realmente los que se hará realmente para enfrentar este panorama, que no es catastrófico, pero tampoco para echar campanas al vuelo. Se trata, más bien, de un horizonte convencional de bajo dinamismo, atemperado por las mejoras salariales, eso sí. Lo que sigue a la espera es el cambio que nos saque del atraso histórico de los fundamentos del bienestar, los que atañen a los bienes y servicios públicos esenciales.

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Nota: los Pre – Criterios Generales de Política Económica 2025 pueden verse en https://www.finanzaspublicas.hacienda.gob.mx/work/models/Finanzas_Publicas/docs/paquete_economico/precgpe/precgpe_2025.PDF

La Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado del 2 de abril se encuentra en https://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-prensa/encuestas-sobre-las-expectativas-de-los-especialis/encuestas-expectativas-del-se.html