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Dolores Olmedo, musa, mujer polémica y gran coleccionista de arte

Aquel encuentro que tendría con el pintor Diego Rivera, alrededor de 1924 en la Secretaría de Educación lo cambiaría todo; de hecho, se conocieron en el elevador, y ella iba acompañada de su madre. Pero ese hecho sería definitivo, con el tiempo Lola se convertiría en su musa y Diego la pintaría en varios bocetos surgiendo entre ellos una gran amistad basada en el gran interés del arte. Dolores fue una gran coleccionista de arte mexicano. Gran parte de las obras que coleccionó se encuentran en el museo que lleva su nombre (Museo Dolores Olmedo Patiño) en el sur del Distrito Federal, conocida como “Hacienda la Noria” en México.

Dolores, mejor conocida como Lola, fue una mujer polémica, audaz y representante de un feminismo en el siglo XX.

Escribe: Mónica Muñoz

Su infancia

María de los Dolores Olmedo y Patiño Suárez nació el 14 de diciembre de 1908, un par de años antes del inicio de la Revolución mexicana, en Tacubaya, Ciudad de México. Fue la mayor de los hijos del matrimonio formado por la maestra normalista María Patiño Suárez y Manuel Olmedo Mayagoitia un profesionista que trabajaba como contador y abogado en algunos de los establecimientos de la Ciudad de México. Lamentablemente el escenario que le tocó vivir a Lola estuvo cargado de gran inestabilidad por el conflicto de la Revolución Mexicana.

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En 1914 fallece su papá. Durante ese año y 1915 la Ciudad de México padeció de hambre y escasez, faltaba el abasto debido a la destrucción de líneas férreas y otros medios de transporte, y esto propiciaba que los habitantes de la capital estuvieran en condiciones de extrema necesidad. Así, Lola fue testigo de todos los esfuerzos que hizo su mamá para sacar a sus hijos adelante, tomando en cuenta que era un contexto difícil para las mujeres, por lo que siempre admiró a su mamá, y su ejemplo tuvo gran influencia en su vida.

Su Juventud

Debido a las condiciones tan difíciles en las que se encontraba nuestro país, Lola no pudo ir a la escuela y su mamá les impartió clases en casa. Posteriormente Lola le ayudaría a dar clases de dibujo a niños, pues el arte se convirtió en su fascinación. Se preparó y estudió para ingresar a la escuela nacional preparatoria, que era el requisito anterior a la Universidad Nacional. Sin embargo, es importante mencionar que las artes tuvieron un resurgimiento después de la Revolución, haciendo que los mexicanos dejaran atrás las influencias extranjeras, y renaciendo un gran interés por conocer nuestras raíces con un sentido cultural y científico, dando paso a nuevas generaciones que incorporaban nuevos valores, todo bajo un nuevo ambiente cargado de nacionalismo y progreso.

Escenario de grandes figuras como Vicente Lombardo Toledano filósofo y político mexicano de tendencia marxista, Manuel Gómez Morín, el arqueólogo Alfonso Caso, Narciso Bassols, etc. fue en ese contexto que Lola conoció a Diego Rivera y también se relacionó con Howard S. Philips, quien se convertiría en su esposo, una de las figuras que serían importantes para su formación intelectual e impulsaría de manera determinante muchas de sus acciones.

Lola cursó la carrera de derecho durante dos años, y completó sus estudios en arte en la Academia de San Carlos y de música en el Conservatorio Nacional. Esto le serviría muchísimo para después impartir clases. Aquí es importante mencionar que hay que tener en cuenta que en esa época no era común que las mujeres ingresaran a la universidad, muy pocas lo hacían.

Matrimonio y experiencia empresarial

Se casó con el con el editor de la revista Mexican Life, Howard S. Philips, que tenía una tendencia hacia la actividad artística, además de que difundía los atractivos turísticos de México para los extranjeros en 1935. Con Phillips tuvo cuatro hijos; Alfredo, Irene, Eduardo y Carlos. Debido a este matrimonio se adentró más en el mundo de la cultura y conoció a gran parte del grupo de contemporáneos formado entre 1920 y 1932 por: Carlos Pellicer, Salvador Novo, Jorge Cuesta, Xavier Villaurrutia, y Jaime Torres Bodet. Los contemporáneos fueron un grupo de jóvenes intelectuales mexicanos, agrupados en torno a la revista Contemporáneos, que se encargaron de difundir muchas de las innovaciones del arte y la cultura en la sociedad mexicana de la primera mitad del siglo XX. Dolores y Howard se separan en 1948, aunque siguieron viviendo juntos hasta 1957, que se divorciaron definitivamente en forma amistosa.

