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El riesgo y las acciones

por Ma. Guadalupe Lucero Rodríguez Cabrera / Nancy Herrera

¿Qué son el sobrepeso y la obesidad?; ¿son originadas únicamente por una alimentación incorrecta?; ¿cuáles son los costos económicos y sociales que causan?; ¿qué medidas ha implementado el sistema de salud mexicano para la prevención del sobrepeso y la obesidad?


De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Una forma simple de medir el sobrepeso y la obesidad en el adulto es el Índice de Masa Corporal (IMC), el cual se calcula mediante el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros, determinando la existencia de sobrepeso cuando existe un índice de masa corporal igual o mayor a 25 y hasta 29.9, siendo obesidad cuando este índice es igual o mayor a 30; en el caso de la población infantil existe una metología distinta propuesta por el Grupo de Trabajo de Obesidad (IOTF) para obtener con mayor exactitud el grado de sobrepeso y obesidad, tomando en consideración la edad y el sexo.

Entonces, ¿el sobrepeso y la obesidad son originados únicamente por tener una alimentación incorrecta? Si bien llevar una alimentación correcta disminuye en un porcentaje importante el desarrollo de sobrepeso y obesidad, éstas tienen un origen multicausal, es decir, son resultado de diversos determinantes de la salud, entre los que destacan la falta de actividad física, la dieta, la susceptibilidad genética y la exposición a otros factores de riesgo. Estos determinantes están afectados a su vez por causas subyacentes, como las prácticas alimentarias, la educación y la distribución de alimentos en el hogar. Finalmente, existe una serie de determinantes sociales como las estructuras social, política y económica; la movilización, la respuesta social, la urbanización, el medio ambiente y la cultura, con gran influencia sobre las causas subyacentes e inmediatas.

El cambio porcentual de compra de alimentos en México es otro determinante que ha repercutido en la actual prevalencia de sobrepeso y obesidad, teniendo así una disminución significativa del patrón de compra de verduras y frutas y alimentos de origen animal, en comparación con el incremento de compra de productos de harinas refinadas y bebidas endulzadas.

Muchos de estos determinantes genera el llamado “ambiente obesogénico”, que se caracteriza por la abundancia de comodidades, el sedentarismo y un mayor acceso a alimentos y bebidas de alta densidad energética. Este ambiente de constante desarrollo tecnológico y comodidad para la vida cotidiana afecta de forma directa el incremento de la prevalencia de obesidad, ejerciendo un efecto negativo en la salud de quienes las padecen, debido a que incrementan el riesgo de padecer enfermedades crónicas no trasmisibles (ECNT), como Diabetes Mellitus tipo 2, hipertensión arterial, dislipidemias, enfermedad coronaria, enfermedad vascular cerebral, osteoartritis, cáncer de mama, esófago y colón, entre otras.

La obesidad como factor de riesgo para ECNT

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en los próximos 20 años las muertes por diabetes mellitus tipo 2, por enfermedades del corazón y por accidentes cardiovasculares se triplicarán en América Latina. En el mundo, las ECNT causan 35 millones de muertes cada año; esto quiere decir que el 60% de todas las muertes se deben a estas enfermedades.

En México la tasa de mortalidad observada por Diabetes Mellitus (DM) de 2006 a 2008 pasó de 65.18 a 70.27 defunciones por 100 mil habitantes. En 2008 el total de defunciones provocadas por DM en todo el país fue de 74,969, lo que representa el 14.6% del total de muertes registradas.

En comparación con las personas que tienen un peso normal, las personas con IMC entre 25-29.9 (sobrepeso) tienen el doble de riesgo de desarrollar diabetes; aquellas personas con IMC entre 30-34.9 (obesidad) tienen más del triple de riesgo; y las personas con IMC mayor de 35 tienen seis veces más riesgo para desarrollar esta enfermedad. Pero además se ha visto que el sobrepeso y la obesidad aportan el 49% de carga de enfermedad para hipertensión arterial; el 28% para enfermedad isquémica del corazón; el 20% para enfermedades cerebrovasculares; el 14% para cáncer de cólon y recto; y el 10% para cáncer de mama.

