El último Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, publicación anual de la FAO, el FIDA, la OMS, el PMA y Unicef, advierte que América Latina y el Caribe no alcanzará el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: lograr el hambre cero.
Si en 2019, 47.7 millones de personas sufrieron hambre en la región, la perspectiva para 2030 es que este fenómeno afectará a casi 67 millones de personas, lo que significaría un aumento de 20 millones en solo diez años.
El Programa Mundial de Alimentos advierte que la pandemia de salud está impulsando el hambre y la inseguridad alimentaria, por lo que corre el riesgo de alimentar conflictos y disturbios políticos y obligar a las familias vulnerables a emigrar.
“En términos porcentuales, el hambre afecta actualmente al 7.4% de la población, y se espera que aumente al 9.5% al 2030”, alerta.
El estudio advierte que en sus proyecciones no se consideró el impacto de la COVID-19, por lo que se estima que los niveles reales del hambre sean todavía más alarmantes.
Esto abonará a la preocupación señalada en 2019 por Julio Berdegué, representante de la FAO : “estamos peor ahora que cuando la región se comprometió con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015. Desde entonces, 9 millones de personas más viven con hambre”.
“Las cifras de hambre en el año 2019 son escalofriantes, como también lo es el pronóstico para el año 2030. Con el impacto de la pandemia de la COVID-19 la realidad será peor que la que proyectamos en este estudio”, puntualizó Berdegué.
“La pandemia de la COVID-19 ha sido devastadora en América Latina, donde las nubes de una tormenta económica ya se estaban formando. Las familias luchan por comprar productos básicos como alimentos y medicinas porque sus medios de vida han sido destruidos y la cantidad de personas sin trabajo en la región alcanza los 44 millones”,
David Beasley, Director Ejecutivo de WFP.
Desnutrición e inseguridad alimentaria en la región
De acuerdo con el informe, América Latina y el Caribe es la única región en desarrollo en la que los niños y niñas que tienen bajo peso para su talla (1.3%) no ha cumplido las metas de la OMS y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
A ello se suma la preocupación de Carmen Burbano, directora de la División de Alimentación Escolar del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, en términos de la falta de alimentación que significa la suspensión de clases a causa de la pandemia: “más de 85 millones de niños y niñas beneficiarios de los programas de alimentación escolar dejaron de recibirla en 32 países de América Latina y el Caribe. Para muchos ese plato representaba su única comida del día”.
“El aumento incesante del hambre, las economías en dificultades, la agudización de la desigualdad y una activa temporada de huracanes amenazan a las poblaciones de América Latina y el Caribe y pueden tener consecuencias a largo plazo a menos que se tomen medidas rápidas”, advierte el Programa Mundial de Alimentos.