por Mario Luis Fuentes
La discriminación en México es uno de los peores atavismos culturales. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Discriminación, presentada esta semana por el INEGI, el CONAPRED, la UNAM y el CONACYT, el 20% de la población ha enfrentado en el último año, algún acto de discriminación. Esta práctica es una de las múltiples formas de violencia social, y sus consecuencias pueden llegar a ser mortales
Discriminar implica dar un trato diferenciado, generalmente negativo, contra una persona o grupo de población, cuyo efecto es la negación, limitación o incumplimiento parcial de alguno o varios derechos. Ese trato diferenciado puede tener efectos de extrema gravedad, que pueden llevar incluso a la muerte de las personas, cuando lo que se niega es, por ejemplo, el acceso a la salud en razón del género, la pertenencia étnica, la edad, etcétera.
La agenda es de tal relevancia, que atinadamente en México se logró la reforma al artículo 1º constitucional (en mucho gracias al trabajo liderado por Gilberto Rincón Gallardo y por otras personalidades y organizaciones de la sociedad civil), en el cual está expresamente prohibida la discriminación en nuestro país.
Aun con ello, el mandato constitucional sigue pendiente de cumplirse. Por ejemplo, las personas indígenas y afrodescendientes siguen siendo las más pobres del país, y en buena medida se debe a la discriminación racial. En circunstancia similar se encuentran las niñas, niños y adolescentes, quienes son, analizado por grupos de edad, los más pobres de México.
En ese sentido, destaca la publicación hecha por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en coordinación con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), con la UNAM y con el Conacyt, de los resultados de la Encuesta Nacional de Discriminación (Enadis, 2018), de la cual se presentan a continuación los principales resultados.
Gran magnitud
De acuerdo con los resultados de la Enadis, una de cada cinco personas mayores de 18 años en el país declara haber sido discriminada en los últimos 12 meses, debido a su color de piel, apariencia, peso, estatura, forma de vestir, de hablar, por sus creencias religiosas, por su sexo o por su orientación sexual.
Destaca en ese sentido que prácticamente 50% de la población percibe que los derechos de su grupo de población, por sexo, son respetados poco o nada. Es interesante observar al respecto que 48.1% de las mujeres manifiesta esa percepción, mientras que entre los hombres el porcentaje es de 50.1%.
El olvido de los pueblos indígenas
De acuerdo con el Coneval, en el año 2016 más de 70% de las personas hablantes de lenguas indígenas, o que forman parte de algún pueblo indígena, se encontraban en condición de pobreza; mientras que prácticamente sólo cinco de cada 100 se encontraban en condiciones “adecuadas de bienestar”, es decir, eran consideradas como no pobres y no vulnerables.
Ahora, de acuerdo con la Enadis, lo que se revela son las principales problemáticas identificadas por los pueblos indígenas: 20.9% considera que su principal problema es la falta de empleo, 16.1% afirma que es la falta de recursos económicos; 15.8% identifica la falta de apoyos del gobierno a través de programas sociales; 14.6% afirma abiertamente que su mayor problema es la discriminación por su apariencia o lengua; mientras que 13.1% manifiesta que su mayor problemática es la falta de atención médica.
Lo anterior se ve reforzado por la percepción registrada entre el 75% de las personas de 12 años y más que forman parte de los pueblos indígenas, quienes manifestaron estar de acuerdo con la idea relativa a que las personas indígenas son poco valoradas por el resto de la población. En el mismo sentido, 43.7% de este grupo de población afirma que las personas no indígenas las consideran poco trabajadoras.
En términos de lo que podría denominarse como “discriminación efectiva”, 15% de quienes forman parte de los pueblos indígenas sostiene que le han negado servicios médicos debido a su condición étnica; el 8.7% afirma que le han negado servicios en oficinas de gobierno; 11.1% afirma que le fueron negadas becas del programa Prospera u otros programas sociales; mientras que 5% sostiene que le han sido negados créditos. de vivienda o de algún tipo de tarjeta.
Personas con alguna discapacidad
Entre este grupo de población, el 48.1% percibe que sus derechos le son respetados poco o nada. El 31.1% declara que su principal problema son calles, instalaciones y transporte inadecuado a sus condiciones; el 30% afirma que enfrentan falta de oportunidades para encontrar empleo; 21.5% considera que su principal problemática es la falta de cuidados, terapias y tratamientos; mientras que el 11.1% ha enfrentado discriminación por su apariencia.
Al 13.7% de quienes tienen 18 años y más y viven con alguna discapacidad, les ha sido negada la atención de la salud; al 8.3% se les negó la atención en alguna oficina de gobierno; al 15.1% le fueron negadas becas u otros programas sociales del gobierno; al 6.5% le fue negada la oportunidad de seguir estudiado, y al 7.1% la posibilidad de trabajar o de obtener un ascenso.
Asimismo, a un 7% le han rechazado o excluido de actividades sociales; prácticamente al 20% le ha sucedido que le miren de forma incómoda o le hagan sentir incómodos; 18.3% ha sufrido burlas o les han dicho cosas que les molestan; 9.6% de las personas con discapacidad han sido amenazadas, empujadas o jaloneadas; mientras que 2% ha sido obligado a salir de su comunidad.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 07-agosto-2018, p.16.