En México las enfermedades crónicas no transmisibles son responsables del 8% al 10% de muertes prematuras, además de ser un factor principal de disminución de la productividad laboral. La mayoría de estas enfermedades crónicas no transmisibles representan las primeras causas de morbilidad y mortalidad en México, y por tanto, representan costos significativos para el sistema de salud y para la población en general, ocasionando gastos catastróficos en salud.

El impacto financiero estimado de la atención médica atribuible al sobrepeso y la obesidad en 2008 fue de 54,083 millones de pesos (0.5% del PIB 2007), y por muerte prematura de 25,099 millones de pesos (0.2% del PIB 2007); esto equivale a 10.8% del gasto total en atención médica en salud de 2006 y a 18.5% del gasto programable de la Secretaría de Salud para 2008.

Los costos directos que representan la atención médica de las enfermedades atribuibles al sobrepeso y la obesidad se incrementó en un 61% en el periodo 2000-2008, al pasar de 26,283 millones de pesos a por lo menos 42,246 millones de pesos. Los costos indirectos originados por la pérdida de productividad por muerte prematura atribuible al sobrepeso y la obesidad han aumentado de 9,146 millones de pesos en el 2000 a 25,099 millones de pesos en el 2008.

Previendo este panorama devastador para el sistema de salud, la OMS en el año 2004 desarrolló la Estrategia global sobre dieta, actividad física y salud, instando a los países miembros al desarrollo de acciones que detengan las altas prevalencias de sobrepeso, obesidad y ECNT. Para el año 2006, la OPS adopta la estrategia, convirtiéndola en una estrategia de implementación  en Latinoamérica y el Caribe. México, como respuesta, firma en el año 2010 el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, estrategia contra el sobrepeso y la obesidad, con la participación de diversas dependencias y entidades públicas, así como la industria de alimentos y bebidas, en el marco de un objetivo común y responsabilidades compartidas.

Este Acuerdo ha tenido como fin contender el problema de salud pública que representa la obesidad en nuestro país, a través de acciones dirigidas especialmente a los menores de edad, en forma individual, comunitaria y nacional. Incluye un abordaje integral, llevando a cabo programas y acciones interdisciplinarias que consideren determinantes ambientales y personales para abordar aspectos de alimentación, actividad física, alfabetización nutricional, desarrollo de habilidades y competencias, economía de mercados e ingeniería de alimentos.

Entre los principales avances del Acuerdo se encuentra la implementación de los Lineamientos generales para el expendio o distribución de alimentos y bebidas en los establecimientos de consumo escolar de los planteles de educación básica, que tienen como propósito establecer acciones que promuevan una alimentación y entorno saludable e impulsen una cultura de hábitos alimentarios. El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) ha incluido actividad física y se han modificado los desayunos escolares con la inclusión de agua simple potable, verduras y frutas, así como la oferta de alimentos fríos y calientes con menor cantidad de grasas, sal y azúcares.

Este reto seguirá requiriendo de la acción concertada y urgente de todos los involucrados para favorecer los factores que influyen en la promoción de una dieta saludable: desarrollo de habilidades y competencias para la correcta elección de alimentos, continuar con el proceso de innovación y desarrollo de nuevos productos, promover el acceso a la información y la toma de decisiones educadas, el ambiente social.

Bibliografía

I. Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria. Estrategia contra el sobrepeso y la obesidad. Simón Barquera Cervera, Juan Rivera Dommarco, Ismael Campos Nonato, Lucía Hernández Barrera, Carlos Santos-Burgoa Zarnecki, Elba Durán Vidaurri, Lucero Rodríguez Cabrera y Mauricio Hernández Ávila. Secretaría de Salud, enero 2010.

II. Costos de la Diabetes en América Latina: Evidencias del Caso Mexicano. Armando Arredondo, PhD*, Esteban de Icaza, PhD. Value in Health 14 (2011) S85-S88.

III. Estrategia global sobre dieta, actividad física y salud. Organización Mundial de la Salud (OMS). Mayo, 2004.

IV. Portal web de la Organización Mundial de la Salud (OMS) http://www.who.int/topics/obesity/es/ consultado el 1 de octubre de 2012.

V. Acuerdo mediante el cual se establecen los lineamientos generales para el expendio o distribución de alimentos y bebidas en los establecimientos de consumo escolar de los planteles de educación básica. Secretaría de Educación Pública, Secretaría de Salud. Agosto, 2010.

VI. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006.

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