La ONU ha alertado que, en el marco de la crisis, es posible que en 2020 aumenten los suicidios y el abuso de drogas a mundial.
Según cifras del organismo, antes de la llegada de la pandemia de COVID-19, los niveles de ansiedad y depresión en el mundo ya eran alarmantes y le costaban a la economía mundial más de un billón de dólares cada año.
“Las enfermedades mentales, principalmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol, el abuso de sustancias, la violencia, las sensaciones de pérdida y diversos entornos culturales y sociales constituyen importantes factores de riesgo de suicidio”, señala.
Además, la depresión ya afectaba a 264 millones de personas en todo el mundo, y las afecciones de salud mental comienzan a manifestarse a muy temprana edad: los 14 años. Esta situación deviene en que el suicidio sea la segunda causa de muerte de jóvenes de 15 a 29 años.
Tras el impacto de la pandemia: la orfandad, la enfermedad, la crisis económica y la falta de acceso a la educación, la estabilidad mental de los jóvenes (y de toda la población) ha pendido de un hilo este 2020.
La angustia aumentó con la pandemia
A nivel mundial la crisis de la pandemia ha provocado una mayor vulnerabilidad mental. Según información de Naciones Unidas, hay encuestas que indican que los sentimientos de angustia incrementaron en China, Irán y Estados Unidos. Pero se trata de una situación global.
“Las afecciones neurológicas ocultas también aumentan el riesgo de hospitalización por COVID-19, mientras que el estrés, el aislamiento social y la violencia familiar probablemente afecten a la salud cerebral y al desarrollo de los niños pequeños y los adolescentes”.
El aislamiento social, la reducción de la actividad física y la disminución de los estímulos intelectuales aumentan el riesgo de deterioro cognitivo y demencia en los adultos de más edad, advierte la ONU.
Suicidios en México antes del COVID-19
La cifras más recientes del Inegi sobre el suicidio en México son de 2018, cuando se registraron 6,710 muertes por lesiones autoinfligidas. Lo anterior significa una tasa de suicidio de 5.4 por cada 100 mil habitantes, un incremento respecto de 2017, cuando fue de 5.2.
En niñas, niños y adolescentes de 10 a 17 años ocurrieron 641 fallecimientos por
lesiones autoinfligidas. Son el cuarto lugar dentro del total de causas de muerte.
En los hombres la tasa de suicidios es de 8.9 fallecimientos por cada 100 mil
hombres (es decir, 5,454 casos). En las mujeres es de 2 por cada 100 mil mujeres (1,253 casos). En el 88% de los casos fueron por ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación.
“Las muertes por lesiones autoinfligidas se concentran en el grupo de 30 a 59 años con 46%; le sigue el grupo de jóvenes de 18 a 29 años con 34%, y las niñas, niños y adolescentes de 10 a 17 años con 10 por ciento”, señala el Instituto.
“En el grupo de niñas, niños y adolescentes se reduce la diferencia entre hombres y mujeres que
fallecieron por lesiones autoinfligidas, ya que 6 de cada diez fueron hombres y cuatro de cada diez, mujeres”.