Escrito por 12:00 am 2014, Agendas locales, MS en Excélsior

El desafío de una nueva democracia

por Mario Luis Fuentes

El Instituto Nacional Electoral tiene enfrente inmensos desafíos: de acuerdo con el Informe Latinobarómetro, 2013, sólo el 37% de la ciudadanía apoya a la democracia; mientras que prácticamente el 50% de la ciudadanía declara que estaría dispuesta a ceder libertades a cambio de mayor bienestar; un 34% sostiene que en los últimos 12 meses, ellos o sus familias no tuvieron recursos para adquirir alimentos, mientras que el 54% declara que en el último año se quedaron al menos una vez sin dinero para comprar comida.


La democracia en México está severamente cuestionada. La ciudadanía cree cada vez menos en las instituciones y desconfía severamente de la honestidad y de la capacidad de quienes gobiernan, de manera tal que hoy la mayoría de quienes tienen más de 18 años de edad, consideran que da lo mismo tener un gobierno autoritario que uno democrático.

Ante la nueva legislación en materia electoral, es se suma relevancia considerar que el Instituto Nacional Electoral enfrenta el reto de conducir a todo el país, hacia una nueva cultura democrática, es decir, hacia la generación y consolidación de valores ciudadanos que abonen a una nueva cultura de respeto a la ley, de apuesta por la tolerancia, el respeto a la diversidad, y sobre todo, por una nueva cultura para la paz y el bienestar.

Lo anterior es urgente ante los datos que arrojan las distintas encuestas y estudios de opinión y percepción ciudadana, en los cuales, paradójicamente, quienes tienen la responsabilidad y el privilegio de representar a la ciudadanía, son quienes gozan de mayor descrédito, a la par de las instituciones e instancias responsables de la seguridad pública, la procuración y la impartición de justicia.

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El retroceso democrático

La vida en democracia puede ser concebida como un proceso en continua construcción; se ha dicho en incontables ocasiones, que la vida democrática ni se reduce ni se agota en los procesos electorales; y que éstos únicamente representan uno de los principales momentos de expresión de la soberanía popular.

Así visto, es de singular relevancia destacar que, de acuerdo con el Informe Latinobarómetro, 2013, en México únicamente el 37% de la ciudadanía valora positivamente a nuestra democracia; éste es el indicador más bajo desde que se mide este dato para nuestro país en este informe.

Debe destacarse que la peor caída en el porcentaje de personas que está conforme con la democracia en nuestro país se presentó en la administración de Felipe Calderón. En efecto, a su llegada a la Presidencia de la República, el Informe Latinobarómetro mostraba que el 54% de la ciudadanía apoyaba decididamente a la democracia; al cierre de su administración el indicador estaba en 40%.

Debe decirse además que entre 1995 y 2013, el país ha perdido 12 puntos porcentuales respecto del promedio latinoamericano de apoyo a la democracia, y nos sitúa como el segundo país de América Latina con mayor retroceso en ese indicador.

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¡Cuidado con las tentaciones autoritarias!

Si algo nos ha dejado como lección nuestra historia, es que los gobiernos de corte autoritario generan todo menos estabilidad y bienestar; bajo una fachada de paz social aparente, cada que hemos tenido gobiernos autoritarios, ha habido asesinatos de todo tipo, y la desigualdad y la pobreza se han mantenido intocadas.

Lo anterior es importante de ser destacado porque de acuerdo con el Informe Latinobarómetro, 2013, en México el 19% de las personas considera que es preferible un gobierno autoritario a uno democrático, mientras que el 25% de las personas encuestadas considera que da lo mismo cualquier tipo de gobierno.

Lo anterior está asociado al hecho de que, de acuerdo con varios estudios de opinión pública, prácticamente la mitad de la población estaría dispuesta a ceder libertades a cambio de mayores condiciones de bienestar, es decir, mayor ingreso y prestaciones sociales; así como mayores condiciones de seguridad.

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El flagelo de la pobreza

El cada vez más exiguo apoyo a la democracia en nuestro país está asociado a las condiciones de pobreza, desigualdad e inseguridad pública vigentes. En efecto, respecto de la primera, México aparece en el Latinobarómetro como uno de los países con mayor proporción de personas que sostienen que ellas o sus familias, alguna vez o de manera frecuente, no han tenido recursos para comer.

En efecto, el estudio sostiene que a la pregunta: “En los últimos 12 meses, ¿cuán seguido usted o su familia no han tenido suficiente comida para alimentarse?”, el 34% de las personas en nuestro país declara haber estado en esa situación “algunas veces” o “seguido”.

Ese porcentaje sólo es superado por lo que declaran las personas en El Salvador y Guatemala, donde la proporción es de 36%; Honduras con 37%; Nicaragua con 41% y República Dominicana con 52%. Este indicador está asociado a la pregunta relativa a si alguna vez las personas o sus familias se han quedado sin dinero para comprar comida.

A esa pregunta, en México la proporción de respuestas asciende a 55%; y es superado únicamente por Guatemala, en donde a la cuestión indicada el 57% respondió que sí se han quedado sin dinero para comprar comida; Nicaragua, con un 60%; Honduras con 63% y República Dominicana con 68%.

Un mal desempeño de la economía

De manera evidente, la pobreza y la ausencia de recursos suficientes para adquirir alimentos está asociada a la percepción y la situación real que muestra la economía en su desempeño cotidiano. Así las cosas, México es el tercer país de América Latina en donde la ciudadanía percibe que la economía pasa por una mala situación.

A la pregunta: ¿Cómo calificaría en general, la situación económica de su país?, el 46% considera en México que es mala o muy mala; nuevamente, sólo hay dos países que superan al nuestro en esta percepción: Guatemala con 51% y Honduras con 71%.

Lo anterior tiene consistencia, sobre todo si se compara con los datos del INEGI, relativos a las condiciones de informalidad laboral. El instituto estima que más del 65% de la población labora en condiciones de informalidad, y que habría alrededor del 30% del total de quienes trabajan, que lo hacen en la informalidad, es decir, en la economía de la supervivencia en la vía pública.

Asimismo, los datos relativos al salario indican que hay más de 6 millones de trabajadoras y trabajadores con ingresos de hasta un salario mínimo; lo cual tiene correspondencia con el hecho de que en nuestro país, según los datos del Latinobarómetro, únicamente el 47% de quienes tienen ingresos laborales consideran que sus salarios les alcanzan para cubrir satisfactoriamente todas sus necesidades.

Finalmente, debe destacarse que lo anterior está vinculado al tema de la delincuencia, pues como segundo problema nacional, luego de la mala economía, está el tema de la delincuencia y la inseguridad, pues el 28% de las personas considera que se trata de la segunda agenda de mayor relevancia del país. 

*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 20- Mayo- 2014, p.22

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