por Mario Luis Fuentes
De acuerdo con los resultados de la medición de la pobreza 2016, presentada recientemente por el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), se estima que 43.6% de la población nacional vive en condiciones de pobreza. Frente a ese indicador destaca que, en Morelos, el porcentaje es de 49.5%; en Puebla es de 59.4%, Guerrero, 64.4%, y Oaxaca 70.4%; mientras que en Chiapas es de 77.1 por ciento.
El Coneval estima el porcentaje de personas en vulnerabilidad por carencia de servicios en la vivienda a nivel nacional en 19.3%; empero, en los estados analizados la situación es peor, con excepción de Morelos, el cual se sitúa apenas por arriba del promedio señalado, con 17% en el año 2016. En efecto, en Puebla el indicador es de 25%; en Guerrero se ubica en 50%; en Chiapas es de 52.3%; y en Oaxaca, de 62 por ciento.
Asimismo, destaca que en el componente de “vulnerabilidad por calidad y espacios en la vivienda”, el promedio nacional es de 12% de la población en esa circunstancia: Morelos es, en este rubro, el único de los estados analizados que tiene un mejor indicador que el promedio nacional, con 10.9%. Para el resto los datos son Puebla, con 14.5%; Chiapas, 24.5%; Oaxaca, 26.3%, y Guerrero, con 31.7%, el cual es el peor indicador en el país.
Todo lo anterior implica vivir en estado de precariedad. Por ejemplo, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares (ENIGH, 2016), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el país 10.5% de las viviendas tiene paredes endebles, pues están hechas de materiales distintos al ladrillo, block, piedra, cantera o cemento. En Morelos y Puebla los indicadores son ligeramente inferiores al promedio: 6.5% y 7.5%; respectivamente. Sin embargo, en Chiapas, el indicador es de 21.5%; en Oaxaca de 23.9%, y en Guerrero, de 31.1 por ciento.
Hay una situación similar respecto del techo de las viviendas. En el país, 24.9% está construido de materiales precarios. En Morelos y Puebla una vez más los indicadores apenas superan el promedio nacional: 21.1% y 23.9%, respectivamente, en Guerrero el porcentaje es de 50.2%, en Oaxaca de 52.7% y en Chiapas es de 64.9 por ciento.
Otro de los grandes problemas que se enfrenta en estas entidades es el acceso al agua potable y su disponibilidad al interior de las viviendas: Inegi documenta que, a nivel nacional únicamente 73.1% de las viviendas tiene agua entubada de la red pública dentro de su construcción. En Morelos, el porcentaje es de sólo 65.3%; en Puebla, de 57.9%; en Guerrero, 41.4%, y en Chiapas llega sólo a 37.8% de las viviendas, mientras que en Oaxaca el porcentaje es de únicamente 26.4% del total de las viviendas habitadas.
Lo anterior va de la mano con la muy baja cobertura de servicios de drenaje de la red pública. A nivel nacional, el porcentaje de viviendas con disponibilidad de este servicio es de 77%. Puebla es la única de las entidades en análisis que supera este indicador, con 81% del total; empero, en Morelos el indicador es de 63.5%, en Chiapas es de 57.4%, en Guerrero de 52.9% y en Oaxaca es de 38 por cieto.
Humo y hambre
En las entidades que se analizan hay altos niveles de incumplimiento del derecho a la alimentación, con la peculiaridad de que son entidades en donde un muy alto porcentaje de hogares sigue utilizando la leña y el carbón como su principal combustible: a nivel nacional, el indicador es de 14.5% de las viviendas (4.77 millones de viviendas, en las que habitan alrededor de 23.8 millones de personas).
De esas viviendas, 72.6% no dispone de chimeneas para extraer el humo de su interior. En Morelos el indicador es de 8.4% de los hogares que cocinan con leña, en Puebla el porcentaje es de 20.2%; en Guerrero se ubica en 40.8%; en Oaxaca, en 51%; y en Chiapas, en 54.1 por ciento.
Finalmente debe destacarse que, a nivel nacional, 32.1% de los hogares tienen al menos una niña o un niño con alguna dificultad para comer por falta de recursos económicos.
En Morelos el porcentaje es de 29.6%, en Puebla de 34.5%, en Guerrero de 40.7%, y en Oaxaca de 43.4%, mientras que en Chiapas es de 44.1 por ciento.
*Columna publicada originalmente con el nombre “El contexto del desastre” en el periódico Excélsior, 03-octubre-2017, p.22.