por Mario Luis Fuentes
De acuerdo con el CONEVAL, el valor del ingreso laboral per cápita ha perdido el 26% de su valor entre los años 2017 y 2007. El 41% de la población ocupada percibe menos ingresos que los requeridos para adquirir una canasta alimentaria; asimismo, es importante destacar que un salario mínimo al mes equivale a 2,658 pesos, mientras que en los ámbitos urbanos el valor de la canasta alimentaria es de 2,989.00
El concepto de trabajo digno implica al menos dos cuestiones centrales: acceso a seguridad social y otras prestaciones, y remuneración justa a través de un salario digno, en el sentido establecido por la Carta Magna y por la Ley Federal del Trabajo.
En México, el salario mínimo se establece por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), presidida desde 1991 por Basilio González Núñez. Para el año 2018, el monto del salario mínimo general se fijó en 88.36 pesos diarios, y para actividades específicas, la de menor remuneración es la asignada a un “manejador de granja avícola”, cuyo salario es de 98.43 pesos al día.
La estructura de los salarios en el país es sumamente desigual. Por ejemplo, de acuerdo con el Portal de Transparencia del Gobierno Federal, el presidente de la Conasami percibe un sueldo mensual bruto de alrededor de 173 mil pesos, cifra equivalente a 5,766 pesos diarios, es decir, 65.2 veces más que lo que percibe una persona que gana un salario mínimo; 32.6 veces más que quien percibe dos salarios mínimos; y 21 veces más que quien percibe tres salarios mínimos mensuales. Frente a ello, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), al mes de febrero de este 2018 había un 77.8% de las mujeres y un 71.2% de los hombres que trabajan, cuyos salarios no rebasan los tres salarios mínimos.
Bajos ingresos laborales
De acuerdo con el Coneval, en sus indicadores de corto plazo de febrero de 2018, al cierre del cuarto trimestre de 2017 había 41% de las y los trabajadores del país que percibían ingresos laborales por debajo del valor de la canasta alimentaria, es decir, sus ingresos producto del trabajo no alcanzan para salir de la pobreza.
En esa lógica es importante mencionar las enormes diferencias que hay entre los ámbitos rurales y los urbanos. En los primeros, el indicador citado es de 55%, mientras que en los segundos, de 36%. También es relevante destacar que desde el año 2005, fecha desde la cual el Coneval tiene datos para este indicador, el promedio de trabajadores del ámbito rural que percibe ingresos laborales por debajo del valor de la canasta alimentaria es de 55.7%, es decir, desde hace al menos 13 años no hay variaciones significativas para el ámbito rural.
Lo mismo ocurre para el ámbito urbano, en donde incluso, si se compara 2017 con 2005 sí habría diferencias significativas. En efecto, el promedio para el periodo señalado es de 32.8% de quienes trabajan con ingresos por debajo del valor de la canasta alimentaria. Sin embargo, en 2005 el promedio fue de 28.4%, en 2006 fue de 27%, en 2007 de 27.3%, en 2008 fue de 29.2%, mientras que en 2009 subió a 32.8%. Estos datos permiten sostener que en los ámbitos urbanos no se ha logrado la recuperación del valor real de los ingresos laborales, al menos para ubicarlos en valores similares a los momentos previos a la crisis de 2008.
Una caída constante
A partir del año 2016 comenzó una lenta recuperación del valor real del salario mínimo general, respecto de lo que venía ocurriendo desde hace dos décadas. En efecto, al cierre de 2017 el valor real del salario mínimo, deflactado al valor del Índice de Precios al Consumidor, fue de 63.69 pesos. Se trata del valor más alto desde el año 1996, pero aún inferior al que se registró en 1995, equivalente a 64.16 pesos diarios, y al de 1994, equivalente a 73.15 pesos al día.
Por su parte, la medición que hace el Coneval respecto del ingreso laboral real per cápita, muestra una caída constante, al menos desde el año 2005. Pues el promedio en esa fecha fue de 1,988 pesos mensuales, como ingreso laboral real; alcanzó su máximo histórico en 2007 con 2,083 pesos al mes, y a partir de esa fecha se registró una caída permanente hasta llegar a su mínimo histórico en 2014, cuando se ubicó en 1,489.1 pesos al mes por trabajador; e iniciándose una lenta recuperación para llegar a los 1,537.4 pesos mensuales en 2017. De esta forma, si se compara el año 2017 con 2007 resulta que el ingreso laboral per cápita ha tenido una pérdida de 26% de su valor real.
Salario base del IMSS
Todo lo anterior es congruente con el Salario Base de Cotización (SBC) registrado ante el IMSS. En efecto, el promedio mensual (a precios de 2010), para el periodo de 2005 a 2017 se ubica en 22,539 pesos; indicador ligeramente inferior al promedio alcanzado en 2017, en el que se llegó a 22,912 pesos mensuales.
Estas cifras permiten mostrar las diferencias que implican el ser un trabajador con acceso a la seguridad social y otro que no lo es, pues tomando como base el SBC contra el ingreso laboral per cápita, el primero es 13 veces superior al del segundo.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 01-mayo-2018, p.17.
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