A partir del concepto de “género” como una construcción cultural de lo que significa ser hombre o ser mujer en una sociedad y época determinadas, surge la perspectiva de género, es decir, una “forma de mirar” la realidad de otro modo y herramienta para observar, estudiar,analizar y actuar sobre las desigualdades entre mujeres y hombres fabricadas históricamente; y que han justificado los privilegios de unos cuantos grupos (principalmente de hombres), frente al resto de la población.
La perspectiva de género es, además, de gran utilidad para nuestra vida personal y familiar. Nos ayuda a detectar cosas que pasan inadvertidas y que refuerzan la idea de que existen tareas que, supuestamente, “deben” desempeñar las personas dependiendo de si nacieron mujeres u hombres (roles de género).
Asimismo, contribuye a ubicar y cuestionar las etiquetas que la sociedad coloca en cada persona (estereotipos de género) y que, junto con los roles de género, afectan el acceso a oportunidades y el disfrute de derechos
de las personas de nuestros entornos familiar, laboral, comunitario y social.
Por tanto, resulta deseable y necesario que el personal de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos incluya la perspectiva de género en su labor, para dar atención y prestar servicios de calidad y con calidez, y contribuir a garantizar el derecho a la igualdad y no discriminación de todas las personas.