La ONU ha hecho un llamado a garantizar la justicia social en la economía digital, como parte de la transición que está viviendo el mundo en material laboral a consecuencia de la pandemia y de la expansión de la conectividad.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más del 60% de los trabajadores a nivel mundial no tienen un contrato laboral, menos de la mitad tienen un empleo completo y permanente y actualmente será la necesaria la creación de 600 millones de empleos nuevos para lograr conseguir el ritmo de crecimiento de las personas en edad de trabajar.
La economía digital se suma a la ecuación y surgen otras necesidades a cubrirse a nivel global. En los últimos años, las plataformas digitales han penetrado en varios sectores de la economía y la sociedad, y los trabajos a distancia aumentaron tras las medidas de confinamiento por la pandemia. En abril de 2020, más de 1,500 millones de personas permanecieron en sus hogares, como parte de las medidas de prevención.
Por ello, actualmente las Naciones Unidas han hecho un llamado a sus países miembros a superar la brecha digital, ofrecer oportunidades de trabajo decente y proteger los derechos humanos y laborales en la era moderna de las tecnologías digitales.
A través del teletrabajo o trabajo a distancia, muchas empresas pudieron continuar con sus actividades, lo que contribuyó al crecimiento e impactó en la economía digital. Millones de personas pudieron seguir en sus empleos de manera remota y generar ingresos. Sin embargo, esto también mostró una cara más de la desigualdad:
“La crisis también ha puesto al descubierto y exacerbado la creciente brecha digital entre los países desarrollados y los países en desarrollo, y entre los propios países; en particular, en lo que respecta a la disponibilidad, asequibilidad y el uso de la información, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y el acceso a Internet, lo que ha agravado las desigualdades existentes”, señala la ONU, en el Día Mundial de la Justicia Social.
Las personas con trabajos que no se pueden realizar en línea, las mujeres, las personas con discapacidad y los trabajadores migrantes enfrentaron muchos desafíos, riesgos y desigualdades con esta transición.
La regularidad del trabajo y los ingresos disminuyeron, y muchos sufrieron violaciones a su derecho a tener condiciones justas de trabajo y protección social. El desempleo aumentó y para las mujeres se multiplicaron las labores del hogar.
Por otra parte, las empresas tradicionales también enfrentan desafíos ante la competencia desleal de nuevas plataformas que han surgido de manera muy reciente y no están sujetas a regulaciones en cuanto a la fiscalidad, otras obligaciones o a la gestión de la mano de obra.
Adaptarse a las transformaciones del mundo digital es un reto para las pequeñas y medianas empresas, sobre todo aquellas que no cuentan con la misma disponibilidad de infraestructuras digitales que las grandes empresas.
Para la ONU, los esfuerzos de la comunidad internacional deberán centrarse en buscar soluciones para lograr el desarrollo sostenible, erradicar la pobreza, promover el pleno empleo y el trabajo decente, garantizar la protección social universal, la igualdad entre los géneros y el acceso al bienestar social y la justicia para todos.
Lee también: “La brutal desigualdad de México”
La reciente reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos es un hecho…
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) presentó, en el marco de…
El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, urgió a que, como comunidad académica y…
Cada tercer jueves de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Filosofía, un momento…
El estado de Nayarit, ubicado en la costa del Pacífico mexicano, destaca por su diversidad…
¿La última esperanza en los gobiernos subnacionales? La militarización de la seguridad pública en México…
Esta web usa cookies.
Ver comentarios