por Mario Luis Fuentes
Cada año salen del país más de 300 mil personas en busca de mejores empleos y calidad de vida en los Estados Unidos de América; los estados de Texas, California e Illinois, concentran casi el 70% de los 11.9 millones de paisanos radicados en la Unión Americana. Cada año ingresan al país más de 20 mil millones de dólares en remesas familiares. Un dato a destacar es que en los hogares con alta migración, el 25% tienen como jefa a una mujer
El fenómeno migratorio en México tiene una triple dimensión: por un lado, se encuentran los movimientos de población entre los estados de la República: al ser un país territorialmente vasto, cada año hay cientos de miles de personas que cambian su residencia, de manera temporal o permanente, debido a cuestiones laborales, de estudio, de salud e incluso de inseguridad pública.
En segundo término, se encuentra la migración de población en tránsito, fundamentalmente personas que provienen de Centro y Suramérica, quienes atraviesan el territorio nacional buscando pasar la frontera con los Estados Unidos de América.
Finalmente se encuentra la movilidad de connacionales, quienes fundamentalmente viajan hacia los Estados Unidos con el propósito de acceder a mejores empleos y con ello, a mejores salarios y condiciones de vida para ellos mismos y sus familias.
Como se puede ver, la migración constituye un fenómeno de una alta dinámica y complejidad, lo cual ha llevado a que, en las últimas décadas, se hallan dado acelerados cambios en los patrones migratorios, en las características de los hogares de las personas que emigran, y en las propias regiones de origen y destino.
Una historia de décadas
A pesar de que la migración México-Estados Unidos data del siglo XIX, es a partir de la década de los 70 en el siglo pasado cuando inicia un acelerado proceso de crecimiento en los flujos de personas que se aventuraron a buscar mejores oportunidades en el vecino del norte.
En efecto, de acuerdo con los Índices de Intensidad Migratoria. 2010, elaborados por el Consejo Nacional de Población (CONAPO), después del Programa “Bracero”, las personas que viajaban hacia los Estados Unidos permanecían allá por periodos cortos; sin embargo, la migración en situación irregular comenzó a convertirse en un asunto de permanencia prolongada, llegando en 1970, a una población mexicana residente en aquel país, de aproximadamente 800 mil personas.
La crisis económica de nuestro país, así como la incapacidad de generar empleos para una población económicamente activa creciente, llevó a un acelerado crecimiento en los flujos migratorios; según los datos del CONAPO, para 1980 el número de mexicanos que vivían en los E.U.A. ascendía a 2.2 millones; cifra que se duplicó en sólo una década, llegando en 1990 a una cifra aproximada de 4.4 millones.
El proceso se aceleró aún más, y de la mano con la apertura económica que significó el TLCAN -cuya entrada en vigor se dio en 1994-, así como los perniciosos efectos de la crisis de 1995, llevó a que en el año 2000, el número de connacionales radicando en Estados Unidos creciera a 8.1 millones; mientras que para el 2010, el número creció a 11.9 millones de personas nacidas en México, radicando en los Estados Unidos.
CONAPO estima que, si se suman a las personas de origen mexicano, la cifra llega a 33 millones, de los cuales 11.2 millones son de segunda generación; y 9.9 millones serían de tercera generación.
Se van de todos lados
Al incrementarse los flujos migratorios, también se han diversificado aceleradamente los estados de origen de quienes deciden dejar el país de manera temporal o permanente. Aún con ello, se han conformado regiones que permiten observar los cambios paulatinos que se han dado en el fenómeno migratorio a lo largo del tiempo.
Hasta ahora, la llamada “Región tradicional” continúa concentrando al mayor número de personas migrantes. En efecto, los estados de Aguascalientes, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas, concentraron hasta el 2005, a prácticamente la mitad de paisanos que cada año salen del país con destino hacia los Estados Unidos. Sin embargo, debe hacerse notar que entre 2005 y 2010 esa proporción se redujo notablemente, pues estas entidades aportaron el 20% del total de quienes salieron del país.
Otra Región que ha tenido una larga historia de migraciones es la Norte, la cual, por ser frontera con los Estados Unidos, ha tenido una lógica de integración constante con nuestro vecino del norte. La región está integrada por 8 entidades: Baja California, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sonora, Tamaulipas, Baja California Sur y Sinaloa. De acuerdo con el CONAPO, esta región aporta alrededor del 13% de la migración México-Estados Unidos desde el año 1995.
La Región Centro aporta, según el análisis del CONAPO, alrededor del 27% entre los años 2005 y 2010, aunque en periodos previos fue mucho menor. La región se conforma por los estados de Morelos, Querétaro, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Distrito Federal y el Estado de México.
Otros estados que han tenido un crecimiento expansivo son los que integran a la región Sur-Sureste; conformada por los estados de Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, aportó en el año 2000 alrededor del 15% del total de los migrantes, pasando a cerca del 20% en el año 2010.
¿A dónde llegan?
A pesar de la enorme diversificación que se observa en cuanto a los destinos que eligen los migrantes para la búsqueda de residencia y empleo, dos estados de la Unión Americana siguen siendo mayoritariamente buscados: California y Texas, en donde se concentra el 20% y 40% del total de las y los mexicanos que se han ido para aquel país.
Otros estados con presencia relevante de mexicanos son los que conforman la región Sudoeste de los Estados Unidos, integrada por Idaho, Nevada, Oregon, Utah y Washington; estados en los que en el 2010 residía alrededor del 6% de todos los mexicanos residentes en aquel país.
La llamada región de los Grandes Lagos es otra de las zonas con alta presencia de mexicanos. En efecto, en los estados de Illinois, Wisconsin, Minnesota, Indiana y Michigan se encuentra alrededor del 8% de la población mexicana en Estados Unidos, con la necesaria precisión de que sólo en la Ciudad de Chicago se concentra el 90% del total de los connacionales que viven en el estado de Illinois, lo que la convierte en la tercera ciudad norteamericana con mayor número de mexicanos.
Los hogares de los migrantes
Uno de los hallazgos que el CONAPO identifica como de mayor interés en lo relativo a las características sociodemográficas de los hogares de las personas migrantes, consiste en señalar que los hogares con alta intensidad migratoria están jefaturados por mujeres con mucho mayor frecuencia que los hogares en donde la intensidad migratoria es baja o nula.
Debe destacarse también que los hogares con intensa dinámica migratoria son más pequeños que aquellos en los que se reporta una intensidad migratoria de menor grado, los cuales están formados por 4.8 miembros, frente a un promedio nacional de 3.8 integrantes.
También resulta interesante el hecho de que a mayor intensidad migratoria, se registra una mayor cantidad de niñas y niños menores de 12 años en los hogares, lo cual ratifica que la decisión de emigrar se da en los hogares, en la etapa en que se está expandiendo el periodo escolar de las y los hijos.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 19- Noviembre- 2013, p.23
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