Si las tendencias continúan como hasta ahora, en el año 2030 podrían fallecer 150 mil personas por diabetes en México. Cada año, según los datos del VI Informe de Gobierno del Poder Ejecutivo Federal, 2018, se detectan, en promedio, alrededor de 350 mil nuevos casos en el Sector Salud, pero se estima que por cada caso, al menos, habría otro que no ha sido apropiadamente diagnosticado
A pesar de que no hay una causa específica que detone la diabetes, hay factores de riesgo plenamente identificados y los más señalados son: el sobrepeso y la obesidad. De acuerdo con el Informe de Gobierno citado, cada año se detectan alrededor de 500 mil nuevos casos de obesidad en el país.
De acuerdo con el documento Panorama de la Diabetes en México, 2018, elaborado por Mario Luis Fuentes y quien esto escribe (el estudio se encuentra publicado por México Social goo.gl/seZ21Y), al finalizar este año podríamos tener 109 mil defunciones a causa de la diabetes; y las proyecciones de que disponemos asustan: en el citado año 2030, las defunciones por diabetes en el país podrían representar el 20 por ciento del total de la mortalidad total. Para dimensionar la cifra proyectada para este 2018, basta con decir que sólo hay un estadio de fútbol en el país en el que podría caber esa cantidad de personas: el Estadio Azteca.
A pesar de las cifras, el gobierno federal no ha querido confrontar a los grandes intereses detrás de esta dramática situación: desde las embotelladoras (no olvidemos que México ocupa el primer lugar mundial en consumo de refrescos); hasta las distribuidoras y expendedoras de comida chatarra y de alto contenido calórico. Al respecto, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) cuenta ya con poderosos diagnósticos y propuestas, así como con evidencia suficiente, para justificar la modificación de las políticas nacionales en la materia.
Debemos avanzar urgentemente hacia una nueva normatividad en materia de etiquetado de alimentos, sobre todos los dirigidos a las niñas y niños; debe replantearse el esquema fiscal para las embotelladoras y expendedoras de comida chatarra y, sobre todo, replantear la estrategia nacional de seguridad alimentaria y de garantía del derecho a la alimentación.
A la par, debe generarse en la nueva administración federal que habrá de iniciar en 15 días, un nuevo esquema de inversión para la infraestructura social que, en coordinación con los gobiernos estatales y municipales permita eliminar el rezago en infraestructura y mejorar las condiciones de inseguridad y pésimos servicios urbanos de transporte, que son varios de los determinantes del sedentarismo y los bajos niveles de activación física y práctica deportiva, según lo ha documentado el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Si queremos ser un país con bienestar y garantía plena de derechos, debemos comenzar con el cuidado y protección de la niñez; en ese sentido, es inadmisible que sigamos siendo uno de los primeros lugares mundiales en obesidad infantil, porque, de continuar así, condenaremos a nuestra sociedad a una crisis de magnitudes insospechadas en las siguientes dos décadas.
La Secretaría de Salud registra un promedio anual de alrededor de 500 mil nuevos casos de obesidad; y también, de alrededor de 350 mil nuevos casos de personas con diabetes; estas cifras habrán de confirmarse pronto con los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (Ensanut), que por primera vez están levantando de manera conjunta el INEGI y el INSP.
Así pues, la diabetes, junto con las enfermedades hipertensivas y las isquemias del corazón, suman casi el 30 por ciento de las defunciones en el país; pero de continuar las tendencias, de acuerdo con el estudio de México Social, en 12 años podrían representar una de cada tres.
No hay sistema de salud ni financiero que resista tal presión; y no hay sociedad —al menos no tenemos antecedente reciente— que pueda con el peso de tanto dolor y tanta muerte.