El periodismo se encuentra en un momento decisivo. En medio de la vorágine tecnológica que ha transformado casi todos los aspectos de la sociedad contemporánea, el periodismo enfrenta desafíos inéditos, muchos de ellos impulsados por la irrupción de la inteligencia artificial (IA). Estas tecnologías, capaces de procesar grandes volúmenes de información en cuestión de segundos, están redefiniendo el rol de los periodistas y de los ciudadanos en la creación y distribución de contenido informativo. En el I Congreso Internacional de Periodismo: La Información en la Era de la Inteligencia Artificial 2024, celebrado en la Facultad de Ciencias de la Comunicación (BUAP), la reflexión sobre este tema estuvo en el centro de las discusiones.
Escrito por: José Ojeda Bustamante
Dos mesas que tuve el honor de coordinar, una titulada “El periodismo ciudadano y el refacultamiento de la sociedad”, y la otra “El periodismo universitario para el refacultamiento ciudadano” ambas mesas en el marco de los trabajos que desarrolla el CIPES Acapulco UAGRO, referente al Refacultamiento Ciudadano; fue un espacio en el que se exploraron las múltiples maneras en las que la ciudadanía ha asumido un rol cada vez más activo en la generación de información. Este cambio no solo ha sido impulsado por la tecnología, sino también por una creciente desconfianza hacia las fuentes tradicionales de noticias. Las ponencias expuestas en esta mesa revelaron los retos éticos, tecnológicos y sociales que enfrenta el periodismo ciudadano, mientras la IA se perfila como una herramienta que puede ser tanto aliada como amenaza.
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El Dr. Ignacio Arbesú Verduzco abrió el debate con una reflexión profunda sobre la relación entre libertad, tecnología y comunicación ciudadana. En un contexto donde las plataformas digitales permiten a cualquier persona con acceso a internet convertirse en un productor de noticias, surge una pregunta fundamental: ¿cómo podemos garantizar que esa libertad no se convierta en una fuente de desinformación? Arbesú destacó que la tecnología es un arma de doble filo. Si bien democratiza el acceso a la información, también facilita la propagación de contenido falso. En su análisis, subrayó la importancia de que los ciudadanos-periodistas adopten prácticas responsables, utilizando herramientas de verificación de información, muchas de ellas impulsadas por IA. En este sentido, la inteligencia artificial puede desempeñar un papel crucial en la lucha contra las fake news, pero, como se discutió más adelante, la tecnología por sí sola no es suficiente.
Por su lado el Mtro. Luis Carlos Dupeyron Cortés ofreció una visión más sombría de los riesgos que implica la IA para el periodismo. En su intervención, advirtió que, aunque la inteligencia artificial tiene un enorme potencial para mejorar la eficiencia y la precisión en la producción de noticias, también puede convertirse en un instrumento de censura y control. En la era de la posverdad, la IA puede ser utilizada tanto para combatir la desinformación como para amplificarla. El desafío ético es, por lo tanto, monumental. Dupeyron subrayó que la libertad de expresión no debe verse comprometida en el proceso de adopción de estas nuevas tecnologías. Si bien la IA puede facilitar la verificación de hechos y la creación automatizada de contenido, no puede sustituir el juicio crítico y la capacidad analítica del periodista humano. La tecnología debe ser utilizada como un complemento, no como un reemplazo.
Asimismo, el Mtro. Álvaro Ramírez cerró la mesa con una ponencia que, aunque optimista, no estuvo exenta de cautela. Ramírez exploró el potencial de la IA para transformar el periodismo, señalando que muchas redacciones ya están utilizando algoritmos para automatizar la producción de noticias. Esto, dijo, libera a los periodistas para que se concentren en tareas más analíticas y creativas. Sin embargo, también advirtió sobre los peligros de depender demasiado de las máquinas. El periodismo, en su núcleo, es una actividad profundamente humana, que requiere de contextualización, empatía y juicio moral. Ramírez concluyó que, si bien la IA tiene el potencial de mejorar la calidad y la velocidad del trabajo periodístico, nunca debe reemplazar el papel del periodista como guardían de la verdad.
El Mtro. Fernando Maldonado introdujo una crítica provocadora sobre lo que denominó “La dictadura del like”. Hoy en día, las redes sociales han impuesto una lógica perversa en la que la popularidad de una noticia, medida en likes y compartidos, parece ser más importante que su precisión. Maldonado argumentó que esta dinámica ha distorsionado la naturaleza del periodismo, priorizando el impacto emocional sobre la rigurosidad informativa. Aquí, nuevamente, la IA aparece como una posible solución. Si los algoritmos que rigen las redes sociales fueran diseñados para promover la veracidad en lugar de la viralidad, tal vez podríamos comenzar a revertir esta tendencia. No obstante, Maldonado advirtió que este cambio no será fácil, ya que implica una reestructuración del modelo de negocio de las plataformas digitales, que actualmente se alimentan del tráfico generado por contenido sensacionalista.
A lo largo de las discusiones, quedó claro que el futuro del periodismo depende en gran medida de cómo integramos la tecnología en nuestras prácticas profesionales. La inteligencia artificial puede ser una herramienta poderosa para mejorar la precisión y la eficiencia, pero su uso debe estar guiado por un compromiso ético inquebrantable. En última instancia, el éxito de la IA en el periodismo dependerá de nuestra capacidad para equilibrar el poder de las máquinas con la sabiduría humana.
Agradezco a quienes fueron ponentes, a los doctores María Luisa Juárez Hernández, Saúl Arellano Almanza, Manuel González Pérez, Germán Martínez Prats y a los Maestros Ricardo Martínez, José Álvarez, Rigoberto García, Alejandro Nava, Michelle Juárez, Fernando Aguilera, Stephany Márquez, Javier Castellanos.
El I Congreso Internacional de Periodismo fue un recordatorio de que, aunque el panorama mediático está en constante cambio, los principios fundamentales del periodismo —la verdad, la independencia y la responsabilidad— deben seguir siendo nuestro faro. La IA no es el enemigo, pero su mal uso puede ser devastador para la integridad de nuestra profesión. En la lucha por la verdad, necesitamos tanto de la tecnología como de un periodismo crítico y humano que sepa cuándo apoyarse en las máquinas y cuándo confiar en su propio juicio.
Desde las antípodas, seguimos colocando los elementos para la reflexión, el análisis social y político ahora en entornos con la irrupción de la IA (Inteligencia Artificial).
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