En Portada

Dos siglos. Parte dos.

Lejos de los años convulsos entre los dos siglos el XIX y el inicio del siglo XX se presentaba, en teoría, como un momento de progreso y estabilidad, aunque fuera de la mano de un gobierno dictatorial, el del General Porfirio Díaz quien se mantuvo en el poder desde que triunfó a partir del Plan de Tuxtepec, desconociendo la presidencia de Sebastián Lerdo de Tejada, en 1876 hasta que un nuevo plan, el de San Luis lo desconoció y sacó del poder en 1910.

Puedes seguir a la autora Andrea Samaniego Sánchez  @Samaniego_And

Este hecho, la Revolución Mexicana, propició de nueva cuenta, que el Estado Mexicano viviera años difíciles, pues desde las elecciones en 1911 donde Francisco I. Madero y José María Pino Suárez fueron electos como presidente y vicepresidente respectivamente hasta el periodo presidencial de Plutarco Elías Calles en 1924 se produjeron distintas movilizaciones sociales, mismas que se tradujeron en fragmentación del poder.

Te invitamos a leer: Consumación de la Independencia

A partir de la elección del presidente Calles se suscita en nuestro territorio un periodo dominando por una vinculación directa a los ideales revolucionarios, en donde se fraguaban derechos políticos y sociales para amplios sectores de la población, así como una disciplina institucional que no se había visto en los años precedentes.

Así, este periodo se caracteriza por la consolidación de un partido político de alcance nacional, en donde las decisiones emanaban del jefe nato de dicha organización: el Presidente de la República, que tenía como facultades además de las que mandataba el texto constitucional, otras que le permitían ordenar la vida política a partir de la obediencia irrestricta de todos los miembros del mismo.

Si bien durante este periodo hubo estabilidad y se acrecentaron muchos bienes para la población, como contraparte surgieron procesos de restricción de las libertades, sobre todo las políticas en un afán de control, pues se pensaba que el disenso bien podría traer de nueva cuenta la inestabilidad que caracterizó el inicio y formación del Estado Mexicano.

Estas restricciones dieron paso a movimientos sociales que demandaban la apertura de espacios y que permitieron, poco a poco, que la hegemonía partidista diera lugar a los espacios plurales de deliberación y decisiones, consiguiendo triunfos a niveles de gubernaturas primero, y después, quitando la mayoría del Congreso al otrora partido hegemónico, para al final, conseguir un triunfo que se pensaba imposible la presidencia de la República en el año 2000.

A partir de ese año asistimos a un proceso donde la pluralidad es la forma de hacer política; donde el disenso es la norma y el diálogo la vía para arreglar los diferendos. Esto no es sencillo de conseguir, pero dados los primeros años de lucha y confrontación vía las armas, bien podríamos aprender que esta vía siempre será preferible a cualquier otra forma de hacer o entender la política.

También podría interesarte: Dos siglos. Parte uno.

mexico_social

Entradas recientes

El Dengue sigue causando estragos

El dengue es una de las enfermedades que en mayor medida se asocia a los…

2 horas hace

LA APROBACIÓN PRESIDENCIAL EN LAS ELECCIONES DE MÉXICO, 2024

En un ensayo anterior (De la Peña, 2024) se demostraba, a partir de los datos…

3 horas hace

El escenario Trump

México debe prepararse seriamente ante la posibilidad de una nueva lógica política en los Estados…

1 día hace

Trump, y la bala que cambió el futuro.

La escena es ya de sí, una de las más famosas de estos alocados años…

1 día hace

No son sólo cárteles mexicanos

La producción, trasiego y venta de drogas es un asunto que se da en la…

2 días hace

Ecos del dos de junio (5)

Las 46 elecciones municipales en Guanajuato del 2 de junio pasado confirmaron que es ahí…

4 días hace

Esta web usa cookies.