En las primeras décadas del siglo XX la mujer expresa su derecho a ser un elemento activo en la construcción de México, pero también, como diría Virginia Woolf, en la construcción de una habitación propia. Así, a finales de los años 40, Dolores Olmedo se asoció con el alemán Heriberto Pagelson convirtiéndose en gerentes de grupo CICSA (Compañía Inmobiliaria y Constructora) cuya actividad era de tipo empresarial y relacionada con la construcción. Llegó a ser la directora de una empresa inmobiliaria, algo impensable en la época en la que lo logró, cuando las mujeres no dirigían empresas y mucho menos empresas de la construcción.

Coleccionismo y polémica

Las ganancias que obtuvo de sus empresas le sirvieron para invertir en arte. Mujer de negocios y con gran intuición reestablecería su amistad con Diego Rivera alrededor de 1955, cuando Diego Rivera padecía cáncer, y unos días antes de fallecer, la incluyó en su testamento justo a otras pocas personas más. Un par de meses antes del fallecimiento de Diego Rivera, se firmó la escritura del fideicomiso, documento que fue firmado por Dolores Olmedo y Alfonso Quiroz Cuarón en donde se nombraba a Dolores como presidenta del comité técnico del fideicomiso. Así, el 20 de octubre de 1957, Diego Rivera, en mal estado de salud, le otorgó los derechos autorales de todas sus obras, textos y documentos en su poder. En 1956, además de las obras de arte que Dolores Olmedo había adquirido, Diego le sugirió adquirir diez cuadros más, para enriquecer su colección y asegurar su legado.

En los años 60, Dolores aportó dinero para rescatar y continuar con muchas de las tradiciones mexicanas promoviéndolas en diversas exposiciones de arte en varios países, sobre todo el creado por Diego rivera y Frida Kahlo. Compró obra pictórica, lotes de piezas prehispánicas, estofados novohispanos y arte popular mesoamericano.

Sin embargo, la controversia se da en lo que se especula sobre la forma en como Dolores Olmedo se hizo de muchas de las obras de arte de Diego: abuso de confianza y desaparición de obras que tenía a su cuidado fueron las más frecuentes, y que algunas obras que estaban bajo su resguardo para ser expuestas o valuadas, quedaron en su poder y se negó a entregarlas.

Museo Dolores Olmedo

En 1962 Dolores Olmedo decidió adquirir la hacienda “La Noria”, en Xochimilco, y allí reubicó su colección. También, impulsó la creación del Museo Arqueológico de Santa Cruz Acalpixca y donó terrenos para la construcción de centros educativos, creando la Fundación Dolores Olmedo Patiño A.C, con el fin de albergar las 145 pinturas de Diego Rivera, 25 de Frida Kahlo, 42 de Angelina Beloff, más de 600 piezas prehispánicas reconocidas y registradas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, varios santos estofados del siglo XVIII, la colección de arte popular, 4.000 libros de la Biblioteca, pavos reales, guajolotes, patos, perros xoloitzcuintles y un jardín ecológico con más de 25 variedades de plantas y árboles mexicanos. Dolores Olmedo falleció el 27 de julio de 2002 en su casa de Xochimilco.

Reflexiones finales

Desde luego, Dolores Olmedo es todo un referente de las mujeres exitosas, empresaria y coleccionista de nuestro país.  En una época en la cual rompió paradigmas sociales, tan sólo hay que preguntarnos qué hacían y qué se esperaba de las mujeres en esos años. Una época donde inclusive la sexualidad comenzaba a ser considerada una manifestación de vida, y no fuente de depravaciones. Al igual que lo hizo su madre, ella también sacó adelante a su familia, vivió e hizo lo que deseaba y el arte siempre fue su pasión. La figura femenina abandona el papel tradicional que le corresponde en el interior de la casa y emprende la ocupación de otros espacios urbanos.

El tema, al igual, nos hace reflexionar en el papel de la mujer como empresaria, coleccionista y creadora de museos con participación activa en el ámbito artístico. Así, como en aquellas que logran y triunfan sacando a su familia adelante y viviendo la vida a su gusto.

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