El Jardín de las Delicias es una de las grandes obras de la pintura universal. Al pintarla, El Bosco construyó una de sus creaciones maestras, de la cual no se conoce su título original, y tampoco está firmada, aunque jamás se ha puesto en duda su autoría.
En efecto, en 1592, Felipe Segundo lo denominó como El Madroño; y sólo en el siglo XIX comenzó a ser conocido son el título que hoy se le asigna: El jardín de las Delicicias. Ve aquí la primera de las dos cápsulas de esta entrega:
Es importante destacar que el cuadro de El Jardín de las delicias es una obra pintada en madera, que era de los materiales favoritos de El Bosco.
Las y los expertos señalan que el propósito principal de la obra era pedagógico para educar a uno de los nobles de la época, en los valores y en los mejores principios que en ese momento se consideraban como los ideales para una persona de bien.
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El cuadro forma parte de la colección permanente que se exhibe en el Museo Nacional del Prado, en España, sitio que alberga la mayor colección que hay en el mundo sobre la obra de este gran pintor.
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