El 28 de junio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Diversidad Sexual y de Género. Se trata de una cuestión de la mayor relevancia por distintas razones. EN primer lugar, porque es la primera ocasión que desde un Organismo del Estado mexicano se asume la responsabilidad de dimensionar y cuantificar la magnitud de la población que se identifica como parte de la población LGBTI+ y de poblaciones de otra orientación LGB+
Escrito por: Saúl Arellano
En segundo lugar, la construcción de esta encuesta es de suma relevancia porque proporciona información que, si se toma en serio en las dependencias gubernamentales en lo federal, estatal y municipal, puede ayudar a mejorar sustantivamente las acciones a que están obligadas, a través del mandato del artículo 1º constitucional, en materia de no discriminación, así como el artículo 4º en materia de igualdad entre mujeres y hombres.
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Hay siete datos que el INEGI destaca: 1) La población LGBTI+ asciende a cinco millones de personas, cifra que equivale al 5.1% de la población de 15 años y más en el país; 2) la población Gay, Lesbiana, Bisexual o de otra orientación LGB+ es de 4.6 millones, es decir, 4.8% de quienes tienen 15 años y más; 3) la población Transgénero, Transexual o de otra identidad no coincidente con el sexo al nacer, es de 909 mil, lo que equivale al 0.9% de la población de 15 años y más.
En lo que se refiere a la distribución territorial, el INEGI añade: 4) el Estado de México es la entidad con mayor cantidad de población LGBTI+ con 490 mil personas; en segundo lugar está la CDMX, con 311 mil y en tercero, Veracruz, con 308 mil; 5) en términos relativos, las entidades con mayor proporción de población LGBTI+ son: Colima, con el 8.7% de sus habitantes mayores de 15 años que se identifican como parte de esa población; Yucatán con 8.3% y Querétaro, con 8.2% (el promedio nacional es de 5.1%).
Finalmente, respecto del estado civil y grupos de edad, el INEGI destaca como datos: 6) que el 64.9% de la población LGBTI+ se encuentra soltera y 30.6% unida o casada; y, 7) el 67.5% de la población que se reconoce como LGBTI+ tiene entre 15 y 29 años de edad; mientras que 20.3% está en el rango de 30 a 44 años.
Hay varios temas a destacar respecto de esa información. El primero, es relativo a la edad estimada por el INEGI, pues el hecho de que prácticamente dos de cada tres personas que se reconocen como LGBTI+ tengan 29 años o menos, implica un profundo cambio cultural y generacional, gracias al cual quienes tienen orientación sexual distinta a la heterosexual, se reconocen abiertamente como tales y lo hacen valer como parte de su derecho a la identidad.
Otro tema importante es que el 11% se auto adscribe como personas indígenas, mientras que el 3.9% se auto adscriben como personas afrodescendientes.
Asimismo, la encuesta estima que el 43.4% de las personas de 15 años y más que se consideran parte de la población LGB+ se dieron cuenta de su orientación sexual en su primera infancia, es decir, antes de los 7 años. El 5.1% lo hizo cuando tenía entre 7 y 11 años; el 34.1% en la adolescencia (12-17 años); el 16.1% en la juventud (18 a 29 años); mientras que el 1.3% lo hizo en la adultez (después de los 30 años).
Por su parte, entre quienes se identifican como parte de la población con identidad de género TI+, el 62.4% se dio cuenta que “su forma de ser o de actuar no correspondía con su sexo de nacimiento”, en la primera infancia; el 5.6% se dio cuenta entre los 7 los 11 años; el 20.3% en la adolescencia; el 7.7% en la juventud.
Es importante decir que el INEGI entiende en esta encuesta, por Orientación sexual: “la capacidad que tiene una persona de sentirse atraída, romántica o sexualmente hacia mujeres, hombres, personas de ambos sexos u otros; o de no sentirse atraída”. Mientras que a la Identidad de género es definida como: “La manera en que cada persona a partir de su forma de ser, pensar, sentir y actuar se considera a sí misma como hombre, mujer u otro género y puede corresponder o no con su sexo de nacimiento”.
El grave problema que persiste en México respecto de esta población es la discriminación y otras formas de intolerancia. Por ejemplo, el 28.1% declara que al menos una vez han experimentado trato desigual respecto de los beneficios, prestaciones o ascensos laborales; o bien comentarios ofensivos o burlas.
Asimismo, es de subrayarse que el 26.1% de la población LGBTI+ declara haber tenido al menos una vez pensamientos suicidas, frente a un 7.9% que se registra como promedio entra la población no LGBTI+, lo cual es indicativo de la enorme presión social que se ejerce en su contra, a través de actos ya mencionados de discriminación, rechazo, violencia, intolerancia, tratos crueles, etc.
México necesita avanzar, con urgencia, hacia una nueva cultura de reconocimiento y respecto hacia todas las formas y expresiones de la diversidad que nos caracteriza. Hacia la erradicación de la discriminación; y en general, hacia una cultura en la que, la orientación sexual o identidad de género de las personas, resulte tan irrelevante como el color o estilo de ropa que se porta.
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