La economía mexicana crecerá 1.2% durante lo que resta de 2019 debido a que el país crece por debajo de su potencial y por el incremento del crimen de alto impacto.
Así lo dio a conocer el Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (CEMPE) de la Facultad de Economía de la UNAM en la LXIV Reunión Trimestral, cuyo tema fue “México: criminalidad, sociedad y economía”.
El crecimiento potencial se refiere a la capacidad de largo plazo de crecer de la economía mexicana sin que se afecte la inflación o que se provoquen desequilibrios importantes en las variables macroeconómicas.
Por su parte, los niveles de violencia se mantienen incrementando desde hace varios años.
La magnitud de la violencia en México
México es el segundo país menos pacífico de América Latina y en el Índice Global de Paz, nuestro país perdió 28 lugares desde 2017.
De acuerdo con los expertos que participaron en la reunión del CEMPE, entre 1982 y 2016, ocurrieron más de 500 mil homicidios en territorio mexicano; y tan solo entre 2006 y 2017, el número de personas asesinadas en nuestro país fue de 251 mil 27.
“Podríamos decir que nos encontramos en una situación de guerra, bajo la definición de que la guerra es un conflicto, generalmente armado, en el que intervienen dos o más partes”, afirman los expertos.
Esta cifra es comparable con los 250 mil soldados que perdieron la vida en Francia durante la segunda guerra mundial.
El impacto para la economía mexicana
Los delitos de alto impacto como los secuestros y los homicidios han deprimido la Inversión Extranjera Directa y el Producto Interno Bruto de México. Adicionalmente, el costo de la violencia ascendió a 1.1% del PIB en 2016.
Este ambiente de violencia y de inseguridad ha enviado señales negativas a las nuevas inversiones: entre 1997 y 2017 la inversión extrajera directa con nuevas inversiones pasó del 71% al 37%. En contraparte, la inversión extranjera directa con reinversiones aumentó, al pasar de 16.7% a 32.5% durante el mismo periodo.
De acuerdo con Eduardo Loría, coordinador del CEMPE, esta situación se explica “probablemente porque sale más caro cerrar y salir del país que absorber el costo de la criminalidad”.
Según las estimaciones del CEMPE, un incremento de 1% en los niveles de delincuencia tiene un impacto negativo de casi -2% en la actividad económica del país.